viernes, 19 de enero de 2018

Luca D'Andrea: La sustancia del mal

Idioma original: italiano
Título original: La sostanza del male 
Año de publicación: 2016
Traducción: Xavier González Rovira
Valoración: está bien

Uno ve este libro en la estantería del hipermercado o el centro comercial (lo confieso. yo sólo compro libros en sitios así), al lado de los últimos éxitos, de los best-sellers de rigor, y algo te llama la atención... quizás la colorida portada -que tiene truco, por cierto-, quizás la (arghh) faja que compara a su autor con los más célebres escritores de thrillers... Además, está publicado por un editorial de aún cierto prestigio, que también ha descubierto a los hispanolectores otros grandes nombres del género como... Joël Dicker ¡De repente se disparan todas las alarmas, se bloquean las salidas con puertas de acero...DEFCON DOS, DEFCON DOS! Entran los agentes del Servicio Secreto beretta en mano para llevarte a un refugio seguro: "El pájaro está en el nido... Repito: el pájaro está en el nido..."

Tranqui todo el mundo, el caso es que no hace falta tanta alarma; sí, Luca D'Andrea es un escritor aún joven (o casi), europeo, que ha escrito un thriller á l'americaine, que incluso se le emparenta (aunque eso ya casi es un tópico) con monstruos como Stephen King... pero vamos, poco que ver con Joël Dicker. Gracias. Al. Cielo. En este caso, el libro que nos ocupa no deja de ser, ni pretende ser otra cosa que una novela de misterio, con su punto de originalidad, cierto es, en la ambientación: se trata de un crimen pavoroso ocurrido en las montañas del Alto Adigio o Tirol del Sur en 1985, una época de tensiones entre las comunidades germana e italiana -que le valieron a la región el apodo de "Belfast con strudel"- y que trata de desentrañar -o no, según el momento- un guionista de documentales neoyorquino que está casado con una lugareña: más que un walscher o forastero, pero menos que un nativo del pequeño pueblo donde se desarrolla la historia. Tal circunstancia se revela tanto como una ventaja como todo lo contrario, por otra parte...

Pero, un instante... un protagonista que se dedica, de una u otra manera, a la escritura...que nos cuenta en primera persona la indagación, en una pequeña comunidad, sobre un crimen cometido treinta años atrás... ¿A qué me recuerda eso? ¡Mierda, La verdad sobre el caso Har...!¡No chicos, tranquilos (ya entraban otra vez los del Servicio Secreto)... que no va por ahí la cosa, por suerte! De todos modos, aguardad un momento... ¿le suena a alguien una novela sobre un crimen en un caserío del Goiherri en la época más dura de ETA? ¿No? Pues esperad que corro al registro de la Propiedad Intelectual. Ahora vuelvo...

Bueno, ya está. ¿Por dónde iba? Ah, sí: que esto no tiene que ver con aquella novela con ínfulas que perpetró el tal Dicker. Ni siquiera se le pueden buscar referencias a literarias de campanillas, a pesar de que el prota-detective se llame Salinger -sí, amigos/as: J. Salinger, nada menos-, aparte de alguna mención a, precisamente, don Stephen King. Es más, La sustancia del mal, pese a no ser sino un entretenido thriller de misterio, repito, cuenta con algunas virtudes que, aunque sólo sea por no ser defectos, cabe destacar:

  • Utiliza ciertos recursos típicos de los best-sellers (lenguaje muy asequible, párrafos sin complicaciones, capítulos cortos) pero no da la impresión de seguir un manual de cómo escribir uno. Pese a haberlos, no abusa de los quiebros en la trama ni de los cliffhangers (que aquí son literales, por otra parte), aunque no falte el toque ternurista
  • No hace trampas con la historia: la novela es un ejemplo de whodunnit, en la que el protagonista tiene los mismos datos que el lector para resolver el crimen. 
  • Como ya he mencionado, no pretende ser otra cosa que lo que es. Eso incluye el bagage anterior  del propio autor, nacido en Bolzano, muy cerca de donde se desarrolla la acción, montañero y, también él, guionista de documentales sobre los rescates de montaña. Lo que, en otros casos, yo juzgaría como una falta de imaginación preocupante para un escritor de ficción, pero en este, creo que le da al resultado un aire de autenticidad e incluso honestidad que ayuda a que la novela se lea con agrado.
En suma, y por no enrollarme más: un thriller entretenido y sin más complicaciones, un best-seller para pasar el rato y que no de vergüenza llevarlo a cualquier sitio: al metro o a la piscina, a la playa o a la montaña... bueno, no, a la montaña , mejor que no...

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, estupenda reseña. Me intriga bastante ... ¿cuál es el truco de la portada? Gracias de antemano.

Anónimo dijo...

Bagaje! ;)

Gabriel

Pepe Pótamos dijo...

Hablando de plagios, el truco de la portada es, me temo, un plagio de una imagen que circula por internet del Machu Picchu con la siguiente leyenda (primer anónimo, atento): "Gira la cabeza a la derecha" (aquí sería a la izda).

PD.: Sacar a Stephen King como personaje en una novela de misterio también lo hizo antes Joyce Carol Oates en "Rey de Picas" (no sé que pensará el interesado por esta nueva tendencia en la novela negra :-)

PD2: Acabo de ver que hay reseña de "El libro de los Baltimore" de Joel Diker (uno de los libros más ridículos que he leído) y le habéis puesto "recomendable". Quiero pensar que queríais decir "recomendable no acercarse a él".

PD3: A pesar de que hoy estoy un poco ácido, muchas gracias por la reseña y por vuestro trabajo en el blog, Juan.

Saludos

Pepe Pótamos dijo...

Releyendo la reseña, me parece que te entendí mal, Juan, pensé que a Stephen King se le mencionaba dentro de la novela. O sea, que mi PD1 no vale :-)

Saludos!

Anónimo dijo...

Pues es verdad, giro la portada hacia la izquierda y veo una cabeza ( gracias, Pepe Pótamos). Pero observando atentamente, y sin girar, en las montañas nevadas que hay detrás aparecen dos ojos que observan ... jaja, ¡qué paranoia!

Anónimo 1

Pepe Pótamos dijo...

Pues también es verdad, la montaña de atrás es una especie de criatura maligna telúrica :-)

Anónimo dijo...

A mi me pareció más floja que la de Harry Quebert. El truco de la portada puede ser la bandera de Italia?

Juan G. B. dijo...

Hola a todos, anónimos y no anónimos:
En efecto, el "truco de la portada son las figuras que se ven en las montañas, tanto la cabeza de una persona como una criatura maligna, cuya presencia aquí no desvelaré para no hacer "spoiler" . Digamos que es una representación del mal... también es verdad que están los colores de la bandera de Italia, supongo que porque es una novela italiana, aunque, también podría ser una novela austríaca, después de todo o al menos germánica...
Sobre su calidad, ya he puesto lo que pienso en la reseña. La novela de Joël Dicker ("La verdad ...") me parece bastante peor, sobre todo por las ínfulas más "literarias" que tenía, aunque quizás mucha culpa la tuvieran los departamentos de marketing y prensa de lasa editoriales... no se puede vender una sándwich de mortadela de Mercadona como si fuera jamón del bueno. La novela de D'Andrea es mortadela y no pretende ser otra cosa.
Pepe, la valoración de la otra novela de Dicker es responsabilidad de quien ha hecho la reseña. como ocurre con todas. No lo hacemos de forma asamblearia (en ese caso,además, es una colaboración). Por lo demás, yo, personalmente, después de leer "la verdad..." no pienso tocar otro libro del señor Dicker ni con un palo
Sobre lo de "bagage", en realidad pretendía escribirlo en francés, para darle un toque de distinción al blog...ya sabes Gabriel. Debí ponerlo en cursiva...; )
Un saludo a todo el mundo y, como siempre, gracias por los comentarios!

Marc Peig dijo...

¡Buenas! Confieso que, a mí, «La verdad sobre el caso Harry Quebert» me entretuvo bastante. Aunque también es cierto que su primera novela «Los últimos días de nuestros padres» me pareció un tostón y mala de narices. Respecto a esta que reseña Juan, pues creo que la dejaré para otro momento... ;-)
Saludos
Marc