lunes, 18 de marzo de 2019

Belén Gopegui: El padre de Blancanieves

Idioma original: español
Año de publicación: 2007
Valoración: Muy recomendable




Confieso que, una vez más, me he saltado la sinopsis. Menos mal pues resulta claramente disuasoria, aun pretendiendo lo contrario, al centrarse en un punto de partida (anecdótico y sustituible) y olvidar los aspectos relevantes. Es cierto que la estructura no es precisamente sencilla y que parte de premisas que algunos considerarán discutibles. Pero nos enfrenta a unos personajes que dejan huella porque son humanos, es decir, contradictorios e imperfectos. Las relaciones que se establecen son tan caóticas como en la vida. El entramado está perfectamente urdido a pesar de su complejidad. La estructura y recursos son originales y acordes al contenido. Sin olvidar la elaborada reflexión de índole ético-política que, lo queramos o no, nos atañe a todos. Diálogos a dos o a varias bandas, reflexiones privadas, confidencias, análisis socio-políticos, cuya prosa, algo irregular, desmerece un poco del resto.
Los lectores interesados en la sostenibilidad y el ecologismo disfrutarán con los planteamientos de Gopegui. Porque aquí se mezclan: una contundente carga crítica, ciencia, relaciones familiares, conflictos de intereses, posibles infracciones de la ley dictadas por el más puro idealismo y, sobre todo, la eterna lucha entre pragmatismo y conciencia. En esta novela coral los personajes se dividen en dos bandos, los acomodaticios y los que sueñan con cambiar el mundo. No obstante, se elude el maniqueísmo: porque todos muestran incoherencias, cualquiera de ellos presenta ambos rasgos en alguna medida y la mayoría evoluciona en un sentido o en otro.
El núcleo lo forman Manuela, su marido Enrique y su hija Susana. De estos parten otras ramas que se van ramificando a su vez. En ocasiones, se establecen diálogos insólitos entre individuos que a primera vista no tendrían nada que decirse y que no parecen muy verosímiles tal como se presentan, pero pueden aceptarse como convención literaria. Contamos también con un personaje no-humano que se autodefine cada vez que abre la boca –es un decir–, una especie de voz en off que sirve de pretexto para que la autora se entrometa de vez en cuando, al estilo de las novelas decimonónicas pero de forma menos explícita,
El relato avanza de forma fragmentaria a base de alternar las voces. Un recurso que habitualmente amplia el campo de visión y que en este caso, debido a la variedad de planos, resulta casi indispensable.
Gopegui pretende, nada menos, trazar un panorama lo más exacto posible del orden mundial y sus problemáticas, así, tal como suena, y creo que sale airosa del intento. La cuestión es si, ante tanto desequilibrio e injusticia, merece la pena actuar de alguna forma o se trata de un esfuerzo insensato y lo aconsejable es cruzarse de brazos; si esa pasividad autoimpuesta genera mala conciencia o no; si los pequeños gestos del activismo son quimeras que no llevan a ningún sitio o semillas que pueden germinar en el momento menos pensado cuando se da una conjunción de circunstancias; si ese empeño por cambiar las cosas influye en los más cercanos y, llega, incluso, a destruir vínculos; si es lícito alterar la plácida existencia del entorno en nombre de un bien mayor o se trata de conductas reprochables pues en el fondo no vamos a encontrar más que egoísmo narcisista..
Novela de ideas, deudora de una larga tradición y aún así con entidad propia, que consigue hacer pensar al lector sin que disminuya su interés por el devenir de los personajes y sus proyectos (ese curioso experimento biológico descrito con tintes cinematográficos me parece todo un hallazgo), incluso sin que pierda la sonrisa.

Más de Belén Gopegui: Lo real, La escala de los mapas,

7 comentarios:

ToniLV dijo...

Lo lei hace mucho tiempo y no lo recuerdo con gran detalle, pero sí que la narración gira en torno al matrimonio y la hija, cada uno con sus ideas y contradicciones, y que me dejó bien sabor de boca. El libro plantea situaciones que hacen pensar y cuestionarse, lo que para mí hace que un libro/autor merezca la pena. De ella leí también ¿la conquista del aire? y me pareció igualmente interesante. Salud.

Montuenga dijo...

Sí Toni, hay una trama familiar y otra social que confluyen, pero lo que cuestiona (y se cuestionan los personajes) tiene mucho alcance y más enjundia.

Se que lo sabes, pero aprovecho para repetir lo que digo al principio porque no sé si queda claro para quien no conozca la novela. El argumento no es que una señora encarga la compra y protesta porque se la sirven tarde. Me molesta un poco que la reduzcan a eso con toda la riqueza que tiene. A muchos libros los ponen por las nubes sin merecerlo y a este lo tiran por el suelo. Muy mal.

ToniLV dijo...

Alguna vez se ha comentado en el blog que las sinopsis de Anagrama tienen tela ... Sólo en los casos en que no busco algo concreto (raramente y por vuestra culpa), no suelo leer las contraportadas o las dejo para el final, por eso de contrastar. Uno se pregunta a veces si el que las escribe ha leído el libro, que debería ser que sí.

Gabriel Diz dijo...


Hola Montuenga, cuando dices que el entramado está perfectamente urdido a pesar de su complejidad te refieres a que es una novela de lectura difícil?

Gracias

Gabriel Diz dijo...

Me olvidé de preguntarte en el comentario anterior que libro de ella me recomiendas para empezar con su obra.

Gracias!

Montuenga dijo...

Hola Gabriel. A ver: es que hay varios niveles. La prosa en sí es bastante fácil, lo que cuenta tampoco tiene mayor complicación, personas que van narrando lo que les sucede. Pero narrativamente hablando tiene su complejidad y a eso me refería. Es compleja por varias razones: en primer lugar porque se trata de una novela coral (coral de coro), o sea, que no tiene un protagonista único sino varios. Lo que narra son las incidencias de un grupo de personas que, a la vez, se convierten en narradores. Por lo tanto tenemos tantos puntos de vista como personajes. Sin olvidar al citado "ente colectivo", que señalo más arriba y que tiene su gracia, pues, aunque resulte algo críptico al principio, yo lo veo como un guiño de Gopegui a los lectores.
Pero la complejidad no queda ahí, pues a través de un relato bastante simple, se intenta tejer un tapiz humano-político-social-empresarial-ecológico etc. del mundo de hoy (aunque la novela tenga doce años, no se nota). Es decir, trasciende las cuatro anécdotas que se narran, trasciende el puñado de personajes para hacer un análisis socio-político bastante acertado. Y a pesar del berenjenal en el que se mete, el complejo tapiz que ha tejido le queda coherente y bastante completo. Esto es importante porque quien se ponga a leer sin prestar mucha atención, pensando que le están contando una historia sencilla, familiar y de barrio sin más, no se va a enterar de mucho. Suelo advertir de esto cada vez que pasa porque no me gusta que las buenas historias no se aprecien en lo que valen.
Espero haberme explicado.
¿Qué te recomiendo? Es que muchos autores, entre ellos Gopegui, no tienen una sola respuesta. Depende mucho de la persona. A veces he regalado "La conquista del aire", pero en tu caso me arriesgo a recomendarte que empieces por "El comité de la noche" o "Acceso no autorizado". También te aconsejo que no me hagas mucho caso, no sea que no te gusten y me los tires a la cabeza jeje.
Saludos.

Gabriel Diz dijo...

Muchas gracias Montuenga! Voy a hacerte caso y si no me gustan de ninguna manera voy a tirartelos por la cabeza!!! 😊