Título original: Kentucky Straight
Año de publicación: 1992
Traducción: Javier Lucini
Valoración: recomendable
Los relatos recogidos en este libro transcurren en un lugar perdido de los EEUU, un villorrio de casas dispersas que apenas puede considerarse un pueblo, donde habitan unos rednecks en medio de la pobreza y la desesperanza...
-¡Eh, un momento, que esto ya lo habéis reseñado antes! Era un sitio llamado Kockernoséqué...
-Sí, bueno, es cierto: Knockemstiff, un estupendo libro reseñado hace años por Izas y con el que tiene mucho que ver Kentucky seco... O al revés, mejor dicho, porque es unos cuantos años anterior al de Donald Ray Pollock. Los relatos del libro de Chris Offutt se desarrollan, como indica el título, en las montañas de Kentucky, cerca de una población similar, es de suponer, al pueblo minero que vio nacer al propio autor y que ya no existe. Unas montañas pobladas por irreductibles -o resignados- hillbillies y enigmáticos Melungeon, que sobreviven, una vez agotadas las minas de la zona, gracias a la caza, las chapuzas y, más allá del tópico de los alambiques a la luz de la luna, del cultivo de marihuana.
Esta recopilación -primer libro publicado de su autor, por cierto- no es demasiado voluminosa; tan sólo nueve cuentos la componen y su moderada extensión, así como el muy buen hacer narrativo de Offutt facilitan mucho su lectura. A grandes rasgos, y de una forma tan arbitraria como cualquier otra, se pueden agrupar y clasificar sus relatos de esta manera:
- Blue Lick y Cuarto menguante son, para mí, los mejores del libro -aunque tampoco es que haya grandes diferencias en cuanto a calidad entre todos-, con la característica común de que se trata de dos "historias dentro de la historia" -un racconto, en el primer caso-, en las que un narrador relata algo que ya ha pasado:en el primero, un niño explica las tronchantes, aunque tristes, circunstancias que han desestructurado aún más su ya de por sí heterodoxa familia y en el segundo el viejo -de hecho, difunto- Cody cuenta una historia de antes de la guerra de Secesión, cuando la naturaleza de los Apalaches era aún más salvaje y despiadada que en los tiempos actuales.
- Otro grupo de cuentos están protagonizados por individuos que, de una forma u otra, se resisten a comportarse como se espera de ellos o , al menos, como lo hacen los demás en su entorno, buscando y encontrando su propio camino: el chico que se propone sacarse el título de Bachillerato en el excelente Serrín, que abre el libro; el joven Everett, que se refugia en el juego de billar en Bola 9; William, que trata de sacar adelante a su familia cultivando maría en los terrenos de la compañía minera -Hierba de caballo-; Mercer, que se resiste a ser tan racista como sus paisanos, en La ascensión de la casa y Vaughn, un niño iniciado en los secretos del bosque por su peculiar abuelo, en Lo que se queda, quizáss el cuento con el tono más lírico del conjunto.
- Por último, un par de relatos que no se pueden considerar dentro de la anterior categoría: el costumbrista Ahumadero, alrededor de una partida de cartas en pleno invierno y La abuela Lith, casi una versión montañesa de un cuento de los hermanos Grimm -algo de eso tiene, y también de la Antigua Grecia-...
Un libro, en fin, donde encontramos personajes llenos de gran dignidad, luchadores dentro de su aparente fatalismo, muy lejos de los tópicos acostumbrados sobre los habitantes de las montañas de esa zona, de la caricatura tipo Lil' Abner o The Beverly Hillbillies... Y un libro en el que la naturaleza es tan protagonista como los hombres y mujeres que la habitan, una naturaleza dura y exigente, aunque también hermosa y fascinante, de la que, si se sabe ver y escuchar, se puede extraer toda la sabiduría necesaria en la vida.
También de Chris Offutt en Un Libro Al Día: Noche cerrada
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