martes, 15 de agosto de 2017

Mary M. Talbot, Kate Charlesworth & Bryan Talbot: Sally Heathcote, sufragista

Idioma original: inglés
Título original: Sally Heathcote, Sufragette
Año de publicación: 2014
Traducción: Lorenzo Díaz
Valoración: recomendable

A día de hoy (aunque a saber hasta cuándo) el Gobierno del Reino Unido está dirigido por una mujer y no es la primera que lo hace. Pero no está de más recordar que hace tan sólo cien años, que no son tantos como parece, las mujeres británicas ni siquiera podían votar (ni las españolas, ni las francesas, ni un largo etcétera...); el derecho a hacerlo lo consiguieron tras una larga lucha protagonizadad por unas damas con atuendos victorianos, coloridas bandas  y pancartas reivindicativas, que conocemos por el nombre de "sufragistas" -sufragettes en inglés-;unas combativas mujeres que, seguramente por eso mismo y pese a la justicia del innegable logro que consiguieron, no han salido bien paradas en retratos posteriores que se han hecho de ellas (aunque reconozco que no he visto aún la película titulada, precisamente, Sufragistas): en el mejor de los casos, suelen aparecer como unas simpáticas excéntricas; en el peor, como unas fanáticas exaltadas e intransigentes.

Obras como este cómic sirven precisamente para cambiar esta percepción que se tiene de las sufragistas. Y no porque nos dé una visión edulcorada de este movimiento político -incluso yo diría que todo lo contrario-, sino porque relata de forma pormenorizada pero amena la dureza de la lucha que llevaron a cabo, las dificultades y prejuicios que debieron superar para la consecución de sus justos objetivos (y no de todos, pues, por ejemplo, la equiparación salarial ente hombres y mujeres sigue sin conseguirse).  También cuenta las vicisitudes internas que vivió el movimiento sufragista, sus divisiones, rivalidades y traiciones .... como ocurre en el seno de cualquier organización humana, por otra parte. No olvida señalar, además, las otras injusticias de la época, como lasa derivadas de las diferencias de clase social, pues la protagonista, Sally Heathcote, comienza su andadura como criada de la famosa Emmeline Pankhurst, rescatada por ésta de una de aquellas dickensianas workhouses.

De hecho, aunque la protagonista de esta novela gráfica , exquisitamente ambientada en la época eduardiana sea un personaje ficticio, aparecen muchas de las figuras reales y destacadas del sufragismo británico, desde, obviamente, la señora Pankhurst y sus hijas Christabel y Sylvia, al matrimonio Pethick-Lawrence, Hannah Mitchell -al parecer, la activista que le inspiró a la guionista Mary M. Talbot el personaje de Sally- o la no menos célebre (por un motivo más luctuoso) Emily Davidson. ya digo que no todas salen siempre favorecidas: este libro no es una hagiografía, ni tampoco se ocultan las derivaciones casi terroristas -o sin casi- que surgieron del movimiento, como la protagonizada por las "Young Hot Blood".  Es muy interesante, además, comprobar las concomitancias que la lucha del movimiento sufragista tenía, al menos en cuanto a los métodos empleados y el debate interno sobre la licitud de éstos, con otros también contestatarios que habían surgido por la misma época en el seno del todopoderoso Imperio Británico: los socialistas, sindicalistas o los fenianos irlandeses.  No menos ilustrativa es la represión efectuada por las fuerzas del aparato del Estado, en este caso contra las sufragistas.

En cuanto al aspecto gráfico de la obra, destacar, junto al detallismo de que hace gala, el sabio uso de los toques de color, que hacen de contrapunto al blanco y negro general, además de servir para destacar a determinados personajes y crear ambientes. La muy cuidada edición no se queda atrás en cuanto a calidad, y convierten en una experiencia  de lo más placentera la lectura de este libro.





7 comentarios:

Montuenga dijo...

¡Fabuloso! El futuro es nuestro (de todos por igual). ¡Arriba el feminismo!

Lupita dijo...

Gracias por darlo a conocer. Lo que más estoy disfrutando ahora es la novela gráfica. Por cierto, una sufragista con imagen ridícula y atontada es la madre de Mary Poppins. Siempre me ha llamado la atención.
Saludos

Juan G. B. dijo...

Hola a las dos:
Sí, lo de la imagen de las sufragistas es algo que siempre me ha llamado la atención, sobre todo teniendo en cuenta que sus reivindicaciones, o al menos la del voto femenino, es algo ya aceptado por todo el mundo o casi, en las sociedades democráticas. Ahora bien, ni siquiera en este comic se las presenta de un modo complaciente y no nos ahorran ninguna arista... Ya digo que no he visto la película que menciono en la reseña, en la que la cosa quizá cambie, pero antecedentes como el de la madre de "Mary Poppins", por simpática que resulte, no son demasiado halagüeños.
Un saludo de nuevo y gracias por los comentarios.

Interlunio dijo...

La película del 2015 que mencionas las muestra como heroínas, luchadoras y mártires. Supongo que el cine jamás puede abarcar el amplio y real abanico de las cosas, no si pretende llegar a un gran público, y por eso simplifica. Esta vez lo hace con acierto, pienso yo. Hay cambios radicales que se justifican en la radicalidad que implica negar lo necesarios que son.

Gracias por la reseña, no conocía este formato de la historia y acabas de solucionarme la busqueda de un regalo importante.

Juan G. B. dijo...

Hola, Interlunio:
Pues me alegro si te he dado una idea que te resulte útil. Como ya he escrito en la reseña, este libro, al margen de lo que cuenta, resulta muy atractivo por su cuidada edición, así que no me parece mal regalo...
Un saludo y graciad por el comentario.

Anónimo dijo...

Hola, Juan B., gracias por la reseña. Sin embargo, hay algo que no entiendo: ¿podrías aclarar cuando dices que <>? Das a entender que las feministas querían crear el terror, y por asimilación cualquier minoría sin derechos que lucha con uñas y dientes. Por otro lado no conozco a "las Young Hot Blood", ¿podrías dar más detalles de "ellas"?
Gracias.
Marth

Juan G. B. dijo...

Hola Marth:
Cuando hablo de concomitancias con diversos movimientos políticos y sociales de la época, me refiero tanto a las agresiones o intentos de las mismas cobtra personaludades políticas como concentraciones, mítines, campañas o huelgas de hambre.
En cuanto a las Young Hot Blood, que yo tampoco conocía, patece ser que se trataba de un grupo más o menos secreto y más radical dentro del sufragismo, que según el libro sí que llevsban a cabo acciones más violentas y rayanas en lo que hoy consideramos terrorismo, como el incendio de una casa del primer ministro laborista Lloyd George.
Un saludo y gracias por el comentario.