lunes, 10 de abril de 2017

William Somerset Maugham: El velo pintado

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Idioma original: inglés
Título original: The Painted Veil
Año de publicación: 1925
Valoración: Recomendable



Décadas después de haberse publicado las grandes novelas de adulterio, Somerset Maugham va un paso más allá del hecho en sí e intenta analizar las consecuencias de la transgresión mostrando a un marido conocedor de los hechos en una época en que el matrimonio es aún el único recurso con que cuentan las mujeres para vivir con dignidad.
El escritor tomó la expresión de un soneto de Shelley para usarlo como título y epígrafe, incluso, como inspiración de algunas escenas. En ellas se recrea la sensación de irrealidad que tenemos a veces y que podría asimilarse con esos paisajes que, debido a un efecto óptico, a primera vista parecen pinturas. Una vez concluido el punto culminante de la trama, vemos a la protagonista, abandonar Mei Tan Fu que “con sus murallas almenadas era como el lienzo pintado que representaba una ciudad en las antiguas obras de teatro”. Asistimos aquí al primer gran momento de lucidez del personaje, pues lo que ve, más allá de un pedazo de paisaje, es la vida con otros ojos.
Pienso que, en general, el mayor talento de Maugham consiste en la perspicacia de su análisis social. No necesita acumular detalles para trazar los rasgos definitorios de los ambientes que conoció de primera mano. La vida de la alta sociedad inglesa, la de los funcionarios británicos en China, el papel de la religión en las costumbres se muestran con la mayor fidelidad, también los prejuicios de la época asumidos por el propio escritor, como demuestran expresiones referidas a las niñas chinas que hoy consideraríamos, como mínimo, poco afortunadas.
Pero, aunque tiende a esquematizar mostrando prototipos más que personas y empeñándose en definirlas explícitamente, consigue unos retratos bastante convincentes. Aparte de unos cuantos secundarios de lujo (como Waddington o la madre superiora), los perfiles más acabados son el de Walter Fane, Charlie Townsend, la madre de Kitty y sobre todo la propia Kitty, el personaje más rico y complejo, al que retrata con mayor profundidad. En un principio conocemos su mentalidad juvenil así como la educación que la originó y, a través de reacciones y pensamientos, descubrimos su evolución paso a paso.
Maugham no es partidario de entretenerse en divagaciones, prefiere ir al grano, recrear ambientes cuando es necesario, pero ciñéndose siempre al hilo principal. Si procura no dispersarse es porque considera que la mayor parte de las novelas contienen relleno en exceso, incluso recomienda el sano ejercicio de saltarse las páginas sobrantes. Una opinión bastante discutible que, lógicamente, condiciona el desarrollo argumental de sus novelas. Aunque hay que admitir que lo hace para bien, pues sus planteamientos tienen un rigor y una efectividad poco comunes: cada pieza encaja perfectamente en su lugar y no sobra ni falta nada.
No obstante, y aunque se trata de un argumento de sobra conocido por haber servido de base para más de una película, ciertos aspectos del texto original me parecen bastante trasnochados. Sobre todo en las últimas escenas, esa insistencia en resaltar las conclusiones que, según el autor, debemos extraer de los hechos, tanta enseñanza moral explícita resultan chocantes y hasta un poco molestos.

5 comentarios:

Librosqueseducen dijo...

Vi la película y me encantó, así que es probable que le una oportunidad.
Saludos!

Montuenga dijo...

Yo no he visto la peli así que no sé si cambia algo. Esto es, supongo, lo que te gustó en la pantalla, muy bien narrado, con un desarrollo impecable, una protagonista llena de matices y un pelín de moralina al final. O sea, apostaría a qué sí que te gusta.

Juan G. B. dijo...

Yo he de decir que estoy muy contento con esta reseña (estupenda, además, como suele ocurrir con las tuyas) porque hace tiempo un comentarista me sugirió que reseñásemos esta novela y era una de las deudas que de vez en cuando me venían al memoria.
Por supuesto, prometo que algún día la leeré, pero ya por el puro placer de hacerlo ; )

El Puma dijo...

Primero que nada, gracias. Por traer a ULAD a uno de los olvidados autores que marcaron a fuego mi juventud. Conocí a Somerset Maugham cuando estudiaba para rendir mis exámenes de inglés en Cambridge (en Argentina, en realidad). Lo leí en su lengua original: Servidumbre humana, La luna y seis peniques, Al filo de la navaja y varios más.

Servidumbre humana me maravilló. Me pareció una formidable novela, que me impulsó a leer buena parte de su obra y a interesarme en su vida personal, apasionante. Tal es así que muchos años después, visitando Bangkok, fui especialmente a conocer el Hotel Oriental, donde se alojaba por largas temporadas.

Muy buena reseña. Valoro además el rescate de de un personaje relevante en la primera mitad del siglo XX

Montuenga dijo...

Gracias por tu amabilidad, Juan, y me alegro de haber ayudado. Mira, así a lo tonto ya tengo hecha mi buena obra del mes :)
Pues me alegro por ti, Puma, yo en cambio nunca he hecho buenas migas con ese idioma así que me tengo que conformar con traducciones.
Si te apetece leer un poco de crítica literaria, muy personal y sin grandes alardes, mezclada con chismorreos sobre escritores y, de paso, ver a este escritor "en su salsa", te recomiendo "Diez grandes novelas y sus autores". Muy divertido si lo coges con ganas.