viernes, 22 de marzo de 2019

Juan Villoro: Palmeras de la brisa rápida

Idioma original: español
Año de publicación: 1989
Valoración: recomendable

Uno de los primeros textos publicados en su notable carrera de escritor, Palmeras de la brisa rápida es una crónica, como su subtítulo indica, del viaje a Yucatán, tierra de su abuela, del escritor mexicano. Una península, dicen, de las más nuevas del planeta, un territorio cálido y seco por el que el escritor se desplaza en un texto poco dado a lo sensacionalista. Es decir, aquí no hay problemas con la delincuencia, no hay sensación de inseguridad, no hay mordidas ni agobio con el papeleo. Es un texto amable, con un aire irónico depositado en todo momento. Hasta cuando Villoro simplemente describe aquello que ve a su alrededor la sensación es ligera, perezosa, para nada una denuncia acre de una situación social, de una injusticia geopolítica, nada de la carnaza estereotipada que otras obras tanto literarias como visuales nos vienen situando acerca del país norteamericano (sí, México es ese otro país norteamericano, junto a Canadá, que siempre es relegado frente al Gigante).

Si bien si hay cierto mensaje que cala como llovizna. Si en una entrevista Villoro dice que "la escritura es una oficina de quejas para los desperfectos del mundo", en esta crónica dividida en grupos de capítulos que a veces son simples párrafos nos sumergimos (tibiamente, sin aspavientos, sin aparatosidad) en ese día a día de otra parte del mundo, un microcosmos que combina encuentros casuales, esbozos de narrativa ligeramente didáctica con una pata en la leyenda y otro en el rigor histórico, Villoro parece indicarnos que cada rincón del planeta reivindica su hábitat de normalidad. Tierra de aztecas y mayas, ahora marcada por la sombra omnipresente y pesada de los EEUU ahí arriba, cuestión que se manifiesta también en la combinación de registros idiomáticos. aquí convive la a veces inasequible habla propia del español mexicano, los vocablos mayas y el spanglish.

También se nos transmite cierta dispersión. El libro está estructurado más como un deambular por lugares y situaciones antes que como un viaje planificado con un itinerario delimitado. Cuestión que puede representar un arma de doble filo. Es una lectura amable que a veces puede resultar algo anodina en esa presentación pausada y errática. A veces me ha desesperado algo ese avanzar lento, esa constante introducción de elementos con poca relación entre sí, pero he de reconocer que su tramo final mejora ostensiblemente y el libro puede considerarse una carta de presentación más que una obra con pretensiones de definitiva.



2 comentarios:

Diego dijo...

No te leía desde hace un tiempo y pensaba que se debía a que te estabas fumando La familia Real de Vollmann, o algún Barth.
¡Es que solo te quiero por tus reseñas! Juas!

Poco puedo decir de Villoro ya que solo leí ¿Hay vida en la Tierra? Pero me dejó la sensación de que este señor puede escribir sobre cualquier cosa de forma amena. De que le sobra ingenio y capacidad de observación.

Mi corrección de hoy viene por lo geográfico. México es norteamericano aunque en todo se parezca más a los del sur y no a los del norte.

Un saludo y decirte que me gustaría leerte por aquí más a menudo.

Marcela dijo...

Hola Hola! Efectívamente, México pertenece a Norteamérica,aunque los “ estadounidenses “ se han apoderado que son los únicos norteamericanos..

Pero éso sí, la Zona Maya que tenemos en México, son preciosas, el agua del mar es cristalina y de temperatura media, rara vez se siente fría el agua. Contamos con varios arrecifes donde pueden bucear sin ningún peligro.
Estamos invadidos de Hoteles tanto norteamericanos como de todas las cadenas hoteleras Españolas. Todas con un excelente servicio!Ideales para descansar y disfrutar la comida mexicana y/ ó internacional.
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La zona Maya está plagada de historia y varios centros ceremoniales , “Cenotes” , piràmides muy bien conservadas que pueden visitar ida y vuelta en un sólo día...
Visiten nuestras Playas y nuestra Historia!!
Saludos!