lunes, 1 de enero de 2018

Nickolas Butler: El corazón de los hombres

Idioma original: inglés
Título original: The hearts of men
Año de publicación: 2017
Valoración: recomendable (con matices)

Lo digo ya de entrada. Esta novela trata sobre los hombres, y me atrevería a decir que también está escrito únicamente para ellos. Sé que soy categórico, pero tenía que decirlo en algún momento. Dicho esto, también confieso haber albergado muchas dudas sobre qué valoración darle, pero veréis el por qué. ¡Vamos allá!

Nelson tiene trece años. En casa, las cosas no andan muy bien con un padre autoritario y maltratador, que no duda en atizarle y pegarle cuando considera que no se comporta como debería; lo mismo hace con su madre. En la escuela, tampoco le va mucho mejor: solo y sin amigos. Donde sí se encuentra a gusto es con los escoltas, en el campamento de verano. Allí pasará unos días, acompañado de su siempre malhumorado y arisco padre. Rodeado de ese entorno natural que ofrece el campamento, Nelson, de carácter tranquilo, tímido, aparentemente débil, obediente, responsable y respetuoso, se convierte en alguien admirado por los monitores, aunque ridiculizado por sus compañeros. Su obstinación en ser alguien importante despierta simpatías entre los mayores, a la vez que es el blanco de las bromas de sus compañeros. Pero toda paciencia tiene un límite, un máximo que marca el punto de inflexión, un lugar donde no hay marcha atrás; porque en medio de las travesuras y maltratos, algo crítico sucede, algo que fuerza un cambio de actitud, una alteración de la percepción del mundo que le rodea, y que le quita la venda de los ojos, le hace madurar de golpe y empieza a dejar paso libre al fuerte carácter que se escondía bajo la siempre educada y dócil apariencia de Nelson.

En este primer bloque de la novela, el estilo del autor permite entrar de lleno en el libro. Narrando la novela desde el punto de vista del niño, el autor es muy hábil al describir sus sensaciones, cómo siente, cómo sufre, consiguiendo una empatía con el protagonista de forma inmediata. Leyendo esas primeras más de cien páginas, el lector sufre con el protagonista, se adentra en su vida y en sus emociones, nota el efecto de ese siempre nocivo bullying; el lector percibe la soledad de Nelson, su tristeza, su desesperación por gustar, su añoranza a una madre ausente y castigada por el padre. Primer bloque donde Butler ofrece lo mejor de él, inmenso en extensión y en profundidad, con páginas que vuelan entre desolación, temor, tristeza y frustración.

Segundo bloque, décadas más tarde. Vemos la vida de Jonathan, el amigo de la infancia de Nelson, y somos testigos, en clave retrospectiva, de la evolución de la vida de Nelson, desde esos años de la infancia hasta el presente a través de elipsis temporales, calibradas, adecuadas y mesuradas. No hay ningún descontrol en la narración respecto a Nelson, la lectura es ágil y ordenada, como la vida del propio escolta. Pero la novela pierde fuelle, pierde intensidad e interés al producirse un cambio de narrador, y modifica el registro para pasar a hablarnos de la crisis de los cuarenta y tantos, la duda existencial del que mira a la juventud y a las nuevas generaciones con la mirada derrotada de quien ha conducido su vida hacia un punto muerto. Este cambio de punto de vista en la historia y el distinto enfoque no ayudan a dar una continuidad a la historia, más allá de la que ofrece el propio entorno del campamento donde se desarrolla.

El tercer y último bloque, también décadas más tarde, abunda desafortunadamente en este último aspecto. Nuevo cambio de narrador, nuevo punto de vista y nuevos temas que tratar: aquí somos testigos de la desconexión de la sociedad, la hiperdependencia de la tecnología y el rol de las mujeres en la sociedad actual. Lamentablemente, la historia se aparta definitivamente de la iniciada al principio del libro (a pesar de algún intento no muy logrado de establecer conexiones) y el nuevo enfoque a través de un personaje femenino transforma la historia en una novela romántica con altas dosis de edulcorante y ciertos diálogos excesivamente forzados. Una historia mil veces contada, altamente previsible. Como si el autor pretendiera quitarse la máscara de virilidad y rudeza de los dos primeros tercios del libro e intentara exponer aquí su parte más sensible. Lamentablemente no funciona, porque lo hace desde una debilidad excesiva, y particularmente no me convence. Sí muestra las preocupaciones de una madre hacia su hijo, hacia el mundo que los rodea, hacia dónde va la sociedad, pero es algo forzado y no excesivamente creíble. Y menos aún hacia dónde se encamina la historia en su tramo final y su desarrollo.

Así, uno llega al final del libro y se da cuenta que no queda rastro del estilo mostrado en su primera parte, llegando a la conclusión de que el autor ha querido tocar diferentes puntos en una novela que bien podrían ser tratados en novelas diferentes. Sí hay ciertos elementos comunes; hablamos de escultismo, pasión por la naturaleza y, especialmente, en lo que hay dentro de uno mismo. Lo bueno y lo malo que habita en nosotros. Este tema es el núcleo central del libro y es a lo que el propio título del libro apunta, lo que hay en el corazón de los hombres. Pero la forma de afrontarlo no la considero especialmente lograda, parece que la contundencia y emotividad narradas por el autor en el primer tramo del libro pasan a un segundo plano y el autor prefiere dejar de lado una historia prometedora de desarrollo personal y sufrimiento para poner en primer plano como la sociedad americana se adapta a los cambios durante más de medio siglo. Así pasamos por Vietnam, Iraq, cambio de roles en la sociedad (la parte definitivamente más floja) ...  y todo ello se expone desde el punto de vista de lo que podríamos considerar un ciudadano medio estadounidense. La intención puede ser buena, pero el resultado no está a la altura; la potencia y posibilidades mostradas en su primera parte pedían una continuidad. De hecho, el autor reconoce en algunas entrevistas que el primer borrador de la novela mostraba una descompensación en los roles entre hombre y mujer, puesto que ellas siempre parecían como víctimas y que el personaje de Rachel permitió compensarlo (sin conseguirlo, según mi opinión). Y ahí entran las dudas sobre la valoración: una primera parte muy recomendable, para acabar con un final flojo. Si hubiera leído únicamente la primera parte, abandonando el libro al terminar el primer bloque, me hubiera llevado una grata impresión, pero claro, ¿quién hubiera hecho algo así?

En síntesis, la novela nos acerca al mundo del escultismo, pero especialmente nos acerca al mundo de los valores, de la rectitud, del comportamiento humano, del sufrimiento y de la paciencia, la resiliencia, el endurecimiento, el hecho de madurar (a menudo a costa de golpes recibidos por próximos y extraños), de la constancia y la creencia en aquello que nos rodea y que atenta contra nuestro camino, desafiándonos día a día a separarnos de él. La intención es noble y, en apariencia, interesante, pero cuando uno termina el libro, entre todas las cosas que dan vueltas en la cabeza acerca de la historia contada, una sobresale, destacando a gritos y casi como un lamento: ¿por qué el autor no siguió con la historia y la vida de Nelson? ¿Por qué él también lo acaba maltratando al dejarlo de lado?

También de Nickolas Butler en  ULAD: Canciones de amor a quemarropa (reseña y contrarreseña)

10 comentarios:

Gabriel Diz dijo...

Hola Marc, leyendo la reseña me he puesto a pensar si el recomendable no es excesivo en un libro que solo tiene una primera parte atrapante o interesante. En fin.....me has convencido de no leer la novela.

Feliz 2018!

Marc Peig dijo...

Hola, Gabriel. Entiendo tus dudas respecto a la valoración y yo mismo tuve dudas. El "recomendable" viene de una primera parte muy buena, una segunda recomendable y una tercera que se deja leer. De ahí el resultado. Sobre si leer o no un libro del cual solo está bien una parte, ya es algo que depende de cada uno ;-)
En cualquier caso, gracias por comentar y feliz año!
Saludos
Marc

Sir Robin dijo...

Buena reseña Marc, y buena aclaración sobre la valoración en la respuesta a Gabriel. Había "preseleccionado" esta novela para este año ya que las críticas eran interesantes, ahora me he quedado dudando...Ya veremos si vuelvo a Nickolas Butler o me quedo con sus "Canciones de amor a quemarropa". Feliz año.

Marc Peig dijo...

Hola, Sir Robin. Ciertamente, el libro prometía mucho y lo empecé con ganas (justificadas), aunque va de más a menos y uno lo termina con cierta decepción por lo que pudo haber sido (y era, en su parte inicial). Aún así, la primera parte es muy buena. Si finalmente lo lees, ya nos dirás qué tal.
Gracias por comentar, y feliz año para ti también ;-)
Saludos
Marc

Marcela dijo...

Feliz Año con mucho cariño a todos de ULAD...💫🌟✨☃️❄️❄️✨🕊🕊🕊🕊🕊🕊

Marc Peig dijo...

Muchas gracias , Marcela. También te deseamos un feliz año lleno de éxitos (y lecturas), e igualmente a todos nuestros lectores de ULAD.
Saludos
Marc

Sir Robin dijo...

Buenas Marc, una cosa que se me quedo en el tintero y al hilo de la reseña y del primer comentario: obviamente lo ideal es una obra, libro en este caso pero aplicable a disco e incluso a otras artes, que sea buena de cabo a rabo, en su totalidad, pero eso sólo ocurre con obras muy concretas, y generalmente no muy extensas me temo. Para no irme por las ramas en este caso concreto si es una primera parte muy buena, y una segunda recomendable, creo que habrá que leerlo. Ocurre como con esas obras con finales abiertos por decirlo de algún modo, que nos dejan como diciendo ¿y ya está?¿así se acaba?... pues si el resto ha sido gratificante ¡hurra!.
Como decía un escritor, o un director de cine , o ambas cosas no recuerdo: que un historia tenga un final feliz solo depende de donde se ponga la palabra "fin". Saludos.

Marc Peig dijo...

Hola, Sir Robin. En este caso el ir de "más a menos" es bastante pronunciado, aunque coincido contigo respecto a si una obra parcialmente muy buena debería recomendarse o no. En este caso sí, yo la recomiendo y, pasado cierto tiempo de haberla leído (mes y medio aproximadamente), mantengo la valoración y no me arrepiento de haberla leído. También el lector puede optar por dejarla a medias cuando ve que pierde interés en las "nuevas" historias, aunque sé que hacerlo es algo bastante difícil; de todos modos, como en este caso no se trata de que tenga un final feliz o no, sino del interés que despierta el cómo avanza la historia, puede que sea más fácil tomar esta decisión.
Eso ya dependerá de cada uno. Si al final te decides, ya nos contarás qué te parece.
Saludos, y gracias, como siempre, por el comentario.
Marc

Narayani dijo...

El otro día estuve en la presentación de su nuevo libro en Madrid, y le preguntaron por qué siempre sus personajes eran masculinos y su respuesta fue algo parecido a lo que has comentado tú en tu reseña sobre el rol femenino. No se siente seguro hablando en boca de una mujer porque no lo ve tan creíble como cuando escribe a personajes masculinos.

Por lo demás, coincido contigo en que este libro va de más a menos, lo cual es una pena, pero aún así, yo también me atrevo a recomendarlo.

Un abrazo,

Marc Peig dijo...

Hola, Narayani.
Celebro que coincidamos en la valoración del libro y, ciertamente, se nota que el autor no se siente seguro hablando en boca de una mujer. Y es una lástima porque tampoco nadie le exigía que lo hiciera. Aún así, el libro, como dices, tiene partes muy interesantes.
No sé qué tal será “Algo en lo que creer”, pero de momento, vista la temática, no entra en mis planes. Si tú te decides a leerlo, ¡espero tu opinión!
Saludos, y gracias por comentar la entrada.
Marc