viernes, 11 de octubre de 2019

Gabriel García Márquez: Relato de un naúfrago

Idioma original: español
Año de publicación: 1970
Valoración: muy recomendable

Una entre mis muchas carencias como lector es no haberme especializado aún en ninguna de las figuras del "Boom". Puede que se trate de una mera lejanía generacional, sí, será sobre todo eso el hecho de que no haya vivido en primera persona ese fenómeno literario en espectacular eclosión hace ya unas cuantas décadas. Lejanía generacional, que no física. García Márquez firma en Barcelona, 1970 (supongo que en su famoso piso en el barrio de Sarrià) el brillante, por revelador y por muchas cosas, prólogo a este curioso relato, menos de 150 páginas, puede que parezca una obra menor, claro. Pero menos tenía El coronel no tiene quien le escriba y menudo portento de novela. Aún así, quizás haya de considerarse una obra de excepción, al margen de la florida imaginación del fallecido autor colombiano, tratándose, la explicación en el prólogo representa todo un "entrante" en calidad literaria, de una obra que había sido previamente publicada en prensa, de hecho, de una especie de resumen de esos artículos, constituida, celebridad obliga, en una obra redonda en lo literario pero más enmarcada en lo que podríamos definir como escenificación de un eventual diario de a bordo, basado en hechos reales y fruto de las diversas entrevistas mantuvo con el protagonista.

Porque el título, curiosamente apoyado por un florido párrafo, el horror de aquellos que temen el spoiler que subtitula de forma contundente y que, él solito, ya representa una declaración política, un sutil y poderoso puñetazo al poder público.

Porque el naúfrago es un marino, Luis Alejandro Velasco, un militar tripulante de una embarcación de guerra, un destructor, que, en una rutinaria misión y bajo diversas irregularidades, da un bandazo en el mar y pierde a varios de sus tripulantes, todos ellos miembros de la Marina de Guerra de Colombia, todos ellos menos Velasco fallecidos, Velasco entonces único superviviente, naúfrago, héroe de aquellos que merece distinciones, oropel, reconocimiento y placas colgadas por doquier con políticos y gobernantes prestos a tirar de las correspondientes cortinillas.
Pero Colombia era una dictadura entonces con un férreo control de medios de comunicación y opinión pública. Y si todo es política, hasta el acto más nimio, qué puede ser un episodio de heroicidad en manos de un escritor haciendo de periodista. A García Márquez le fue imposible atajar la repercusión de este escrito, que traspasó la barrera del relato de aventuras para convertirse en sus lecturas directas, y en las indirectas más aún, en un alegato que las autoridades se aprestaron en silenciar (otra vez conviene leer el texto subtítulo de la portada, apenas cuarenta palabras que representan no solo la mejor sinopsis producto del mismo autor, sino la precisa descripción de lo sucedido sin un ápice de añadido, pero así son las cosas, la realidad desnuda duele).
La narración carga también en lo psicológico, como si resonancias de Melville y Kafka se asomaran a la balsa, como si el mar y las especies que la habitan fueran criaturas de Lovecraft. Velasco en el agua diez días preso de esperanza y liberado por alucinaciones, las aletas de los tiburones, la evocación de los compañeros fallecidos, el leve tono de fantasía aportado por el convencimiento de que esa aventura representará el fin de su recorrido vital, la recepción cuando es rescatado en un pequeño pueblo costero alejado de las cuitas de la centralidad política de las naciones. Como simple relato, ya sería una crónica muy notable, sencilla y sincera. Si empezamos a añadirle capas, podríamos llenar párrafos y párrafos. Literatura peligrosa.

6 comentarios:

Gabriel Diz dijo...

Hola Francesc:
Una gran novela de un enorme escritor. Linda reseña.
Saludos

Javi dijo...

Es un grandísimo libro. GGM tiene muchísimos recursos literarios, es fascinante.
Curioso verte, Francesc, al otro lado de América. A darle caña.

El Puma dijo...

Habré leído algo más de la mitad de la obra de Garcia Marquez. Este relato pertenece a ese 50% que aún no pasó por mis manos. La reseña es tan convocante que seguramente lo lea pronto.

beatrizrodriguezsoto dijo...

Me gustó mucho el relato. Pienso que García Márquez tiene gran habilidad para hacer sentir a sus personajes cercanos , y sencillos sus relatos. A mí, cuando leo me gusta también documentarme sobre el autor de lo que leo. Y a él, por lo que leído de él y por sus fotografías, le tengo mucha simpatía, tiene aspecto de buena gente, muy próximo y cordial.
Un saludo, Francesc.

Diego dijo...

Lo leí hace varios años pero recuerdo que solo en el prólogo encontré al García Márquez que yo conocía tanto. El resto adquiría valor al comprobar la enorme capacidad de Márquez para no ser "Márquez".
Muy diferente, pero creo que pasa con este libro lo mismo que el otro día hablábamos sobre el Trump Steamer de Mutis: en principio son obras menores que hablan más y mejor sobre la calidad de sus autores que lo que dicen por si mismas.

Lupita dijo...

Hola a todos:
Leí este libro hace muchísimos años; una de mis lagunas es la literatura contemporánea, sobre todo la estadounidense, pero dediqué mis años jóvenes como lectora a la literatura en lengua española, que sigue siendo mi favorita. Creo que he leído todo lo de GGM, y este libro en concreto es de mis preferidos. Lo bueno es que lo leí sin ningún prejuicio hacia el autor, porque no sabía prácticamente nada de él como personaje. Debería darle una relectura, a ver que me parece ahora que soy madura, o se supone.