Idioma original: portugués
Título original: O esplendor de Portugal
Año de publicación: 1997
Valoración: Muy recomendable
António Lobo Antunes, para quien no le conozca, es el otro gran novelista portugués de la segunda mitad del siglo XX (el "otro", siendo el "uno", por supuesto, José Saramago). De hecho, y esto ya es una opinión personalísima, Lobo Antunes es más novelista que Saramago: Saramago siempre será, en mi opinión, un intelectual comprometido que escribía novelas, mientras que en Lobo Antunes se reconoce al "novelista de raza" (qué expresión tan fea), que en ocasiones ejerce de intelectual.
Siempre se habla de que Lobo Antunes es un eterno candidato al Nobel, y quizás termine ganándolo. De hecho, creo que lo merecería. En cambio, lo que no creo que consiga nunca es el favor del público en general, porque no es en absoluto un autor nada sencillo. Lo que Lobo Antunes ofrece en sus novelas (y en este Esplendor de Portugal en concreto) es la conciencia desnuda de sus personajes: el discurrir de su memoria, que salta entre distintos tiempos y entre diversos niveles (lo consciente, lo inconsciente, lo reprimido) y que se desliza reconstruyendo historias, pero no una historia en sentido tradicional.
Lobo Antunes exige un lector no solo activo, sino también atento, sensible y paciente, porque lo que él crea son mundos psicológicos y simbólicos a través de los cuales es posible reconstruir los hechos concretos que los provocaron. En este caso, son cuatro los personajes en cuyas mentes nos sumergimos: una familia compuesta por Isilda, la madre, que resiste aislada en la Angola post-descolonización; y los tres hermanos, Ruy, Clarisse y Carlos, que regresaron a una Lisboa a la que no pertenecen y que alimentan sus odios y resentimientos mutuos.
Esplendor de Portugal, como decía antes, no es una novela para todos los públicos, no porque describa escenas horrorosas (que alguna hay) o impúdicas escenas de sexo (que también), sino por su estructura y estilo descoyuntado, poético, combinatorio, fragmentario, desordenado, disperso. Entrar en el ritmo y el universo que propone la novela no es fácil; una vez que se han reconstruido las piezas fundamentales (quién es quién, qué relaciones hay entre ellos, cuáles son sus taras o secretos ocultos...) la lectura se hace más llevadera, y mucho más profunda. Y es una experiencia apasionante; mucho más, sinceramente, que la mayoría de las novelas de Saramago que he leído.
La nota tonta para terminar: Cada vez que en el libro leía el nombre de Clarisse, no podía evitar acordarme de El silencio de los corderos: "Quid pro quo, Clarice"... Qué daño ha hecho Hollywood a nuestras mentes...
También de Lobo Antunes: Aquí
3 comentarios:
Exacto, así es la escritura de Lobo Antunes. Yo también pienso que supera a Saramago y estoy segura de que si no ha llegado a oídos suecos será por otros motivos. La dificultad etc.
Me recomiendan este para iniciarme con Antunes? Qué tal están sus crónicas? Y sus primeras nivolas?
Saludos y gracias.
Personalmente, este es mi novela favorita de Lobo Antunes, a lo mejor porque fue una de las primeras que leí. Me parece muy representativa de su estilo y sus temas (la descolonización, el desarraigo, el trauma, la violencia), y aunque es una novela difícil, como casi todas las suyas, en esta todavía hay un cierto hilo argumental, a diferencia de algunas de las últimas que son practicamente centenares de páginas de monólogo interior.
Las crónicas no las he leído, pero tienen muchos defensores. Y eso sí, son más fáciles de leer que las novelas.
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