martes, 2 de octubre de 2018

Colaboración. Leonardo Padura: Aquello estaba deseando ocurrir

Idioma original: español.
Año de publicación: 2015
Valoración: Recomendable

Antología de cuentos escritos desde la década de los 80 hasta algunos más recientes como “La muerte feliz de Alborada Almanza” escrito en 2009.

En esta selección se hace un recorrido por temáticas como el despertar adolescente con el descubrimiento de la vida sexual y amorosa, como “Nueve noches con Violeta del Río” (2001), en la que se mezclan la idealización del amor y la ausencia del mismo, o el cuento “Mirando al sol” (1995), donde la adolescencia se manifiesta con su crudeza amparada por el grupo y las actuaciones y descontrol tanto con las drogas y el alcohol y la violencia que puede llegar hasta el asesinato y la muerte de los protagonistas.

La distancia y el recuerdo es casi una constante en los cuentos: En “La puerta de Alcalá” (1991), el protagonista va a cumplir los dos años de “misiones” casi forzadas por el régimen del PCC en Angola. Ese tiempo de destierro donde muchos dejan sus vidas en Cuba y matan el tiempo ya sea con alcohol y en la búsqueda de cariño y sexo, pero siempre con la necesidad de volver a su Cuba en donde han dejado amigos, esposas, a veces hijos. A veces una obsesión en la que se mezcla el destino y el azar da rienda suelta al desarrollo de la narración. En Los “Limites del amor” es la misma secuencia de despedida y reencuentro. Como la lejanía hace a los seres humanos más necesitados y en búsqueda constante de afecto (y sexo).

El paso del tiempo, los personajes ya viejos, algunos vencidos por la edad y otros activos en sus profesiones, pero siempre con un pasado que permanece y que recuerdan: “Sonatina para Rafaela” (1988) o la protagonista de “La muerte feliz de Alborada Almanza” (2009), que no sabe si está viva o muerta, o si bien muerta puede realizar alguna de sus deseos en vida. Esta mezcla de ficción y realidad a veces se entrecruza en los cuentos de Padura, aunque el escenario siempre es real y dentro de un momento político y social de la Cuba de los años revolucionarios con el desencanto, pobreza, hambre y desilusión de sus protagonistas. En otras ocasiones incluye momentos de ilusión en situaciones concretas como en el Taller de literatura en "Adelaida y el poeta" (1988), donde se mezcla la realidad del poeta, coordinador y profesor del Taller con las ilusiones actualizadas pero con sabor a pasado en personas ya jubiladas y que desean ser escritores: La vida y el deseo se mezclan de nuevo.

El sexo es un elemento central  en los cuentos de Padura: en “Nochebuena con nieve” (1999) la descripción de una relación entre el protagonista y su ex-cuñada, aplazado a lo largo de muchos años, deseada por ambos que se convierte en una ceremonia de despedida cuando ella le invita a tener una relación soñada e imaginada durante años en el momento que desde ya marcharse y dejar su vida en Cuba y alejarse en busca de una vida de libertad, casi siempre en Miami, una constante también en sus narraciones. En “El cazador” (1990), describe las dificultades que tiene una persona gay en la sociedad cubana. Sexo  prohibido, pero presente y real, siempre clandestino y muchas veces castigado.

Y los cuentos donde la sensibilidad del autor está por encima de todo: en “La pared” (1989), el protagonista vive su propia infancia a través de un niño que juega en la plaza que él puede ver desde la ventana de su trabajo: se confunde protagonista y el niño, ambos peloteros, con sueños, el presente y el pasado se funde de forma dura y presente en el relato.

A veces los encuentros furtivos, espontáneos, pueden ser plenos. En “El destino: Milano-Venezia (vía Verona) (1996). De nuevo el azar y el encuentro puede darse en su plenitud, aunque la sean breves y siempre llenos de melancolía como casi todos los protagonistas de Padura.

Padura a través de sus cuentos realza y condensa el paso del tiempo de las gentes de su querida Cuba, que tan bien ha ido dibujando en las series de novelas sobre el detective Mario Conde paradigma de las dificultades de todos aquellos que permanecen en Cuba (y los que se exilian) y lo difícil que es vivir y permanecer en una Cuba que parece anclada en el tiempo.
Autor: Juan Díaz 

8 comentarios:

Gabriel Diz dijo...

Hola Ulad,
Después de leer la reseña no pude evitar el recuerdo de los trabajos prácticos hechos para la universidad. Sin herir la sensibilidad de nadie: extrañé el estilo desprejuiciado que los caracteriza.

Saludos

Juan G. B. dijo...

Hola Gabriel: pues sin ánimo de molestar, no me parece justo el comentario. Reseñar libros de relatos es, creo yo, más complicado que una novela, puesto que hay que hacer un repaso a varias o muchas historias diferentes que además pueden tener una factura también irregular, en un espacio exiguo como es el de las reseñas de este blog y es normal que el resultado quede un poco deslucido.
Por otro lado, el estilo desprejuiciado que nos caracteriza es, al menos en el caso de alguno de nosotros (y no miro a nadie, ejem...) producto más de la inconsciencia que de la habilidad reseñadora, me temo... ; )
Un saludo y gracias por seguir el blog, en cualquier caso.

Gabriel Diz dijo...

Hola Juan, pido disculpas si con el comentario herí la sensibilidad del autor de la reseña.

Saludos

Juan G. B. dijo...

No, por favor...yo no hablo en nombre del autor de la reseña, al que no conozco de nada. Simplemente quería hacer saber, en mi opinión y desde mu experiencia, que reseñar libros de relatos me parece más dificultoso cualquier otro...
Un saludo.

El Puma dijo...

De Leonardo Padura solo leì su novela Herejes. Y si no me equivoco, lleguè a él desde ULAD.
Una novela valiosa, rica históricamente, bien pergeñada, mejor ejecutada.
Hace poco leí un reportaje a Padura, un cubano inteligente y objetivo.
Altamente recomendable.

Javier Ventura dijo...

Precisamente estoy yo leyendo "El hombre que amaba a los perros": una historia a tres bandas en torno a la figura de Trosky una vez condenado al exilio por Stalin por un lado; el hombre (español) que le dio muerte durante un atentado en México por otro; y finalmente un escritor cubano en tiempos más modernos que nos relata los hechos. Todo muy bien documentado, envuelto en cierto aura de misterio histórico. Muy recomendable. Una gran novela.

Montuenga dijo...

Está reseñado, Javier. Dejo aquí el enlace y, de paso, todos los de Padura que hemos reseñado hasta ahora. Saludos.

http://unlibroaldia.blogspot.com/2013/12/leonardo-padura-el-hombre-que-amaba-los.html

http://unlibroaldia.blogspot.com/2012/11/leonardo-padura-mascaras.html

http://unlibroaldia.blogspot.com/2015/05/colaboracion-herejes-de-leonardo-padura.html

http://unlibroaldia.blogspot.com/2012/06/leonardo-padura-la-cola-de-la-serpiente.html

Javier Ventura dijo...

¡Es verdad Montuenga! No se me había ocurrido mirarlo aún (a veces prefiero no leer las reseñas hasta que haya leído las novelas para no influirme de ninguna manera; salvo las que decido leer porque me ha gustado la reseña claro está!;).
En este caso he cedido a la tentación de leerla, y veo que nos ha entusiasmado a ambos igualmente.
Saludos y gracias!