Título original: Queer. A Graphic History
Año de publicación: 2016
Traducción: Begoña Martínez
Valoración: interesante
Quizás alguno de ustedes, vosotro/as, nosotrxs (lo siento; es difícil utilizar un lenguaje inclusivo tras este libro...) haya oído o leído algo sobre la llamada Teoría Queer, o le suenen términos en boga como heteronormatividad, identidad de género, binarismo, matriz heterosexual, poliamor, performatividad, interseccionalidad, TERF, etc... O tal vez haya sido testigo, en medios de comunicación y redes sociales, de polémicas no siempre comprensibles, de las que desconocemos exactamente su origen o el contexto en el que se generan, pero asistimos a sus derivadas, a veces un tanto absurdas.... Pues bien, si quieren saber algo más sobre la tal Teoría Queer, pero sin dejarse los ojos en sesudos e interminables estudios biopsicosociales (y sí, el palabro existe), este, sin duda, es su libro: un ensayo divulgativo con abundantes ilustraciones que tratan de hacerlo más llevadero aún, sobre las ideas, la Historia y las ramificaciones y desvíos de la teoría -o mejor, teorías- Queer.
Aplaudo desde aquí el ingente esfuerzo que han llevado a cabo las autoras -en especial la psicóloga y académica Meg-John Barker, supongo- pera afrontar tan ardua tarea. Yo, desde luego, reconozco mi incompetencia para explicar, y menos en el exiguo espacio de una reseña, ideas tan escurridizas y complejas. Pero, en fin, por decir algo y resumiendo mucho (pero mucho), podríamos decir que la Queer es una teoría o conjunto de teorías de ciertas ramas de las Ciencias Sociales que tratan de cuestionar y refutar el concepto esencialista y fijo de las identidades sexuales y de género al uso, que consideran no más que un constructo social dentro del marco heteronormativo y binario (hombre/mujer; hetero/homo..., destinado a perpetuar las relaciones de poder establecidas (dominante/dominado); para ello, la teoría Queer opera desde los márgenes de esa normatividad (que también puede es homonormatividad, binormatividad y hasta kinknormatividad... ejem, mejor no preguntéis).
Clarinete, ¿no? Bueno, todo esto se explica muchísimo mejor y con más matices en el libro, así como el origen del término -en principio, "raro", "extraño"-, sus antecedentes en los estudios sexológicos -sobre todo, los de Kinsey-, los movimientos homosexuales, algunas ramas del feminismo o las ideas del existencialismo francés y, sobre todo, el postestructuralismo (no menciona, sin embargo, al anarquismo, que a mí me parece uno de sus sustratos teóricos y políticos más evidente). Es justamente Michel Foucault, junto con la filósofa americana Judith Butler, a quienes se considera "padres" de la Teoría Queer, aunque el término fuese utilizado por vez primera por la teórica feminista Teresa De Lauretis.
Le sigue una inacabable lista de estudiosos, activistas y tendencias dentro de la Teoría Queer y, como un detalle que honra a las autoras, un apartado sobre las críticas y tensiones que ha vivido en su no demasiado larga trayectoria (por ejemplo, desencuentros con el feminismo, o los movimientos bisexuales y trans, así como las acusaciones de elitismo, innacesibilidad o ineficacia...). Por último, también se recogen las nuevas direcciones y tendencias que vive(n) esta(s) teoría(s) y un recordatorio de que lo "queer" es algo que "se hace", no que "se es".
Por mi parte, no me considero aún capaz de decir si estoy o no de acuerdo con esta(s) teoría(s) socio-psico-sexual. Me resulta muy interesante y sugerente y, como cualquier otra idea liberadora e igualitaria (pues de eso se trata, al fin y al cabo), digna de consideración y estudio. Cierto que del libro también se coligen algunas de sus contradicciones y defectos, algo que las autoras han suavizado, pero no han querido o sabido evitar. Por ejemplo:
-Da la sensación de ser más una teoría reactiva que constructiva, mucho más centrada en la oposición a la normatividad establecida que en proporcionar una alternativa viable a esa normatividad.
-Trasluce que se trata más de un debate académico dentro de los estudios sociales, que como mucho puede haber trascendido a ciertos grupos activistas, pero no algo que tenga o vaya atener una incidencia en la vida real de la mayoría de la gente, al menos a corto plazo.
-Por último, la propia naturaleza de estas teorías y su relación con algunos movimientos pro-derechos de diferentes colectivos dejan la idea de que nos encontramos ante la enésima versión del Frente Popular de Judea contra el Frente Judaico Popular. No digo ni sé si esto es así, pero sí lo que deja entrever la lectura de este libro, por más que las autoras hayan tratado de lograr la mayor positividad y ecuanimidad al respecto.
En cualquier caso, tampoco es ésta una lectura demasiado pesada y al menos, tras ella, podremos utilizar con más propiedad conceptos y términos que, como ya he mencionado, empiezan a ser frecuentes en los medios y redes sociales. ¡Seamos un poquito más abiertos al respecto que un mero académico de la RAE, caramba! Y me refiero a las ideas, no a las palabras...
6 comentarios:
Lenguaje inclusivo es el genérico, Juan,cuando hay que usar más de una palabra o usar términos impronunciables es cuando se excluye. Hay muchos académicos de ambos sexos, no sólo Tom y Jerry. Y lo que hacen es delimitar la norma ateniéndose al uso, no imponer. (La Ortografía es otra cosa, ahí sí tienen que regular y creo que metieron la pata, pero no tiene nada que ver con esto).
Tras 10 años planteándomelo, he conseguido saber que estoy en contra. Por tanto, supongo que soy "terf".
¿Implicaciones en la vida cotidiana? Innumerables. Una mujer trans no suele estar interesada en ninguna reivindicación feminista (aborto, conciliación, prostitución etc.) ya que les es ajeno y les sitúa en segundo plano.
Algo todavía más cotidiano: compartir espacios públicos que estaban divididos hasta ahora. Ya se han producido abusos a causa de esto.
Etcétera
Hola Montuenga:
Lo del lenguaje inclusivo me temo que ha sido una ironía mía no demasiado fina, que no sé si se entenderá sin haber leído el libro o cobicer la teoría Queer.
Sobre lo de las TERF, yo pensaba que sabía de que iba la cosa (en el sentidi que tú comentas), pero me ha chocado que según cuenta el libro ha habido grupos feministas que se autodenominaban o podríamos considerar TERF que utilizaban argumentos de la teoría Queer sobre el no binarismo para rebatir las pretensiones de las Trans, por lo que me quedó la duda de si el acróstico y la actitud TERF proviene del feacnismo, del movimiento Trans (cobtra las feministas) o de la teoría Queer.
Dicho todo esto, y si se me pwrmiinclusobservación, para un lego en el tema como era yo, tal disputa suena un tanto heinclusobservacióno críptica...
Un saludo, compañera y gracias por el comentario.
Perdón por las erratas de este último comentario, que me gustaría atribuir al maldito móvil, pero que son (casi) todas culpa mía...; )
"Por mi parte, no me considero aún capaz de decir si estoy o no de acuerdo con esta(s) teoría(s) socio-psico-sexual."
"... y tendencias que vive(n) esta(s) teoría(s) y un recordatorio de que lo "queer" es algo que "se hace", no que "se es"."
"-Por último, la propia naturaleza de estas teorías y su relación con algunos movimientos pro-derechos de diferentes colectivos dejan la idea de que nos encontramos ante la enésima versión del Frente Popular de Judea contra el Frente Judaico Popular."
Copié estas frases tuyas, Juan, que me encantaron. En ellas están los motivos que me hacen admirar tu reseña aunque me temo que mucha agua tiene que pasar sobre el puente para que me interese lo suficiente el tema y/o el libro.
Un saludo.
Hola! Me pasa algo similar; lo encuentro interesante como cualquier otra idea o movimiento liberador o igualitario, y más todavía en este caso por el formato de historia gráfica que creo permite un mejor acercamiento a temas complejos, polémicos o secuestrados por la academia. Hace poco leí Desmesura, una mirada de la locura también desde historia gráfica y lo encontré buenísimo. Sobre las contradicciones y defectos que visualizas, me hacen sentido absolutamente porque también las he identificado en otras temáticas en boga. Eso sí, en cuanto a ser a abiertxs, yo voy por todas: ideas, palabras, "normalidades", instituciones (desinstitucionalizar, mejor dicho).
Hola a los dos:
Diego, espero que la frase que más te haya gustado sea la del Frente Popular de Judea, por razones obvias...; )
Antonieta, no conozco el libro que comentas, pero lo buscaré. De todos modos, he de aclarar que el de la reseña no es una "novela gráfica" sino un libro de divulgación, digamos,cuyos textos se apoyan en ilustraciones (que a veces vienen muy bien y otras no hacen mucha falta, pero vale).
Por lo demás, la última frase de la reseña quizás haya sido un poco gratuita y se refiere sobre todo a la actitud de ciertos miembros de la RAE, sobre los cambios que perciben (o no perciben) en la sociedad, más que sobre el lenguaje inclusivo, tema en el que, en general, estoy de acuerdo con Montuenga.
Un saludo a ambos y muchas gracias por visitarnos y comentar.
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