lunes, 4 de marzo de 2019

Isaac Bashevis Singer: El certificado

Idioma original: Yiddish  
Título versión inglesa: The Certificate
Año de publicación versión inglesa: 1992
Traductor: Carlos Lagarriga
Valoración: Entre recomendable y está bien

Esta novela de Isaac Bashevis Singer apareció originalmente en 1967, por entregas, en el diario Forverts. En ella se relatan las tribulaciones de David Bendinger, un joven provinciano que aterriza en la Varsovia de 1922 sin un céntimo. Estamos, por tanto, frente a un "bildungsroman"; uno, además, que sigue los pasos no sólo a un adolescente que debe acceder al mundo de los adultos, sino de un aspirante a escritor que quiere publicar su obra. 

Bendinger recuerda a muchos otros protagonistas singerianos. A fin de cuentas, es un judío al que le falta fe, impulsivo y contradictorio. Asimismo, salta a la vista que es un alter ego del propio Singer. De hecho, los eventos narrados en El certificado coinciden con algunos episodios de Amor y exilio, la autobiografía del premio Nobel de literatura.

También el argumento de la novela es reminicente de otros trabajos de Singer: como ya he adelantado, la acción transcurre en Varsovia, y hay callejeo y enredos amorosos a cascoporro. Por lo general, la historia es interesante y está bien llevada, aunque quizás se le podría reprochar que le sobra alguna subtrama, o que tiende a repetir eventos y situaciones. Por cierto, entiendo que dicha reiteración está justificada: vivir a salto de mata y participar de un proceso burocrático para conseguir un dichoso certificado es lo que tiene. Sin embargo, me hubiera gustado que el autor paliara la sensación de bucle, de falta de progreso, que por momentos se tiene cuando se está leyendo este relato.

El componente judío de El certificado tiene un peso importante. No en balde, hay quien afirma que esta es la novela «más judía» de la bibliografía de Singer. Me lo creo: los términos en hebreo que salpican estas páginas son tantos que hay un prolijo glosario de definiciones al final del libro. Personalmente, me gustó que el escritor no se limitara a victimizar al pueblo judío, pese a que tanto el contexto histórico en el que transcurre El certificado como su argumento se prestaran a ello. De modo que aquí hay una denuncia al antisemitismo y, al mismo tiempo, una feroz autocrítica al judaísmo y al fanatismo de algunos de sus practicantes. 

La prosa del autor es muy dinámica, incluso en aquellos capítulos sin apenas diálogos. Lástima que el argumento reiterativo lastre un poco su fluidez. Asimismo, resaltaría que, aunque el manejo narrativo de Singer es brillante, al conjunto le falta algo de empaque. Por ejemplo, se nos repite tres veces que Bendinger y una mujer con la que está viviendo parecen un matrimonio. Este símil hubiera quedado mejor de sólo sugerirse. Huelga decir que, puestos a emplearlo, con una ocasión bastaba.

La ambientación es uno de los aspectos más logrados del relato. Los que conozcan la coyuntura histórico-político-social de la época la disfrutarán especialmente. Igualmente destacaría la sensibilidad de Singer a la hora de apelar a lo universal en el hombre, su maestría al plasmar la psicología de los personajes con apenas unas pinceladas y el ya mencionado estilo, dinámico pero atento al detalle.

Pese a todas estas virtudes, no puedo recomendar del todo El certificado. Y es que a este texto no le hubiera ido mal una revisión final, que puliera aquí y allá las reiteraciones del argumento o los puntuales gazapos del estilo. En definitiva, esta es una novela disfrutable que, no obstante, le deja a uno la sensación de que podría haberse mejorado.


También de Isaac Bashevis Singer en ULAD: Shosha, La familia Moskat, La destrucción de Kreshev, Escoria, Una ventana al mundo y otros relatos, El seductor, Keyle la Pelirroja

4 comentarios:

Cities: Moving dijo...

¿Términos en hebreo en una novela de Isaac Bashevis Singer, que escribía en yiddish? ¿No serán términos judíos en su versión yiddish? A mí no me da la vida, además del tochaco 'Cuentos' de RBA tengo un par de novelas suyas pendientes tb. por casa: 'Shosha' y 'Sombras sobre el Hudson'. Mejor no pensarlo demasiado.

Oriol dijo...

Saludos, Cities.

Si bien es cierto que el glosario recoge algunos términos en hebreo ("Ashre", "Eruv", "Jalutz"...), supongo que la mayoría serán, como bien dices, yiddish.

Yo tampoco tengo mucho tiempo, pero como las novelas de Singer que he leído hasta ahora me han dejado bastante satisfecho, no descarto colar algo suyo pronto. Si encuentro "El amigo de Kafka" o "Enemigos. Una historia de amor", me lanzaré de cabeza a cualquiera de los dos libros.


Anónimo dijo...

[Es mi primer comentario en lo que llevo visitando (diariamente) ULAD con todo el agrado del mundo.]
Esta novela de IBS me gustó demasiado pues fue la segunda que leí de él después de El mago de Lublín y he notado, a partir de otras reseñas que he leído en esta página, que el autor repite algunas situaciones o preocupaciones en varios de sus libros: la cuestión judía, cuestionar la religión, cuestionar el papel del hombre en la tierra... que está bien tratado en otros libros y sorprende algunas veces pero sabes de antemano que vas a encontrar algo así en uno de sus libros. Me gusta la reseña, además que la lectura fue hecha con ojos de alguien que escribe (algo exigente), pues no es usual que una lectura deje la sensación de que faltó un plumazo de más, una revisión, un retoque final. No lo había visto así y agradezco "la otra perspectiva" que ofreces.

Oriol dijo...

Gracias por visitarnos a diario, Unknown, y, sobre todo, por comentar esta entrada.

Tienes razón en que algunas de las obsesiones de Singer son "la cuestión judía, cuestionar la religión, cuestionar el papel del hombre en la tierra...". En esta novela podemos encontrar, un poco desperdigados, todos estos temas. También me gustaron las reflexiones del protagonista (algo anecdóticas, pero de capital importancia para los mitómanos del premio Nobel judío) sobre la literatura: "Era preciso que surgiese una nueva literatura, sin leyes preestablecidas ni normas de iniciación. Había que presentar a los seres humanos con todos sus actos, pensamientos, caprichos y desvaríos. Aunque la literatura siempre ha estudiado el carácter, casi siempre ha ignorado la falta de carácter del hombre moderno." (pg. 178)

Sobre lo de que le falta una revisión... Recientemente he estado leyendo algunas novelas por entregas, y a casi todas les falta algo de empaque. Yo supongo que eso se debe a su naturaleza de folletín, más que nada.

Saludos.