Año de publicación: 2015
Valoración: Muy recomendable
Que en pleno siglo XXI un escritor deba huir de su país debido al contenido de una de sus obras puede significar, entre otras, varias cosas. A saber: que la libertad de expresión sigue firmemente amenazada, que la literatura puede ser una arma peligrosa para los poderosos, que su capacidad para remover conciencias permanece intacta y que, por desgracia, esa literatura de denuncia continúa siendo necesaria.
Todo esto viene a cuento a raíz del exilio en España del salvadoreño Jorge Galán, autor de "Noviembre". La obra tiene como eje el asesinato, hoy hace 27 años, el 16 de noviembre de 1989 en la Universidad Centroamericana (UCA), de los Padres jesuitas Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes, Amando López, Juan Ramón Moreno, Joaquín López y López, así como de Elba Julia Ramos y su hija Celina, que trabajaban para ellos. Este asesinato fue uno de los miles que se produjo durante la Guerra Civil que vivió El Salvador entre 1979 y 1992, aunque junto al de Monseñor Romero fue uno de los de mayor impacto mediático, en especial en España debido a la nacionalidad española de buena parte de las víctimas. Lo más sangrante de estos dos casos (y de otros muchos) es que ambos fueron perpetrados por miembros de las Fuerzas Armadas salvadoreñas o grupos tremendamente próximos a las mismas y que sus responsables intelectuales quedaron impunes.
Y esa impunidad es lo que trata de romper el autor. Y lo hace a través de entrevistas con personajes fundamentales en aquellos días y en aquellos acontecimientos, como el provincial de la Compañía de Jesús para Centroamérica, José María Tojeira, el teólogo Jon Sobrino o el ex-presidente salvadoreño Alfredo Cristiani, con quienes mantiene conversaciones de lo más interesantes por lo reveladoras que resultan. Mediante los testimonios ofrecidos por los entrevistados se reconstruyen los días y semanas previos y posteriores a la matanza y se recrea la sensación de impunidad que disfrutaban los asesinos, la impotencia, rabia y miedo de los compañeros de los asesinados, el clima de tensión que recorría San Salvador, etc.
Pero este no es un libro de entrevistas, como tampoco es una narración lineal. Comienza con los asesinatos y continúa con los funerales, los intentos de proteger a testigos, el papel vergonzoso de la embajada americana, etc, pero la linealidad se rompe y la narración se intercala con otros sucesos violentos de naturaleza similar ocurridos años atrás, así como con las historias de personajes vinculados, de una forma u otra, con la tragedia.
Es este manejo de los tiempos, de los ritmos y de los diferentes escenarios una de las principales virtudes de la novela, hasta el punto de lograr mantener una tensión y un halo de misterio que hace sumamente entretenida su lectura. Otra de los puntos favorables del libro es que el autor cede la voz y la palabra a las personas a las que entrevista. El narrador sobrevuela la obra pero no acapara un protagonismo que pertenece a otros.
Aunque no podemos olvidar que su principal virtud está en la denuncia, en el testimonio y en la capacidad (¿o es obligación?) que tiene la literatura de poner sobre la mesa cuestiones olvidadas, de recuperar esa MEMORIA HISTÓRICA con la que tanto se llenan la boca políticos y prohombres y que, casi siempre, queda únicamente como título de una ley que no es otra cosa que un brindis al sol.
4 comentarios:
Un brindis al sol? Yo alucino.
Está claro que esa ley no está cumpliendo todas las expectativas que deberia cumplir, pero es fundamental que exista y que siga existiendo. En mi opinión es un error minimizar sus efectos, por corto que nos parezca su cumpliiento. Es una ley imprescindible. Mejorable, pero imprescindible.
Brindis al sol en cuanto a propuesta que quien la plantea sabe casi con total seguridad que no podrá cumplirla (desgraciadamente).
Pero vamos, una ley absolutamente imprescindible, aunque manifiestamente mejorable en su aplicación.
Un saludo
Estoy super orgullosa de este escritor salvadoreño que ha sabido hacer un libro íntimo y muy conmovedor sobre un suceso historico y desgarrador en la historia de mi país. He tenido que cerrar el libro y llorar más de una vez. Es un libro maravilloso y un escritor que merece que se le siga leyendo. Les felicito por la reseña.
Hola Karla:
Me alegro que te haya gustado la reseña. Sobre lo que dices, Galán además lo consigue sin sentimentalismos ni ñoñerías. Buen libro.
Un saludo
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