sábado, 21 de noviembre de 2009

Katherine Neville: El ocho

Idioma original: inglés
Título original: The Eight
Fecha de publicación: 1988
Valoración: muy recomendable

Hoy en día si te acercas a una librería te ves inundado por cientos de novelas de misterio con regusto histórico-esotérico, como el Código Da Vinci, por ejemplo. ¡Hay tantas! Y son muy fáciles de reconocer por el tipo de portada y el título, que puede incluir las palabras “código, secreto, misterio, oculto” y todas esas que se os agolpan en la mente, sí. Y a la gran mayoría de esas novelas seguramente podríamos ponerles la valoración que recibió en su momento en el blog la de Dan Brown. Pero no hablemos más de esos libros. Olvidaos de sus títulos, sus portadas y todo lo que les rodea. ¡Sacadlo de vuestro hemisferio izquierdo!

Bien, una vez depurados y limpitos podemos centrarnos en El ocho. Fue una novela pionera, de las primeras de su género. Y muy buena. Mezcla lo esencial de una novela de misterio con elementos históricos, esotéricos y románticos. Parece que lees corriendo, que la acción te lleva del siglo XVIII al XX, los personajes históricos te sacuden y te hacen creer que la trama es real, que todo aquello que devoras página por página está oculto tras los libros de historia y que tú, lector, estás ayudando a desentrañar. Puedes llegar a creer que el ajedrez de Montglane existe...y has de recuperar sus piezas.

El ajedrez de Montglane. Este es el eje de la novela. Catherine Velis, la protagonista, se ve envuelta en la caza de las piezas de este antiquísimo y poderoso conjunto de trebejos, donde la alquimia y los masones andan entremezclados. Hay un poder oculto que todos ansían poseer. ¿Cuál es? ¿Quién tiene fichas? ¿Cuántas? ¿Qué estarían dispuestos a hacer los interesados por conseguirlas? ¿Y qué relación tiene con todo esto Catherine Velis?

Preguntas cuyas respuestas te hacen consumir el libro en pocas horas. Un estilo claro y directo que te lleva continuamente hacia adelante. Se mezcla el inicio de la historia en 1760 con la década de 1970. Retrocedes en el tiempo, pero siempre para conocer más datos y más hechos que te lleven a encontrar las piezas en el momento actual. Una novela muy interesante, pionera y bien escrita.

Después de 20 años, la autora sacó la segunda parte, El fuego. No es tan buena, pero hila con la anterior y sigue manteniendo el suspense. A esta segunda parte le daría un “está bien”. Pero no nos adelantemos. Leed El ocho. Pasareis un rato muy agradable bajo la manta, en el sofá, con una buena taza de té y viendo la lluvia tras la ventana.

12 comentarios:

Jaime dijo...

Yo recuerdo que la leí hace muchos años y me gustó. Hay que avisar de que es un buen tochaco: eso sí, como dices, Sonia, atrapa enseguida. Sí que da juego esto de los misterios del ajedrez... A mí se me ocurre, así a botepronto, La tabla de Flandes, que también juega a hacer paralelismos entre la realidad y una partida de ajedrez. ¿Se os ocurren más libros?
Espera, había uno de Zweig, también, ¿no? ¿No lo reseñaste tú, Guillermo?

Sonia dijo...

La tabla de Flandes me encantó. Otro libro con ajedrez de por medio...bueno, en Alicia en el país de las maravillas, no sale un tablero gigante? O el libro de Nabokov, La defensa, que trata sobre un maestro de ajedrez un tanto excéntrico y obsesionado con el juego...la verdad es que da mucho juego esto del ajedrez-valga la redundancia;-)- para libros de misterio u obsesión. Se presta a ello. Un juego de paciencia, habilidad y que se toma muy en serio. Tan antiguo y con una gran carga de misticismo a lo largo de los siglos: que si el número 64, blabla. No es también objeto de relatos de ingenio, como aquel de la progresión geométrica con su números de casillas y los granos de trigo?

-- marcaching -- dijo...

Por una vez, difiero ligeramente de la valoración de este libro y lo dejaría sólo en recomendable a secas. Creo que tiene cosas positivas, sobre todo, como bien dices, que es pionera en este tipo de novela, y en su tiempo fue un bombazo que pasaba de mano en mano. Eso de por si ya es muy notable. En su contra, y eso siempre es algo personal, me da la sensación de que progresivamente merma en intriga, suspense, o como queramos llamarlo para volverse previsible en algunos momentos. Literariamente hablando tampoco me parece gran cosa, pero me reitero en que es la sensación que tuve en su momento.

Yo también disfruto bastante los libros con ajedrez de por medio y me divertí mucho con La Tabla de Flandes.

Ojalá llueva pronto y podamos disfrutar la escena que pintas al final de la reseña.

Un saludo.

Montuenga dijo...

Sobre el ajedrez, recuerdo una novela de Fernando Arrabal que me gustó mucho: "La torre herida por el rayo".
También un relato de Patrick Süskind (el de El Perfume) titulado "Un combate".
No sé si estarán descatalogados, pero los dos merecen la pena.

-- marcaching -- dijo...

Montuenga, yo me los apunto. Muchas gracias.

Mentxu de la Cuesta dijo...

Yo también creo que fue pionera y que todas las que vinieron después, tuvieron mayor o menor fortuna, pero sin duda iban a la zaga de ésta. Muy buena para los aficionados al ajedrez. En cuanto a la que nos menciona Montuenga "Un combate" no la conozco, pero si tiene la calidad de "El perfume" habrá que leerla. Un saludo literario.

Negrevernis dijo...

A mí me gustó mucho y, sin embargo, la Tabla de Flandes no la disfruté...

Saludos.

Nina. dijo...

A mí me encantó cuando lo leí hace tiempo, sin embargo "El Fuego" es de lo peor, no pude terminarlo. De hecho "El Ocho" es el único libro que me gusta de Neville porque los otros mira que son malos.

Sonia dijo...

Ciertamente, el muy recomendable lo tiene por lo pionera y original en su momento, y literariamente no es ninguna maravilla;-) La trama decae un poco, pero en conjunto resulta, y con "El fuego", sin embargo, como dice Nina,no pasa lo mismo.La leí hace años, y en su momento me encantó. La recuerdo con mucho cariño y, además coincidió en época de lluvias y tardes grises;-) Marcaching, hoy ya ha llovido, jeje, así que espero que hayáis podido disfrutar de un buen libro.Me apunto las obras que recomendáis, gracias;-) Los que habéis leído La tabla de Flandes, habéis leído también La tempestad, del Planeta Juan Manuel de Prada?no le encontráis "cierto" parecido??Aunque, esta vez, no hay ajedrez.Negrevernis, qué fue lo que no te gustó del libro de Reverte? ;-)

Guillermo Gómez dijo...

Sï, Jaime: "Novela de ajedrez" de Zweig. Muy muy recomendable.

Ana I dijo...

Yo también soy de las que disfrutó muchísimo leyendo el ocho, de echo lo releí dos o tres veces. También me gustó La tabla de Flandes, que conocí a través de la película.

En cambio El Fuego me ha parecido infumable. Me lo acabé pero a sido uno de los peores libros que me he leído.
El único consuelo que me queda es que al menos no me gasté los 25 eurazos que costaba, ya que me lo leí en un libro electrónico.

Santi dijo...

Pues acabo de terminármela y no me ha terminado de convencer. Vale que tenga el honor de ser pionera en su género, y que enganche, sobre todo al principio (al final, se me hizo bastante larga, y me daba absolutamente igual lo que les pasase a los personajes), pero en general no le veo grandes méritos. Los personajes son planos y estereotípicos, la trama es rebuscada y el final parece un culebrón, todo el tema del ajedrez al final no pasa de ser un MacGuffin como una catedral (en La tabla de Flandes sí que está mucho más trabajada la relación entre la partida de ajedrez y la acción...). En cuanto a los personajes famosos, parece que esté haciendo un "Who's who" de finales del siglo XVIII: la emperatriz Catarina, Mme Stael, Marat, Robespierre, Blake... Tanta acumulación, para mi gusto, no le da verosimilitud a la novela sino todo lo contrario...

Y ya lo último: una cosa que me pone muy pero que muy nervioso de todo este género es que son novelas que rezuman esnobismo por los cuatro costados. Los personajes siempre son de clase alta-altísima, comen caviar como nosotros pollo, saben de música, arte, cine, vinos, ajedrez y filosofía oriental a partes iguales y se codean con total naturalidad con reyes, jeques, embajadores y millonarios. Si fueran personas reales, serían Carmen Lomana. Eso por no hablar de la visión que se da de todo lo que no sea EEUU, como si el resto del mundo fuera un estercolero...

Y ya lo último-último: ¿se puede ser más tópico y más cursi en las escenas de sexo?

En fin, ya me he quedado a gusto :DDD