Idioma original: inglés
Año de publicación: 2013
Título original: Kind one
Traducción: Isabel Ferrer y Carlos Milla
Valoración: muy recomendable
Curioso envoltorio el que encuentra el terror más absoluto para presentarse. Bueno: lo que yo interpreto como terror, por cercanía y por posibilidades de repetirse, aunque tome otras guisas.
La benévola es la historia, narrada a varias voces, de Ginny, mujer entregada por sus padres a un despiadado y cruel propietario que la emplea a su antojo hasta que el destino hace una de las suyas. Es una historia del siglo XIX, de la América profunda y de la esclavitud. De crueldad sin límites y violencia descarnada. Dura en su planteamiento y casi dolorosa en su lectura. De ese dolor que cala en el lector, como calan las imágenes de cierto cine o ciertas series que han tratado el tema. Recuerdo la frialdad de cierta escena en una película de Spielberg: los esclavos encadenados tirados al mar porque el buque debía aligerar carga.
Pues bien: sin tratar del tráfico, del repugnante aspecto mercantil, ni ensañarse en los aspectos truculentos, La benévola nos sume en la reflexión. Nos azota y nos encadena, a la vez que nos fascina, pues la mención a Faulkner en el fajín del libro no es gratuita. Laird Hunt, autor del que no me consta haber oído nada hasta saber de esta brillante novela, nos estimula con su estructura directa e imaginativa y con sus elipsis. Con esos pasajes oníricos enfermizos, esas canciones y esas historias intercaladas que parecen referir al África, también, profunda. Nos acompaña en esa espiral insana de violencia y de venganza y de maldad engendrada y enquistada. Con referentes en algunos autores, sobre todo por lo crudo de sus imágenes, puede mencionarse a McCarthy o la prosa de Louise Erdrich. Pero destaca en ese esbozo de los personajes, en esa descripción del entorno físico incómodo, turbio, agobiante, en ese pasar como de soslayo por algo que nos parece cotidiano pero es aterrador. La naturalidad de la narración obra ese engaño: parece que todo sea muy normal para sus personajes el maltrato, la tortura, el castigo, la humillación, el mayor desprecio que acaba representando la ignorancia sistemática de la dignidad humana más elemental. Insisto, sin detalles, sin morbo añadido.
Leed esta novela. Disfrutad de su solemnidad y su habilidad para representarlo todo con claridad sin necesidad de explicarse a sí misma.
Habitad el cobertizo, ved a los cerdos campando por la hierba y pensad en los robles y en su macabra utilidad. En los pozos, en las piedras. Oid cómo la fusta surca el aire.
También de Laird Hunt en ULAD: Neverhome
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