miércoles, 2 de octubre de 2019

Álvaro Mutis: La última escala del Tramp Steamer


Idioma original: español
Año de publicación: 1989
Valoración: Recomendable




El auténtico viajero no suele ir acompañado, debe tener un temperamento individualista, incluso algo huraño, que convierta su aventura en un descubrimiento constante. La última escala del Tramp Steamer es una novela corta protagonizada por uno de ellos, un solitario que apenas necesita del contacto humano, un vividor que se dedica a transportar las mercancías más variadas de una punta a otra del mundo recreándose en lo que ve y oye e interviniendo lo menos posible. De ahí que los personajes sean escasos y tengan poca relevancia. Solo dos personas, Iturri y Warda, merecen su atención y por tanto la nuestra, también un barco: el Alción, cuya peripecia se narra como si fuera humano. Las escenas dónde aparece son pura poesía en la que Mutis, al revelar su decadencia, consigue fascinar al lector con la imagen de algo (alguien) viejo, feo, inservible, miserable y sucio. Pero ese cacharro maltrecho ha vivido, ha ejercido su función y en su aspecto va incluido el honor de las glorias pasadas.
Finalmente, asistimos a su agonía: El Tramp Steamer, batido por la corriente a fuertes sacudidas, se iba destrozando ante nosotros. Era como ver una bestia prehistórica acabar despedazada por un enemigo omnipresente y voraz. Por fin, los dos trozos en que se había partido se fueron alejando en opuestas direcciones, hacia las orillas y, de pronto, desparecieron…” 
El narrador se convierte en oyente al activarse una confidencia que llega a durar varios días. Un intercambio de papeles que quizá no sea tal, porque ¿cuánto hay de Iturri en el protagonista y de este en el vasco? Sus identidades, si no intercambiables, tienen tantos puntos en común, tanto pasados como presentes, que -me arriesgo a afirmar- además del fracaso y la vida itinerante, aquí se plantea un tercer asunto: el del doble. Temas universales donde los haya pues, tal como Mutis reitera a lo largo de su obra, toda vida es un viaje repleto de riesgos y todos, de alguna forma, somos o seremos derrotados por ella. En cuanto al doble, ese gran misterio de la literatura, tan atractivo como imposible de desentrañar, muchos y muy grandes lo han tratado repetidamente. 
El relato no tiene nada de extraordinario, lo amplifica ese espacio tan reducido y monótono, la cubierta de un barco que hace las veces de escenario en el que se desarrollan los hechos narrados por Iturri. Y eso es todo, prácticamente, porque lo que ocurre es lo de menos: un amor tan irreal como idealizado y algunas coincidencias. Lo que importa es la mirada del protagonista y los sentimientos que esas vivencias provocan. Pura introspección que representa para nosotros todo un viaje en el tiempo y para los personajes dos mentalidades opuestas, dos visiones del mundo que se pueden sintetizar en dos palabras: Oriente y Occidente.
Alvaro Mutis es un escritor fundamental, por su estilo, su complejidad y, sobre todo, porque no se parece a nadie, es el paradigma del autor muy vivido que utiliza su experiencia para componer una obra única y personal, alguien. que de ningún modo debe caer en el olvido. Su personaje más conocido, Maqroll el Gaviero, aparece aquí muy tangencialmente. Los de esta novela en concreto, cada uno a su manera, transpiran la melancolía de la derrota, la del narrador, la de Iturri y la del propio novelista.
Una lectura que no aconsejaría a quien esté buscando grandes sorpresas o emociones fuertes. Aquí la anécdota es mínima, para disfrutarla hay que dejarse envolver por la prosa, por sus evocadoras descripciones, por la recreación de los lugares más variopintos, pero sobre todo por su atmósfera.

 Del mismo autor en ULAD: Amirbar, NocturnaLa nieve del almirante

8 comentarios:

Koldo CF dijo...

Hola, compañera

Solo he leído dos libros de Mutis, pero estoy totalmente de acuerdo con lo que dices sobre las imágenes de la decadencia. También totalmente de acuerdo en lo de escritor fundamental. Solo añadiría que algo olvidado, por desgracia

Un abrazo

Unai dijo...

Puede que esta novela, leída independientemente, no sea la mejor de Mutis, pero forma parte de las" Empresas y tribulaciones de Maqroll el gaviero", un ciclo que en su conjunto forma una obra maestra única y absolutamente merecedora de un imprescindible.
Y, para redondear ese universo,recomiendo "Summa de Maqroll el gaviero" impresionante
y fascinante obra poética de este autor que para mí es, sin duda, uno de los grandes.

Diego dijo...

Mientras leía tu reseña viajé dos o tres años atrás al momento en que leí esta novela. Coincido contigo en todo lo que dices.
De ella me quedaron esos momentos especiales en los que el protagonista se encuentra con el Alción, maravillosamente escritos, y unas primeras líneas que yo recordaba como prólogo. Ahora, al ir a rescatarlas de la estantería de los colombianos, vuelvo a leerlas y, sí, aplaudo a don Álvaro Mutis. Pareciera que él también estuviera de acuerdo con tu reseña y con el comentario de Koldo. Las copio:

"...Como lo que voy a narrar es algo que supe por boca del protagonista, no tengo otra alternativa que lanzarme por propia cuenta y con mis escasos medios a la tarea de ponerlo por escrito. Hubiera querido que alguien mejor dotado lo hiciera, no fue posible: los atropellados y ruidosos días de nuestra vida no lo permitieron. Quise dejar esta salvedad, que no ha de librarme, de seguro, del severo juicio de mis improbables lectores. La crítica ya se encargará, como es su costumbre, de cumplir con el resto y regresar al olvido estas líneas tan distantes del gusto que prima en nuestros días."

Creo que estamos de acuerdo en que La última escala del Trump Steamer es una novela recomendable de un autor Muy! muy recomendable.

Montuenga dijo...

Hola Koldo. Estamos de acuerdo en lo del olvido y lo he comentado en la reseña. Es una pena, todos esos escritores magníficos del siglo XX, que se han quedado en los libros de texto y ¡ojalá me equivoque! no son demasiado conocidos y todavía menos leídos. ¡La de buenos ratos que nos estamos perdiendo!

De acuerdo cien por cien contigo, Unai. Mutis debería aparecer más en el blog, sobre todo sus obras más representativas. He traído esta para no repetir lecturas pero hay que seguir reseñándolo. El problema es que el universo literario es infinito y, por mucho que nos esforcemos, siempre quedará mucho y muy bueno. Pero eso también es un aliciente, porque si todo lo de interés estuviese ya aquí ¿que dejaríamos para más adelante?

Sí, Diego, es como si lo hubiese adivinado, pero no por falta de méritos -era muy modesto o se lo hacía- sino porque el panorama editorial es voluble y, como sabes, se centra en lo comercial. Te ha quedado un comentario nostálgico. Bueno, al menos nosotros rescatamos a algún grande de vez en cuando para que nuestros lectores más jóvenes los conozcan y vuelvan a la memoria de todos.

Unknown dijo...

Estupendo mutis. Mayor Thompson

Montuenga dijo...

Pues sí. No hay que dejar de leerle.

Unknown dijo...

Estoy leyendo este libro y estoy alucinado como hechizado. Esta historia tiene con todo el sentido intuitivo el olor de los buques fantasmas y errantes de García Márquez, con razón se lo dedica. Coroneles y capitanes moribundos que perdieron la fe y andan por el mundo como un gorrión mojado. De todos modos al margen de Gabo, si es que se puede estar al margen de algo, la prosa y la poesía recuerdan mucho a Conrad y sus hombres atormentados. Lord Jim y Kurtz. A seguir leyendo. Feliz cuarentena.

Montuenga dijo...

No me extraña que alucines. Es una novela con una atmósfera especial, maneja la introspección y la memoria maravillosamente, está envuelta en melancolía. Literatura en estado puro.