viernes, 3 de noviembre de 2017

Gavin Edwards: Cómo ser Bill Murray

Idioma original: inglés
Título original: The Tao of Bill Murray: Real-life Stories of Joy, Enlightenment and Party Crashing
Año de publicación: 2016
Traducción: Ismael Attrache
Valoración: está bien, aunque imprescindible para fans


Todo el mundo, supongo, conoce a Bill Murray; no sólo es una gran estrella de Hollywood, sino también uno de los actores más respetados por quienes no respetan demasiado el cine comercial de Hollywood. Y no sólo por su indudable vis cómica o su desconcertante tendencia a la improvisación -cuando no al caos-, sino porque, en cierto modo, se ha convertido en un epítome del posmodernismo cool: es todo ironía, metacomedia... pero con un punto de melancolía. A pesar de que podría resultar demasiado famoso para ser un actor "de culto", Murray lo es. Y además, lo es entre todo tipo de público, desde el más gafapastoso al más masivo y popular. Incluso podríamos decir -aunque en el resto del mundo no seamos tan conscientes de ello- que en Estados Unidos se ha convertido en una suerte de leyenda urbana, pues sus imprevisibles apariciones y su interactuación con la gente, donde quiera que esté, sirve como fuente inagotable de anécdotas, ya casi legendarias: desde sus apariciones en fiestas ajenas por todo el país (no siempre autoinvitado) a su inveterada y participativa afición al béisbol y al golf. Desde su generosidad a su excentricidad; desde su amable inexcrutabilidad a su anárquica irreverencia... De todo ello es de lo que trata este libro.

Antes de seguir, he de admitir que soy un rendido admirador de Bill Murray (a pesar de que la primera vez que lo vi en Los cazafantasmas, me cayó más bien gordo); de ahí que mis expectativas ante este libro fueran quizás más altas de lo que debían. Para evitar confusiones, debo advertir ya que no se trata de una biografía, al menos no de una al uso; excepto una breve semblanza biográfica al comienzo y una pormenorizada -y muy útil- relación comentada de sus películas, el resto del libro -es decir, unos dos tercios del mismo- se dedican a relatar anécdotas, anécdotas y más anécdotas sobre el actor y diversa gente que le ha conocido, ya sea durante un minuto o lo largo de varias décadas. Todos estos "sucedidos" -cierto es que la mayoría bastante graciosos- se articulan a través de una especie de método de autosuperación, un "decálogo de Murray", con puntos como "La sorpresa es oro. Lo fortuito es una langosta", "Invítate tú a la fiesta" o "Conoce tus placeres y tus parámetros". De ahí, claro el título que le han dado a la edición del libro en castellano (y que alude, sin duda, a la divertida película de Spike Jonce Cómo ser John Malkovich... en la que no sale Bill Murray, por si alguien se lo pregunta); pero, en fin, ya digo que lo sustancial es que se trata de una colección de anécdotas y ocurrencias del actor, quien, al parecer, no duda en trasladar el personaje ácrata y caradura que le ha hecho célebre en el cine a su relación con el público en la vida real.

Aunque quizás lo más interesante de esta no-biografía -aunque las anécdotas, pese a ser un poco repetitivas, también son reveladoras- sea lo que no se cuenta: cómo es el señor Murray en la intimidad o, al menos, cuando tiene la suficiente confianza con sus acompañantes como para no adoptar el rol al que parece abocada su actuación pública. Que no quiere decir que éste sea fingido; más bien da la impresión de que, con toda naturalidad, una versión de su personalidad actúa cuando se encuentra ante otras personas que esperan, justamente, esa versión de él. No obstante, alguna que otra pista, sí que nos da el libro sobre la vertiente más "íntima": por ejemplo, resulta que es un sincero apasionado de la poesía. Así que, si alguno de sus más acérrimos fans quiere verlo en vivo y en directo, hay una cita donde se le suele encontrar sin falta -además del torneo de golf AT&T Pebble Beach National Pro-Am, donde la suele liar parda-: el acto anual de la Poets House de Nueva York, en el que se recitan poemas durante un paseo por el puente de Brooklyn. Ya sabéis: haceos con un libro de Emily Dickinson y a por él  ; )


Nota: esta edición del libro se ha sumado a cierta deplorable tendencia que consiste en poner, además de las tapas en sí, una sobrecubierta de plástico transparente donde se rotula el título del libro y el autor. Sepan, señores/as editores/as, que el resultado puede quedar muy chulo sobre la mesa de novedades de una librería (también es discutible), pero, en mi opinión, resulta bastante incómodo a la hora de leer el susodicho libro. No lo hagan más, por favor.

6 comentarios:

El Puma dijo...

Hola, Juan! Excelente excusa para volver a Nueva York, cruzar el puente de Brooklyn leyendo poesía junto a Bill Murray!
No te extrañará saber que soy fan de Bill, no a partir de Los cazafantasmas, sino desde que hizo "Qué tal, Bob?" junto a Richard Dreyfuss. La vi unas cinco veces. La primera en el cine, donde no paré de reir. Las siguientes en video o la tele, y cada vez me reí un poquito menos y me angustié un poquito más. Un TOC de manual.
Perdidos en Tokio nos lo muestra en otro registro, no menos disfrutable.
No creo que lea este libro, pero gracias por traer a ULAD a uno de mis actores favoritos.

Juan G. B. dijo...

Hola, amigo Puma:
Gracias ante todo por el comentario...¡ya empezaba yo a temer que no había tantos fans de Bill Murray como creía!
la película que mencionas se conoce en España como "¿Qué pasa con Bob?" En el libro se cuenta que Richard Dreyfuss y Bill Murray no se llevaban nada bien y quizás algo de esa tensión se transmitiese a la filmación. También que está rodada cerca de la residencia de Murray en el estado de Nueva york, porque él no quería alejarse mucho de su casa.
Por lo demás, yo la película que he visto más veces de este actor, y que creo que es la favorita de mucha gente, es "Atrapado en el tiempo" (también conocida por "El día de la marmota" expresión que incluso ya se ha hecho habitual para describir una situación desesperantemente repetitiva, como , por ejemplo, los avatares de la política española). Aprovecho para comentar que a raíz del rodaje de esta película, Murray también se distanció del director y hasta entonces su gran amigo Harold Ramis, por lo que cabe suponer que tal vez la legendaria bonhomía del actor no sea tan real.
No me enrollo más. Un saludo y gracias de nuevo por el comentario.

Sir Robin dijo...

Buena y sabrosa reseña, tengo el libro en la recámara junto a otro casi idéntico diría yo de otra editorial. Me encanta Bill Murray, "Atrapado en el tiempo", "Cazafantasmas" por supuesto, "Lost in traslation", y dos muy buenas también "Life Aquatic" y "Moonrise Kingdom" ambas de Wes Anderson. La que comentáis me la apunto...¡la desconocía!.

Saludos.

Sir Robin dijo...

Y no menos buena Nota ; )
Pasa como con las ediciones los CD, algunas discográficas o diseñadores sacan formatos muy chulos, y llamativos y originales que Lugo no hay forma de encajar entre los estantes, o de colocar la colección con un cierto orden. Perdón por la llantina, igual es más apropiada para Un disco a la semana pero ya que pasaba por aquí...

Juan G. B. dijo...

Hola, Sir Robin:
he de remarcar, por si no ha quedado claro en la reseña, que este libro es aconsejable, sobre todo, a los muy fans del actor...no sé si le gustará demasiado a otros lectores, por divertidas que sean algunas anécdotas. En cuanto a las interpretaciones de Murray, a mí me gusta especialmente los secundarios que hace en "Ed Wood" y en "Los Tennenbaum", quizás porque se alejan un tanto de su registro habitual.
Sobre la edición, quiero señalar que el plastiquito de marras es realmente engorroso. No me ha gustado nada. Ya sé que la solución es muy fácil: quitar la sobrecubierta de plástico y ponérsela al libro cuando se acabe de leer, pero entonces estaría el plástico de las narices rondando por toda la casa, con el riesgo añadido de perderlo. En fin, una moda que espero se pase pronto...
Un saludo de nuevoy mil gracias por los comentarios.

El Puma dijo...

Cáspita! Pasé por alto su película más emblemática! Groundhog day (El día de la marmota en Argentina) es extraordinaria!! Y también la ví una media docena de veces.
No recordaba su participación en Ed Wood (tal vez la presencia del magnífico y recientemente fallecido Martin Landau lo opacara), pero sí en todas las que menciona Sir Robin de Wes Anderson.