Año de publicación: 2005
Valoración: Se deja leer
Ahora que parece que ha pasado el tsunami de Ocho apellidos vascos, podemos hacer una pequeña incursión en algo que podríamos denominar como un precursor de ese tipo de humor. Porque, para quien no lo sepa, hay que decir que Óscar Terol fue uno de los responsables originarios del programa de ETB Vaya semanita, a su vez inspirador de la exitosa película. Todo hacía pensar que el libro se movería en parecidos registros, quizá con algunas matizaciones.
Porque también se supone que el medio escrito permite mayores cotas de osadía que la pantalla de TV –en especial, tratándose de una cadena pública. Y, por otra parte, el libro se edita en una época (2005) en la que este país ya venía necesitando claramente y de forma urgente un buen repaso a base de ironía corrosiva y acidez desmitificadora. Y aquí es donde nos quedamos a medias.
El corte del libro podíamos definirlo como típico ‘teroliano’, pero el producto es desnatado y bajo en calorías. Es un trabajo bienintencionado y simpático, pero no deja de ser una sucesión de chistes y humoradas más bien inofensivos. Ya se sabe, el vasco amante de la buena mesa y la cuadrilla, cortado con las mujeres, currante y un poco bruto, tan poco hablador como amigo del canturreo.
De forma que, página a página, se nos va bajando el punto. Es cierto que nos encontramos buenos golpes, de esos que le sacan a uno la sonrisa, que los gags están en general bien traídos, y se agradece la coherencia con el disparatado hilo argumental (o sea, que todos nacemos siendo vascos, pero después sólo unos pocos continúan siendo acreedores al título). Pero todo es humor blanco, falta la voluntad auténticamente transgresora, y la obrita acaba resultando acomodaticia. Pocos serán quienes se sientan violentados por la burla... y menos aún, en el entorno de nuestra clases dirigentes.
En suma (y aunque en su época se vendió como churros), correcto, pero irrelevante. Como para leer en la playa.
Firmado: Carlos Andia
7 comentarios:
Hola, Carlos: te confesará un secreto. No sólo he leído este libro, ¡sino que incluso pagué por él! (5 euros de una edición de bolsillo...tampoco nos volvamos locos...)
Coincido plenamente con tu reseña, aunque, también hay que reconocer que, a ratos, te ríes un montón...
Un saludo, amigo!
La simple mención a "Ocho apellidos vascos" es suficiente para que un servidor salga corriendo. Lo siento: me parece una cosa insustancial e insultante.
Pues prepárate, Francesc, que la próxima peli será "Ocho apellidos catalanes"... ¿Adivinas cual será el que empiece por la letra B?
Vaaa, que es broma... ;)
Hombre, Francesc, insustancial sí, pero insultante... Precisamente por ser taninsustancial, me parece difícil que resulte insultante.
Santi: a veces algo es tan inofensivo que ofende.
Jope, se me ha borrado el comentario. Censura!
Bueno, decía como que la peli me hizo reir más que el libro, y eso que llevo encima mis ocho apellidos más otros cuantos más.
Así que, Francesc, tío, no te pongas tan serio. Insustancial sí, todo, pero no le veo yo lo insultante para nada. Son estereotipos que nos harán más o menos gracia, pero que de verdad son intrascendentes.
El libro sí que me pareció, como decimos aquí, sinsorgo, pero sin más.
Saludos a los ULADers. Carlos
Hola otra vez (y ya van...):
Francesc, si quieres algo con más enjundia sobre el tema, pero sin perder el sentido del humor, enhorabuena, se acaba de estrenar "Negociador", que también es de Borja Cobeaga (guionista de "( apellidos...", eso sí)
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