jueves, 21 de octubre de 2010
José Luis Sampedro: La sonrisa etrusca
Idioma original: español
Fecha de publicación: 1985
Valoración: Muy recomendable
Un anciano ex partisano viudo y calabrés se hace unos análisis cuyo resultado supondrá la peor de las noticias posibles: padece un incurable mal que no tardará demasiado en llevárselo. El enfermo, hasta entonces un austero hombre de campo, pasará sus últimos meses de vida en la cosmopolita, fría y pija Milán, junto a su hijo, su nuera y su nietecito.
La expuesta anteriormente es una trama que dependiendo de qué escritor se haga con ella, puede acabar condensada tanto en un bodriete empalagoso de tomo y lomo, como en una lacrimógena obra maestra llena de análisis psicológicos y flashbacks históricos, y hasta en un best-seller horrendo para lectores poco exigentes (pero que luego se creen que han leído una obra de arte).
Gracias a Dios, la tarea de desarrollar esta breve sinopsis corrió a cargo de un hombre sensible y humilde, pero enormemente talentoso llamado José Luis Sampedro, un barcelonés emigrado durante su infancia a Tánger, que en el panorama de las letras españolas brilla con luz propia gracias a su conciencia política, su compromiso con los valores y derechos humanos, y su envidiable capacidad para poner las lágrimas a punto de caramelo sin caer en lo tópico o en lo baboso...
Salvatore, el anciano de La sonrisa etrusca (título que surge a raíz de un impagable encuentro del protagonista con cierta reliquia funeraria antigua que le deja boquiabierto), vivirá la última etapa de su apasionada vida entregado hasta la médula a dos grandes amores: su nietecito y una increíble mujer madura de nombre Hortensia. Las relaciones que establecerá con estas dos tiernas y valiosas personas constituyen la sangre y savia de esta novela que, pese a haber sido leída por servidor hace cientos de años, perdura en mi recuerdo como una deliciosa obra llena de amor, sentimiento y humor.
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4 comentarios:
Un gran libro. La primera vez que lo leí fue en el intituto.
Años más tarde volví a leerlo y pude descubrir infinidad de matices nuevos...
Un saludo!
Hace muchos años que lo leí, pero recuerdo que me gustó mucho. Muy bueno.
Tanto me gustó que luego lo intenté con otra de Sampedro, "La senda del drago", y en cambio ésta me pareció un bodrio infumable.
Y eso.
Uno de mis libro preferidos. Al disfrutarlo me enamoré de Salvatore/Bruno y me enamoré también de Sampedro. Como una conocida define a este hombre "qué cabeza tiene ¡y qué corazón!".
Buenas, hace algún tiempo que la leí, pero no quiero dejar de hacer una pequeña reseña.
Me viene a la mente una novela entrañable, en la que poco a poco te metes en la persona del abuelo, escrita con mucha alma.
Muy recomendable
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