Título original: Dune
Idioma original: inglés
Fecha de publicación: 1965
Valoración: imprescindible
Puff. Esto es lo primero que he pensado cuando he decidido enfrentarme al hecho de escribir la reseña de Dune, y de su saga. Puff. Seis libros del propio autor, y ocho escritos por su hijo y apuntes y notas que Herbert dejó en una caja fuerte antes de morir....si se tratasen de novelas comunes, a lo mejor catorce volúmenes para una saga no se hacían tan difíciles de comentar, pero siendo como es esta saga de ciencia ficción, resulta colosal. Pero he de hacerlo. Es una de esas lecturas que te piden a gritos que las recomiendes y que hables de ellas, lo contrario sería un crimen -literario, por supuesto.
Conocí la saga a través de un sábado por la noche en las que quedamos unos cuantos amigos para probar un juego de mesa que uno de ellos había encontrado en una tienda de cosas viejas. Llegó entusiasmado con su descubrimiento. Algunos habían leído la trilogía original -Dune, El mesías de Dune, Hijos de Dune- y acogieron el hallazgo de un juego de mesa basado en las novelas con igual entusiamo. Yo ni había oído hablar de Dune, ni de Herbert. En ese momento me hallaba sumida en la lectura de otra saga de culto, Fundación, de Asimov, y con su veintena de libros tenía más que suficiente. Pero como todo se acaba, y terminé Asimov, empecé con Dune... ayer compré el penúltimo volumen, Cazadores de Dune, y comencé a leerlo con ávidez. He parado para escribir la reseña. ¡Ya no es que me lo pida a gritos, sino que parece una plañidera egipcia arrancándose los cabellos!
Afrontando el enorme reto, diremos que es una novela inmensa cuyas líneas principales son la ecología, la eugenesia, el mesianismo y la religión, la filosofía, la política, la economía y la evolución de la humanidad. El autor se basa en culturas conocidas, pero las transforma para sus propósitos. Así, tenemos a los fremen, tribu del dedierto de Dune, con sus propias reglas y sociedad que gira alrededor del agua, el bien más preciado, y que ha sabido adaptarse al planeta más extremo del Imperio galáctico.
Dune, o Arrakis, es el único planeta del Imperio del que se puede extraer la especia, o melange, el bien en el que se basa la economía del imperio. Gracias a la especia se pueden realizar los viajes espaciales, pues facilita la presciencia de los navegantes de la Cofradía que pilotan las naves; ayuda en la Agonía de la especia a las miembros de la Bene Geserit -hermandad femenina cuyo poder en la sombra es inabarcable- para que se conviertan en Reverendas madre, y en su presciencia; da vigor al cuerpo, alarga la vida y produce dependencia patológica.
El Imperio galáctico está gobernado por el Emperador Padishah Shaddam IV y el parlamento, o Landsraad, formado por las Grandes Casas, de familias nobles. La extracción de la especia de Dune es encargada a una de las Grandes Casas por un tiempo. En el momento en el que empieza la novela de Dune, el emperador pasa el planeta de la casa Harkonnen, que mientras ha gobernado se ha ganado el odio de sus habitantes y de los fremen, a la casa de los Atreides. Ambas casa son enemigas, y parece ser todo una estratagema del emperador y de otros nobles para librarse de la creciente ascensión de los atreides en el Landsraad. Los atreides cambian su residencia entonces de Caladan, su planeta natal, verde, boscoso y con grandes mares, a Dune, el planeta desierto, donde las lágrimas dedicadas a un muerto son la mayor muestra de aprecio. Así, la primera novela se centra en el hijo del duque, Paul Atreides, en la relación con su madre, dama Jessica y reverenda madre bene gesserit, y los fremen, habitantes del desierto.
A partir de aquí, comienza el futuro de una nueva humanidad, recorriendo milenios de historia, guerras, dispersiones y regresos que llevan al ser humano de un Imperio galáctico que desaparece, a otros sistemas de gobierno, con semidioses y Mesías, Honoradas Matres que esclavizan con el sexo, y tleilaxu que crean gholas a partir de restos de células vivas; y al lector, de una primera novela fascinante, a una saga de catorce volúmenes que atrapa por su complejidad y por la amplitud creadora del autor. Herbert construye todo un mundo cuyo seguimiento a lo largo de milenios resulta tan abrumador como fascinante. Sin lugar a dudas, la mejor saga de ciencia ficción.
“Todos los gobiernos sufren de un problema recurrente: el poder atrae a las personalidades patológicas. El poder no es entonces corruptible”.
También de Frank Herbert en ULAD: Los ojos de Heisenberg
Idioma original: inglés
Fecha de publicación: 1965
Valoración: imprescindible
Puff. Esto es lo primero que he pensado cuando he decidido enfrentarme al hecho de escribir la reseña de Dune, y de su saga. Puff. Seis libros del propio autor, y ocho escritos por su hijo y apuntes y notas que Herbert dejó en una caja fuerte antes de morir....si se tratasen de novelas comunes, a lo mejor catorce volúmenes para una saga no se hacían tan difíciles de comentar, pero siendo como es esta saga de ciencia ficción, resulta colosal. Pero he de hacerlo. Es una de esas lecturas que te piden a gritos que las recomiendes y que hables de ellas, lo contrario sería un crimen -literario, por supuesto.
Conocí la saga a través de un sábado por la noche en las que quedamos unos cuantos amigos para probar un juego de mesa que uno de ellos había encontrado en una tienda de cosas viejas. Llegó entusiasmado con su descubrimiento. Algunos habían leído la trilogía original -Dune, El mesías de Dune, Hijos de Dune- y acogieron el hallazgo de un juego de mesa basado en las novelas con igual entusiamo. Yo ni había oído hablar de Dune, ni de Herbert. En ese momento me hallaba sumida en la lectura de otra saga de culto, Fundación, de Asimov, y con su veintena de libros tenía más que suficiente. Pero como todo se acaba, y terminé Asimov, empecé con Dune... ayer compré el penúltimo volumen, Cazadores de Dune, y comencé a leerlo con ávidez. He parado para escribir la reseña. ¡Ya no es que me lo pida a gritos, sino que parece una plañidera egipcia arrancándose los cabellos!
Afrontando el enorme reto, diremos que es una novela inmensa cuyas líneas principales son la ecología, la eugenesia, el mesianismo y la religión, la filosofía, la política, la economía y la evolución de la humanidad. El autor se basa en culturas conocidas, pero las transforma para sus propósitos. Así, tenemos a los fremen, tribu del dedierto de Dune, con sus propias reglas y sociedad que gira alrededor del agua, el bien más preciado, y que ha sabido adaptarse al planeta más extremo del Imperio galáctico.
Dune, o Arrakis, es el único planeta del Imperio del que se puede extraer la especia, o melange, el bien en el que se basa la economía del imperio. Gracias a la especia se pueden realizar los viajes espaciales, pues facilita la presciencia de los navegantes de la Cofradía que pilotan las naves; ayuda en la Agonía de la especia a las miembros de la Bene Geserit -hermandad femenina cuyo poder en la sombra es inabarcable- para que se conviertan en Reverendas madre, y en su presciencia; da vigor al cuerpo, alarga la vida y produce dependencia patológica.
El Imperio galáctico está gobernado por el Emperador Padishah Shaddam IV y el parlamento, o Landsraad, formado por las Grandes Casas, de familias nobles. La extracción de la especia de Dune es encargada a una de las Grandes Casas por un tiempo. En el momento en el que empieza la novela de Dune, el emperador pasa el planeta de la casa Harkonnen, que mientras ha gobernado se ha ganado el odio de sus habitantes y de los fremen, a la casa de los Atreides. Ambas casa son enemigas, y parece ser todo una estratagema del emperador y de otros nobles para librarse de la creciente ascensión de los atreides en el Landsraad. Los atreides cambian su residencia entonces de Caladan, su planeta natal, verde, boscoso y con grandes mares, a Dune, el planeta desierto, donde las lágrimas dedicadas a un muerto son la mayor muestra de aprecio. Así, la primera novela se centra en el hijo del duque, Paul Atreides, en la relación con su madre, dama Jessica y reverenda madre bene gesserit, y los fremen, habitantes del desierto.
A partir de aquí, comienza el futuro de una nueva humanidad, recorriendo milenios de historia, guerras, dispersiones y regresos que llevan al ser humano de un Imperio galáctico que desaparece, a otros sistemas de gobierno, con semidioses y Mesías, Honoradas Matres que esclavizan con el sexo, y tleilaxu que crean gholas a partir de restos de células vivas; y al lector, de una primera novela fascinante, a una saga de catorce volúmenes que atrapa por su complejidad y por la amplitud creadora del autor. Herbert construye todo un mundo cuyo seguimiento a lo largo de milenios resulta tan abrumador como fascinante. Sin lugar a dudas, la mejor saga de ciencia ficción.
“Todos los gobiernos sufren de un problema recurrente: el poder atrae a las personalidades patológicas. El poder no es entonces corruptible”.
También de Frank Herbert en ULAD: Los ojos de Heisenberg
2 comentarios:
Me encanta este blog ¡Gran trabajo!
Dune es un gran libro, a mis ojos el mejor de ciencia ficción, la complejidad de la historia es excelente, la cultura de los fremen es bastante original respecto a la manera en que cuidan del agua. Todas las intrigas y la manera en que Paul Muad’Dib logra vencer al imperio siendo que todos estaban en su contra es simplemente excepcional. Y en los siguientes dos libros me agradó que manejan su presencia como una carga en lugar de ser un regalo, y esto de cierta manera es razonable, porque el poder ver el futuro implica saber como se van a llevar a cabo las cosas y esto puede hacer que con el tiempo uno se enfade y se harte.
Les invito a que se den una vuelta por mi blog, tengo varias reseñas, entre ellas la del primer libro de Dune y la del tercero.
http://comentariosdenovelas.blogspot.com/
Saludos!!!
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