Título original: Bob Dylan. Canciones.
Año de publicación: 2005
Valoración: (sin entrar en la selección) Está bien.
Homero fue un bardo callejero. Las obras de Shakespeare no fueron escritas para ser leídas sino para ser escuchadas. La poesía más famosa en lengua inglesa es una canción (la canta Ava Gardner en "Mogambo" y es el leitmotiv de "El guardián entre el centeno"). Lo que ha hecho la Academia Sueca ha sido recordarlo, nada más.
Pero la música se perdió y quedó el verso. ¿Por qué nadie ha visto bajo esta perspectiva el nobel a Bob Dylan? La reacción más común ha sido de elogio al premiado y de fastidio por la extravagancia sueca. ¿Y si le diéramos la vuelta a este impulso? Aceptemos que un cantautor puede ser un poeta de altura y, llegados a este punto, leamos a Dylan. Sin música.
Y entonces surge el primer problema grave al que nos enfrentamos: aunque los españoles no lo necesitamos porque el inglés es un idioma que dominamos desde la cuna, apenas existen ediciones de canciones de Dylan con traducciones de especialistas. Por supuesto hay un sinfín de libritos y cuadernos con letras del cantante, pero no queremos eso, no queremos la traducción apresurada del periodista que informa de la concesión del premio, ni la de los discos. Puesto que un poema primero debe ser estudiado, luego interpretado y finalmente traducido.
Leamos a Dylan, pues. No conozco lo suficiente su obra para saber si las canciones recogidas en este volumen son significativas o no. Yo diría que, por lo visto aquí, hay varios Dylan: como mínimo, está el intimista Si los perros corren libres, El sueño de Bob Dylan, Dama mirada triste de las tierras bajas), el profeta del cambio social (Señores de la guerra, Los tiempos están cambiando), el apocalíptico alucinado (Una fuerte lluvia va a caer, Día de langostas). Mi impresión es que mientras el más popular es el segundo, el que más llama la atención de la comunidad literaria -sueca o no- y cimenta realmente su prestigio como poeta, es el último, aunque los tres se mezclan en la mayor parte de las canciones. San Juan, la cábala, Rimbaud, William Burroughs, Ginsberg, y por supuesto Dylan Thomas..., se trata de una poesía conceptualmente densa como el alquitrán, grandilocuente, llena de imágenes chocantes y, por qué no, perturbadoras, que a veces busca abrumar mediante la acumulación y otras encuentra lo extravagante de la sencillez:
de vuelta aquí, un Mercury/convertible modelo sesenta y tres/se estrella contra una chica/y diez pájaros/acaban de cruzar/la frontera de Colorado.
de vuelta aquí, un Mercury/convertible modelo sesenta y tres/se estrella contra una chica/y diez pájaros/acaban de cruzar/la frontera de Colorado.
Tengo que decir que prefiero el Dylan más lineal aunque no necesariamente más cercano, el "storyteller" de Chica negra, por ejemplo:
tú hablas de orden/ella empeñaría/el mundo/por un dólar veinticinco
tú hablas de orden/ella empeñaría/el mundo/por un dólar veinticinco
El escritor venezolano Gabriel Jiménez Emán es el traductor y compilador de este libro. Es espinoso pronunciarse sobre el trabajo de un profesional cuando uno no conoce la obra original, si bien he de decir que mi opinión -basada sólo en la extrañeza que me causan determinados giros y expresiones leídas en español- es que se decanta demasiado por la traslación literal del verso de Dylan. Obviamente, es mucho más fácil escuchar sus canciones que leerlas. Uno tropieza constantemente con adverbios y epítetos, porque paradójicamente, su poesía traducida no resulta nada musical. Lean y juzguen:
Hey, Mr Tambourine Man, play a song for me/In the jingle jangle morning i´ll come following you
Hey, Mr Tambourine Man, play a song for me/In the jingle jangle morning i´ll come following you
O lo que es lo mismo (Gabriel Jiménez Emán mediante):
Eh, Señor Panderetero, toca una canción para mí/En la mañana del cencerro y cascabel te seguiré
Eh, Señor Panderetero, toca una canción para mí/En la mañana del cencerro y cascabel te seguiré
No creo que nadie pueda leer esto sin olvidar la música. Quizás eso demuestra que Dylan es un poeta aún pendiente de traducir correctamente al español o quizás que no hay traducción mínimamente aceptable de la poesía, de cualquier poesía. En fin, puedo estar equivocado, pero si un poema no traspasa la frontera de su idioma y hace olvidar su soporte sonoro (Homero lo hizo, Shakespeare lo hizo) ¿puede decirse que su lenguaje es universal?
Talibán
4 comentarios:
Hola,
Me gusta mucho la entrada, bob dylan es uno de los grandes, y sus canciones son maravillosas. He seguido tu blog ya que es muy interesante, me seguirías devuelta si te gusta el mío?.
Un abrazo
Pues, la verdad, yo creo que hay muchísima poesía en las canciones, pero no sólo en Bob Dylan y cantautores en general (en España estarían J.M. Serrat, J. Sabina, J. B. Humet, o Víctor Manuel, entre otros muchos). La letra de "Mediterráneo" de Serrat es un verdadero poema, indudablemente. También hay muchísima y espléndida poesía en los tangos argentinos, y en las coplas y tonadillas españolas (Quintero, León y Quiroga), y en las rancheras mexicanas (Agustín Lara, José Alfredo Jiménez...), y en el cante jondo... (letras que, por cierto, en muchas ocasiones no se sabe quién las escribió o ideó).
Ya lo de darles el Nobel a sus creadores, pues me parece discutible. Pero.. why not?
Me despido, en fin, con una copla que para mí es más poética que mucha poesía consagrada:
No canto pa que me escuchen
ni pa sentirme la voz.
Canto pa que no se junten
la pena con el dolor.
Pues para no conocer suficientemente la obra de Dylan me parece una reseña atinadísima, sinceramente.
La publicación de la reseña me ha cogido por sorpresa y no he podido responder hasta ahora. José Luis, nunca fui un seguidor de Dylan más allá de las canciones que todos conocemos. Las opiniones de esta reseña se basan exclusivamente en lo que está contenido en el libro al que aludo y, con franqueza, el 80-90% de las canciones no las conocía, lo cual o pone en duda lo acertado de la selección o confirma mi ignorancia sobre el tema. Gracias por el comentario.
Siempre leo los blogs interesantes, Arual, por supuesto, gracias por comentar.
Zumo, has citado autores en español. Precisamente el fondo de esta reseña es el distinto trato que reciben las traducciones de poesía extranjera -hechas por filólogos especialistas en ese cometido- y las traducciones de canciones -hechas por fanáticos del cantante que dominan el idioma. Gracias por la aportación.
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