Título original: A Winter Walk - Walking
Año de publicación:
Traducción: Marcos Nava
Valoración: entre recomendable y está bien
Existe un género televisivo que es especialmente popular, al menos en España, el de los documentales sobre naturaleza, ésos que siempre dicen preferir los espectadores cuando se les pregunta por sus gustos... (!) Unos documentales que tratan sobre el comienzo de la floración en la tundra o la hibernación del lirón moteado, y cuya narración suele correr a cargo de unas voces de una agradable calidez, de una suavidad monótona que nos incitan a seguir con atención el transcurrir de lazZzzzzzzzzz.... ¿Euh? Uy, perdón... Bien, imaginemos ahora una de esas envolventes voces recitando las siguientes palabras:
"Aún así, en medio de este día ártico, quizá podamos seguir al verano hasta su refugio y comprender un poco mejor la vida que allí crece. Si nos asomamos a los riachuelos que atraviesan las praderas heladas, puede que veamos los nidos submarinos de lo tricópteros, es decir, las larvas de las planipennia..."
Podría dar el pego, ¿no? Pues así es Un paseo invernal, uno de los dos textos de Henry David Thoreau que conforman este delgado volumen: una descripción precisa y preciosa -exquisita, incluso- de lo que podía encontrar un paseante por los campos y bosques de Massachussets cualquier día helado de invierno (de hace 200 años, eso sí). Que nadie piense que Thoreau transmite sin embargo una visión desolada o yerma de la naturaleza; muy al contrario, el autor considera la invernal como una estación de máximo esplendor natural y le encanta todo lo que ve.
El otro texto que compone este volumen tan cucamente editado es Caminar, en principio una ardorosa defensas de esta sana actividad y sus beneficios -no exclusivamente físicos- por parte del autor, pero que pronto deriva hacia una nueva loa a las maravillas de la naturaleza e incluso una cierta una apología de la vida salvaje, fuera de la "civilización" de los humanos: "La vida coincide con lo salvaje. lo más vivo es lo más salvaje" (...) "En una sola frase: todo lo bueno es salvaje y libre...". Más aún: una llamada a la rebeldía hacia ésta y sus constreñimientos ( "En cuanto a mi relación con la Naturaleza, tengo la impresión de vivir como una suerte de habitante fronterizo, en los confines de un mundo al que hago tan sólo incursiones efímeras y puntuales,y mi patriotismo y mi lealtad hacia el Estado a cuyos territorios parezco retirarme son los propios de un bandolero..."). No es de extrañar que Thoreau haya sido inspirador a pensamientos y movimientos tan dispares como el anarquista, el liberal, el ecologismo, el vegetarianismo, la objección de conciencia de todo tipo, el pacifismo, a los hippies... aunque también a los "patriotas" que se atrincheran en Montana con un arsenal de rifles de asalto. Cada cual puede encontrar en Thoreau lo que ande buscando... pero, sobre todo, encontrará un montón de páginas de una belleza cristalina, quizás de las mejores que se hayan escrito nunca sobre la Naturaleza y sus sutiles secretos. Para muestra, un botón:
"Mientras vagábamos, las nubes han vuelto a reunirse y algunos copos dispersos comienzan su descenso. Caen cada vez más rápido, y pronto dejan fuera de la vista los objetos distantes. La nieve se desploma suavemente sobre los bosques y los campos, sin olvidar ni una sola grieta, junto al río y el lago, sobre la montaña y el valle. Los mamíferos están ya recluidos en sus refugios y los pájaros encaramados a sus ramas. Todos los sonidos que escuchamos cuando hace buen tiempo se han fundido en el silencio, todas las laderas, las paredes rocosas y las cercas, el hielo lustroso y las hojas marchitas que hasta entonces no estaban enterradas, se ocultan ahora muda y gradualmente, y se pierden las huellas de los hombres y los animales. La naturaleza reafirma su dominio y borra los rastros humanos con muy poco esfuerzo..."
Un puro bálsamo.
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