Palabra tabú: "gracias". Y sus derivados.
Pues vaya, lo claro que lo tengo si me auto-impongo una palabra a evitar en toda esta parrafada. Que ya le he encontrado el punto flojo a Santi (alias "el jefe de todo esto") y siempre le busco las cosquillas.
Pero va a ser difícil. Porque nos sentimos abrumados, ya no solamente por el crecimiento acumulado de estos seis añitos que han pasado en un soplido, sino porque, curioso, la respuesta de los lectores sea tan masiva, tan magnifica y tan heterogénea. Y de muchos lectores que jamás han dejado un comentario pero ahora se han sentido llamados por nuestra convocatoria. Porque sí que puede apetecer recibir un libro, pero nos parece que también hemos notado ciertas ganas de obtener una respuesta por nuestra parte. Claro que habrá quien haya puesto algún libro que le haya parecido una porquería para ver lo que decimos. Puede que hasta haya quien se haya inventado un autor y un título para volvernos locos con los buscadores (a nosotros y a nuestros libreros o bibliotecarios). Pero el total de respuestas, y su enorme variedad (desde ya pedimos perdón a todos aquellos que han apelado a autores de sus países que nos haya sido literalmente imposible ubicar) hace que nos recorra un ligero escalofrío por nuestro espinazo. Que los blogs también tenemos sentimientos, oiga.
Y que evitar la palabra tabú me ha costado lo suyo.
Así que pasamos con las sugerencias
Resumiendo, estamos tan encantados como ligeramente apremiados, pues el volumen de peticiones y su variedad es colosal. Lógicamente, hay quien ha optado por pedirnos libros que son más o menos del dominio público y, por tanto, tareas eternamente pendientes del blog. Otros han optado por pedirnos la opinión sobre autores y obras de sus países o sus entornos más cercanos. Esperamos que la relativa ausencia de fronteras que es Internet nos permita, al menos, tener la opción de interesarnos por todos ellos. Confiamos, por cierto, en que todos los libros que nos hayáis aconsejado sean reales. Porque aquí a veces hemos hecho alguna que otra broma, y este pudiera haber sido el momento de que alguien nos la devolviera.
Todas las sugerencias están (con el número que ha sido asignado para el sorteo) en este documento, que hemos colgado hace varios días.
Y, por fin, los resultados. Lamentablemente, en pleno sábado ningún notario nos pudo hacer un hueco en sus agendas. Les tentamos con sobres mulliditos (de recortes de periódicos, claro, pero es que los dimos cerrados, listos), pero ni caso. Así que hemos desarrollado un algoritmo de alta tecnología que garantizara equidad. O sea, el botón "random" de un Smartphone. Quién mejor que la diosa Fortuna. O no. Y ya le hemos pedido a los de Google una locutora un poquito más entusiasta, pero estaban todas en cástings de Gran Hermano.
Ganador de entre los participantes por medio de comentarios en el blog:
Número 30, Maria, que nos recomendó dos libros: Incierta Gloria, de Joan Sales, y Las Voces del Pamano, de Jaume Cabré.
Ganador de entre los participantes por Facebook:
Número 8, Miguel Yuste Ayarzaguena, que nos sugirió La hora azul, de Alonso Cueto.
Ganador de entre los participantes por Twitter:
Número 7, @04MPaz, que nos aconsejó El nacimiento de Cupido, de Eusebio Fuentes.
Seréis contactados por mails o por Tweets o por paloma mensajera o señal de humo, no pararemos hasta dar con vosotros y vuestras direcciones para enviaros los libros. Abridle al cartero, por una vez no viene con una factura. Nos seguimos leyendo, amigos.
5 comentarios:
El primer párrafo es de apenas seis (6) palabras. Una de ellas mínima.
Y cuando basta el segundo -dos líneas y media- para reconocer a su autor... pues algo anda queriendo significar.
No sé a qué esperas, para que seas tú quien les dé trabajo a otros reseñadores.
(Y que conste el empeño que he puesto para escribir en español, y no en argentino).
Señor Horacio, es usted un botarate.
6 palabras y una coma.
Tiene usted razón, Anónimo.
No puedo dejar de acordarme de cierto episodio de "The Big Bang Theory" en el que Raj se enamoraba de la voz femenina de su teléfono móvil... ;)
Bueno, esto, la muchacha de Google es desangelada y sosa como ella sola, pero aún así hay quien especula con su aspecto físico...
Y el rifirrafe provocado por Horacio (irredento critico de todo lo que se mueve) no ha de tener más consecuencias. Seguramente, con un comentario de apenas unas líneas, no sea ese Horacio sino un impostor.
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