Idioma original: italiano
Título original: Scrivere è un tic
Año de publicación: 2008
Valoración: Recomendable
Es de sobra conocido que escribir es un oficio difícil, sacrificado y, en gran medida, ingrato. Quizá por eso los escritores, en general, son personas peculiares cuyas biografías suelen interesarnos casi tanto como sus obras. Pero, ¿acaso sabemos cómo desarrollan su arte? ¿Podemos afirmar cuántas horas dedican al día a llenar de palabras la hoja en blanco? ¿O si prefieren escribir rodeados de gente o en soledad?
El objeto de este libro es desvelar esos secretos. Con una prosa amena cargada de anécdotas a cada cual más curiosa, Franceso Piccolo nos descubre, por ejemplo, que Marguerite Duras, cuando escribía, siempre tenía a mano una botella de whisky y se sentaba a la misma mesa, en la misma silla, ante la misma ventana; o que Balzac echaba las cortinas para no distinguir el día de la noche y evitar así cualquier tipo de distracción. Pero también nos habla del “otro trabajo” del escritor, con el que se gana el dinero que no se consigue de la literatura y que no siempre está relacionado con ella, de los materiales usados para escribir (desde el básico lapicero al moderno ordenador) y la relación que los autores tienen con ellos, e incluso de “perder el tiempo”, algo esencial para que el proceso creativo y las horas dedicadas al mismo den sus frutos.
Escribir es un tic es, en definitiva, un compendio de métodos, rutinas y manías que utiliza el escritor para desempeñar su oficio. Pues, como dice su autor en las conclusiones, la inspiración, por sí sola, ya no sirve.
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