jueves, 19 de julio de 2018

Dylan Horrocks: Sam Zabel y la pluma mágica

Idioma original: inglés
Título original: Sam Zabel and the Magic Pen 
Año de publicación: 2014 
Traducción: Óscar Palmer 
Valoración: Está bien


Ya lo dijo Winston Churchill: "La metaliteratura es el onanismo de lo literario. Puede resultar divertido, pero no sustituye a un buen ***** " Perdón por lo soez de la cita pero es que Sir Winston era así de campechano... la ginebra, ya se sabe. Pues en este caso nos encontramos, toma rizo conceptual, ante un "metacomic" (Propuesta de tesis doctoral: "La novela gráfica neozelandesa en el tercer milenio y su influencia en la hipsterización de la cultura global"), pero que nadie se asuste: lejos de tratarse de un plúmbeo ejercicio autorreferencial con un guión existencialista e ilustraciones dolorosamente angustiosas, al final este cómic sí que resulta divertido, si bien bastante banal.

El protagonista, Sam Zabel es  un dibujante de cómics de Nueva Zelanda (¡tachán, premio a la originalidad!) que atraviesa una crisis creativa y vital bastante chunga: lo que le pasa al pobriño no es un simple bloqueo de escritor, sino que tiene (atentos al concepto) ANHEDONIA, es decir, una incapacidad para disfrutar de nada, lo que se dice nada, de la vida. Toda una putad... jugarreta, vaya. Así, hasta que en un congreso conoce a Alice, una joven y entusiasta fanática de los cómics que vuelve a despertar su interés por algo -no, no hay tomate con ella, no seáis malpensados-: juntos descubren unos tebeos "mágicos", por haber sido dibujados con la pluma asismismo mágica del título (humm... ¿a qué creíais que se refería, pillines?). A partir de ese momento, Sam vive una serie de aventuras más o menos entretenidas junto con Alice y Miki, una sarcástica colegiala shosen, a través de una serie de cómics de variado género, comenzando por una vueltecita por Marte, planeta de recios varones de color rojo y Venus, origen de hermosas mujeres de piel verde...

En fin, no es que se trate éste de un cómic memorable - el propio Zabel, supongo que como alter ego de Horrocks, reconoce que no es Alan Moore-, pero el rollo meta-lo-que-sea tiene su puntillo, en este caso, y de paso hace alguna que otra reflexión sobre la naturaleza de los cómics y el papel reservado en ellos a las mujeres (*), muy a propósito con el espíritu de los tiempos, por cierto... (y nada que objetar con esos tiempos, por cierto). Claro que igual hasta se pasa un poquito de frenada; el tal Sam Zabel, como personaje, resulta ser un moñas de cuidado. Vale que sufre de la anhedonia de ésa, pero es que el muy cuitao siente angustia incluso ante sus propias fantasías sexuales -y tampoco es que le vaya el BDSM con focas bebé o algo parecido-; porque digo yo que una cosa es tratar de ser respetuoso, igualitario y empático  con las mujeres (eso es BIEN) y otra sentirte un miserable por imaginarte a tu propia esposa con un escotazo, por ejemplo (perdón por el spoiler, pero vosotros diréis...). De hecho, en un determinado momento de este cómic incluso surge esta pregunta: ¿Tenemos alguna responsabilidad moral por nuestras fantasías? "Vamos, no me jo... robes", fue lo que pensé yo. Hasta que recordé que en este momento le estamos volviendo a dar vueltas a Lolita (cierto que quizás no sea el ejemplo más adecuado...) o hay un consenso generalizado de que muchas películas de hace 20 ó 30 años no se podrían rodar hoy en día. Pues igual la pregunta sí que es pertinente, al fin y al cabo. O igual lo procedente es por qué carajo tenemos que hacernos esta pregunta, yo qué sé...

(*)En el caso específico del manga, conviene echar un ojo a la última y estupenda reseña firmada por nuestro compañero Oriol sobre el libro Eroguro...

6 comentarios:

Lupita dijo...

Hola, Juan, y todos:
Como estoy de vacaciones pero aún en casa, estoy un poco pesadita con loos comentarios, de ahí el tono más tonto de lo normal.
A ver, cuántos temas juntos, parece que tienes la cabeza repleta y sale todo a borbotones.Así que comentaré cada párrafo:
1.La metaliteratura puede molar mucho o ser un martirio para el lector. Para mí, uno de los mejores escritores de "metaliteratura" es José María Merino, aunque es complicadillo.El tema de la tesis, no estaría mal, pero igual existe.

2.El tema del propio cómic; el hombre aquejado de anhedonia (qué manía con ponerle nombre a todo)me ha recordado míticos personajes literarios con ese talante: el protagonista de "El graduado", el extranjero de Camus, etc..

3. Soy mujer y me cansa/harta/ molesta el feminismo revisionista. Cualquier día va a estar mal leer a Jane Austen porque era muy remilgada. El moralismo que tú llamas buenrollista tiene esas cosas. A mí un amigo me comentó que tener fantasías sexuales con otras personas era ser infiel. Sigo alucinando aún con la idea. Las fantasías son eso, fantasías. La responsabilidad moral está en cómo las materializamos, o qué hacemos con ellas.
Lolita es una obra de arte. Tal y como está. Aún recuerdo que mi madre la leyó y estaba enfadada:"-¿has leído eso?¿Qué te parece el tío asqueroso? - Le dije que me gusta mucho, pero sigue sin entender que me gusta cómo está contada, no la historia en sí, y que no siquiera lo tengo que aprobar.
En la última reseña de Oriol, que me gustó mucho, descubrí pasmada el eroguro. No me gustó, pero no me gustaría que lo censuraran. Al fin y al cabo, llevo más de 20 años viendo Doraemon y es una moñada, supongo que mucha gente lo detesta.
Saludos

Montuenga dijo...

Hola Juan, por esta vez permíteme que me meta dónde no me llaman, ¿vale?

Lupita, ¿qué tal? Verás, el feminismo actual no cuestiona la novela, no pone en duda su calidad, no juzga su moralidad ni nada parecido. Lo que molesta es la utilización que se ha hecho del personaje desde hace décadas, una interpretación libre, errónea e interesada, que se ha generalizado y que hoy asume todo el mundo, al menos quienes no han leído la novela, y que está muy lejos del personaje creado por Nabokov.

Se critica esa imagen de las "lolitas" que tiene la gente. Por favor, ¡que dejen en paz a las niñas! Las lolitas no existen, la Lolita auténtica no es una lolita en absoluto.

Tengo la sensación de que, en el fondo, no estamos tan en desacuerdo.

Juan G. B. dijo...

Hola a las dos... ¡Cuántas cosas! Como dijo Jack el Dest...ejem, uno que se llamaba Jack, vayamos por partes:
1- A mí en, principio, me encanta lo "metaliterario". Es decir, me encantaba hace años o incluso lustros... lo que pasa es que en los últimos tiempos tengo la sensación de que lo metaliterario, la autoficción, la "literatura del yo", la realidad ficcionada (es decir reportajes largos en forma de libro o biografías noveladas) y yo que sé qué más están ocupando todo el espacio de la "literatura literaria" (perdón por la redundancia, pero esas etiquetas EXISTEN), en detrimento de la ficción pura y dura, que ha quedado "relegada" a los libros de géneros, los best-sellers, y otras variedades literarias no tan apreciadas por la intelectualidad molona (como nosotros, qué narices...)
2- Sobre la anhedonia, de acuerdo contigo, Lupita. Con llamarle moñez creo que bastaba.
3- Sobre el feminismo , de la variedad que sea, yo prefiero no pronunciarme, más que nada porque como hombre cisheterosexual creo que no es mi papel el decir qué es feminismo y qué no o cual es el feminismo bueno o el malo o el regular. Pero bueno, coincido en que pretender imponer una supuesta "corrección" (falsa, creo yo) incluso a las fantasías de las personas es de todo punto indeseable y rechazable. Otra cosa, claro está es si alguien intenta llevar a cabo determinadas de esas fantasías que puedan perjudicar a terceros, sobre todo si son menores, etc...
4- Sobre el tema de "Lolita", ya digo que no sé si es muy pertinente incluirla como una fantasía sexual, puesto que yo considero que la intención de Nabokov no era reflejar un arquetipo erótico, ni siquiera particular, sino , en todo caso, retratar intimamente a un pobre tipo pervertido y/o enfermo. O incluso ni siquiera eso, sino demostrar lo gran escritor que era, capaz de crear una obra maestra retratando íntimamente a un pobre tipo pervertido y/o enfermo.
Lo que ocurre es que cuando leí este cómic y escribí la reseña, hace un par de meses, estaba reciente el debate sobre esta novela que habían mantenido Laura Freixas y Sergio del Molino y las reacciones elogiosas a la nueva portada a la edición de Anagrama de la novela (curiosamente, nadie ha comentado nada sobre la de la edición limitada del libro, que sin ser abiertamente erótica, sí que sugiere un carácter más sensual para el mismo); de ahí que incluyera esta referencia, aunque se podrían buscar otras menos conocidas auqnue quizás más pertinente.
Y no sigo más porque aun con ventilador u todo, me sudan hasta los dedos sobre el teclado... Un saludo y feliz Navidad

Gabriel Diz dijo...

Hola Juan,
Algunos comentarios a tu comentario. No comparto la idea de que lo metaliterario o la literatura del yo sea mayoritaria en la ficción contemporánea. Me vienen a la cabeza varías novelas de reseña reciente en ULAD que escapan a estas etiquetas.
Respecto del feminismo me parece que las luchas que están llevando adelante las mujeres están cambiando nuestra forma de ver el mundo, así......sin más.
Finalmente agregar que Nabokov, a mi entender, construye un personaje, su protagonista, profundamente torturado. Ahí reside su genialidad: su pulsión, deseo y sufrimiento.

Saludos

Lupita dijo...

Hola, Montuenga, qué mal me explico!!
Verás, yo me he referido a algo diferente de lo que hablas tú, pero expresado, además, de forma superficial
y poco acertada. Quería decir que no porque te guste una obra tienes que comulgar con los valores que allí se representan. Por ejemplo, los personajes de Bukowsky o de novelas de crímenes.
Por otro lado, más que el revisionismo, me cansa el hecho de que todo tenga que ser etiquetado, y de que haya que tener una opinión para todo, aun sin tener ni idea.
El tema de Lolita es paradigmático porque ha llegado a crear un estereotipo de personaje que, como bien dices, poco tiene que ver con el original. A mí me fascina cómo retrata la obsesión de Humbert, cómo se usa el lenguaje, incluso la distorsión que hace de la realidad el profesor, atribuyendo a la niña aspectos de comportamiento que tienen un origen muy distinto a los que él, oscuramente,deja ver.
Los estudios feministas me interesan mucho, pero no las protestas airadas y sin base, que son dos cosas distintas. No es lo mismo lo que tú has explicado tan bien, que el que te digan:"si eres mujer y apoyas el feminismo, no puedes leer eso..porque es misógino"Esto me pasó leyendo a Quevedo, y dicho por alguien que no lo conoce.
Así que no estamos en desacuerdo para nada, sólo es que decir las cosas de forma banal da lugar a malentendidos.
También te digo que si ahora lo volviera a leer (tengo dos hijas más o menos en esa edad) igual no puedo acabarlo porque es descorazonador lo que pasa con la chica.
Espero haberme explicado mejor.

Juan: aparte de tu cisheterosexualidad y sentido del humor, eres muy atento respondiendo así. Me he dado cuenta de que he desvariado un poco, sobre todo con el tema de Lolita, pero es que la vida actual se está poniendo muy loca.
Hace algunos años estuve a punto de hacer la especialidad de literatura comparada. Imagina lo que sería dedicarse hoy a eso, madre mía.

Y como último, quería expresar mi total asombro ante el hecho de que nos escandalicemos tanto con temas de tipo sexual (con razón), pero no nos indigne igual la sucesión de imágenes violentas que nos invade.

Saludos

Juan G. B. dijo...

Hola de nuevo:
Gabriel, sobre los últimos puntos, decacuerdo en todo contigo...sobre el tema de lo metaliterario etc... en la literatura actual, quizás sea quebyo me encuentro algo sugestionado por la saturación de cierto tipo de libros y mi percepción esté algo distorsionada, no sé...
Lupita, gracias de nuevo por tus comentarios: atenta eres tú, en todo caso.
Un saludo a todo el mundo