miércoles, 27 de febrero de 2019

Santiago Gerchunoff: Ironía On

Idioma: español
Año de publicación: 2019
Valoración: interesante

Acierta de pleno, en mi opinión, la editorial Anagrama con su colección Nuevos Cuadernos Anagrama, un serie de libritos a un precio módico en donde disertan sobre temas diversos escritores como Houellebecq, Marta Sanz o Sara Mesa o filósofos: Marina Garcés, Zizek, Santiago Gerchunoff... Éste último, por si no lo conocen, es un filósofo argentino residente en España, librero y tuitero impenitente que dedica al análisis y reivindicación de la ironía este su ensayo, el número 13 de esta colección (no sé si la coincidencia con este número de nefasta fama se podrá considerar irónica o no).

Sí, lo sé... El combo argentino+filósofo sólo suena un punto menos temible que el de argentino+psicólogo o... glups, el de argentino+entrenador de fútbol (es broma; no se me enfaden, amigos de la orilla occidental del Río de la Plata... Bueno y tampoco los de la oriental, por si acaso). Pero Gerchunoff, con buen criterio e impelido por la brevedad del formato -unas 70 páginas- mantiene alejada la proverbial verborrea locuacidad y además, expresa sus reflexiones con un lenguaje claro y comprensible para cualquiera, sin caer en el abuso del metalenguaje que tan caro les es a los filósofos, puesto que constituye una buena parte -por no decir la mayor- de su materia.

He comentado que el autor del libro es un contumaz tuitero y eso es algo que, en este caso, trasciende la simple anécdota, puesto que, por una parte, el título del libro proviene del socorrido hashtag #IroniaOn, empleado para señalar que el tweet se debe interpretar como tal. Y por otro lado, a este título le sigue el epígrafe Una defensa de la conversación pública de masas, que para Gerchunoff es la que, hoy en día, se produce a través de las redes sociales y que por ello es de verdad democrática. Porque una de las características de la ironía, según Gerchunoff, es que tiene un carácter eminentemente político, al tratarse de una conversación permanente en la que toman parte todos los ciudadanos que lo deseen, no sólo una élite. Otra característica de la ironía, según el autor es la humildad, puesto que parte de una posición de debilidad frente al fuerte o el discurso del poder. La ironía, además, es reaccionaria -en el sentido de "reactiva"-; no puede fundar ni afirmar ningún mensaje, sólo teaccionar ante un poder ya fundado. En este sentido, Gerchunoff emparenta la ironía con el liberalismo -que según Carl Schmitt, es reaccionario-, la ideología fundamental en la representación política moderna, que tampoco afirma (como hacen otras ideologías), sino que limita.

En realidad, todo este discurso se entiende mejor atendiendo al origen del propio término "ironía": en la antigua comedia griega, era lo que hacía el eiron, un personaje que acompañaba al alazon, charlatán sabio y poderoso, y limitaba su fatuidad con comentarios mordaces. La alusión a la Grecia Antigua no es sólo etimológica, sino que también se toma como primera referencia la figura del ironista #1 de la filosofía, el socarrón hasta la muerte de Sócrates, pero también las obras de Kierkegaard -De los papeles de alguien que todavía vive. Sobre el concepto de ironía- y del sin par David Foster Wallace -en este caso, como representante egregio de los "nuevos conservadores" (la etiqueta no se refiere al posicionamiento político) que se quejan del exceso de ironía en el discurso público y en la sociedad contemporánea, en general-; asimismo, se hace mención a otros autores menos conocidos por el gran público (es decir, por mí), como Michael Oakeshott o Richard Rorty...

En cualquier caso, a pesar de tan sesudas referencias, ya digo que el librito se lee con facilidad y deja bastante clara la postura del autor -a favor de la ironía, en general, y sobre todo la inherente a la conversación en las redes sociales-; lo peor que se puede decir de él es que sabe a poco y, aunque hay un último capítulo, Antídoto y paradigma,  a modo de recapitulación, algunos conceptos y disquisiciones pedirían un mayor desarrollo. Quizás para cuando hagan Ironía On. La película... ; )

16 comentarios:

lupita dijo...

Hola, Juan:

Oye, qué interesante. Hace no mucho precisamente comentaba yo en ULAD que me gusta la filosofía, pero no me da para mucho el entendimiento. Quizás este formato esté bien para volver a ella, aunque no tengo RRSS ni conozco Twitter. Seguro que en una librería llamada Katakrak (que te sonará) lo tienen.

Por cierto, en qué jardines te metes hablando de los argentinos y sus tándems. Sólo te ha faltado mentar a Maradona para completar el cliché.

Saludos

Félix dijo...

Y a Gardel, el Che, Evita y Perón. Aunque yo particularmente no conocía a este escritor, lo cual me resulta raro, y por acá no he visto aún las nuevas colecciones.

Diego dijo...

Apuntate a Gardel, porteño, que no pasa nada.

El libro me lo leeré. Gracias, Juan. La ironía me encanta, no así un hashtag que tenga que explicarla, lo cual resulta irónico.
Pero voy a soltar verborrea para aclarar una cuestión geográfica. Los uruguayos somos orientales del río Uruguay, y de ahí el nombre de la República. El río de la Plata nos queda al sur.

Un saludo.

El Puma dijo...

No conocía siquiera la existencia de este Gerchunoff. Probablemente sea descendiente del Gerchunoff más famoso en Argentina, Alberto, autor de un libro interesante llamado Los gauchos judíos, que describe el surgimiento y desarrollo de las colonias judías en la provincia de Entre Ríos, sustentadas en un programa llevado adelante por el Barón Hirsch, que ayudaba a los judios de Europa oriental a huir de los pogroms.

Gracias, Juan, por tu delicadeza al abordar la "argentinidad"! :-)

PD: preferiría que se nos identificara por nuestros grandes literatos o nuestros tres premios Nobel de ciencias (Houssay, Leloir, Milstein) y no por los nombres antes mencionados.

Juan G. B. dijo...

Hola a todos:
Lupita, reconozco que soy bastante refractario a la filosofía, sobre todo a la que no busca la claridad sino todo lo contrario (éste no es el caso, por fortuna); de todos modos, si hubieras conocido el repertorio de profesores de la materia que tuve, a cada cual más bizarro, lo entenderías...
En cuanto al libro, seguro que lo puedes encontrar en Katakrak o si no, en Deborahlibros o Ménades (ya ves que estoy al tanto del panorama librero pamplonica...; ).
Félix y Diego, siento la confusión con respecto a la geografía uruguaya. Lo lamneto aún más al tratarse de un país que tiene una ciudad con uno de los nombres más excelsos que puede existir: Canelones. Por otro lado, es lógico que no conozcáis a este autor , pues sé que lleva muchos años residiendo en España. Sobre todo ha publicado artículos en revistas y periódicos digitales.
Amigo Puma, No sé si este Gerchunoff será pariente del otro, pero cabe una alta posibilidad de que lo sea. por otra parte, el tema de los gauchos judíos me parece de lo más interesante. Argentina, además , en un momento dado, fue tierra de promisión para toda clase de pueblos y de corrientes ideológicas; pensemos por ejemplo, que Vicente Blasco Ibáñez trató también de establecer una colonia valenciana, creo que en la Patagonia. De prosperar, quizá la "paella con bife" sería vuestro plato nacional... perdón, quería decir "arroz con cosas con bife"...
Un saludo a todos y gracias por vuestros comentarios, que dan aún más gustito a dos días de que este blog cumplamos diez años haciendo el friki...es decir, publicando reseñas de libros.
Un saludo a todos7as

Juan G. B. dijo...

Se me olvidaba: ¡Viva Argentina! ¡Y Uruguay!

Félix dijo...

Yo soy Argentino, no me gusta asumir a los uruguayos porque es como quitarle parte de su identidad. Además ellos tienen a Galeano.
Si les digo que lean Los Sorias se mueren.

Juan G. B. dijo...

Bueno pues...¡viva Paraguay! ¡Y viva el vino!
; )

Diego dijo...

Gracias por no asumirnos.

Llevo años intentando conseguir Los Sorias pero aca en España es imposible. Aunque sí que se consiguen otras obras de Laiseca.

A mí me gusta decir que tuvimos a Onetti, además de ser los pioneros de Latinoamérica en conseguir casi que todos los derechos sociales. Pero bueno, ahora con la Marihuana y Mujica ya se nos conoce por algo más que el fútbol.

Juan: Paraguay tiene el guaraní y otras cosas menos conocidas por el gran público (es decir, por mí). Jeje
Me cagué de la risa con esa ironía.

Juan G. B. dijo...

Yo solo espero, por el bien de todo el Cono Sur, no tenga nafa que ver con las películas de Paco Martínez Soris, a la que hemos estado expuestos, para nuestra desgracia, todos los ciudadanos del estado español (es decir, indepes incluidos) de ya cierta edad...

lupita dijo...

Juan:

Para tu gran asombro, sigo viendo esas películas, con las que me muero de risa, y mis hijas (una de ellas adolescente) las ven conmigo. Algunos reivindican el cine de serie B y ello digo que el cine cutre y casposo también está bien. No sólo deja constancia de cómo no ha de hacerse cine, de cómo no ha de comportarse un hombre que no quiera ser totalmente ridículo, sino que es una fuente impagable de material para estudios feministas. ¿Qué tiene Pink Flamingos que no tenga "El turismo es un gran invento?

Ahora decide ponerlo en modo ironia on/ironia off
Saludos

Juan G. B. dijo...

Por de pronto, y si no recuerdo mal, "Pink flamingos tiene una escena final" (que yo fui incapaz de ver entera, por cierto), que no me imagino interpretando a Paco Martínez Soria... Por lo demás, si te gustan sus películas me parece estupendo; tienes suerte, creo que suelen ponerlas muchos sábados por la tarde en TVE1...; )

Juan G. B. dijo...

Amigos argentinos y también orientales dispuestos a tomar el ferry para visitar a sus vecinos: según este tweet del propio autor, este libro ya está disponible en Buenos Aires, para que no digáis que no os aviso...; )
https://twitter.com/sangerchu/status/1101112779778543622?s=20

Gabriel Diz dijo...

Pues un verdadero lugar común la mención al “argentino”. Argentina es un país tan grande con realidades tan distintas.....no creo que encuentres demasiada verborrea en la puna jujeña por ejemplo. Asimilar el argentino promedio al bonaerense es un poquito injusto (me parece).

Saludos

Juan G. B. dijo...

Ironía On, amigo Gabriel, Ironía On...

Juan G. B. dijo...

Hola, de nuevo, amigo Puma:
Quiero decirte que, en comunicación tuitera con el autor del libro, he averiguado que, en efecto, es descendiebte de Alberto Gerchunoff (aunque no sé el grado exacto de parentesco).
Un saludo.