jueves, 16 de abril de 2015

Colaboración: contrarreseña de El loro de Flaubert de Julian Barnes


Idioma original: inglés
Título original: Flaubert's parrot
Año de publicación: 1984

Valoración: Muy recomendable
 
El hilo de este texto es una aguja, comienza así: una reseña es, al parecer, un espectáculo. Una masa menor u obrilla en cuyo centro se coloca algún tipo de opinión literaria o combinación de ellas y que comienza con un "vale" entre paréntesis, aunque casi siempre se omita.

(Vale.)

Hace más o menos un año, un dos de abril, al mediodía, mientras los periódicos colombianos enviaban papel a la prensa venezolana, Montuenga (nuestra Montuenga) publicó en ULAD la reseña de un libro legendario: El Loro de Flaubert, de Julian Barnes. La novela le gustó, pero poco. Descubrió que el autor no se sometía a más criterios que los propios y eso pareció desorientarla. El loro de Flaubert resultaba una obra meritoria como experimento en su época, pero quizá fallida en parte, o al menos no tan excelente como proclaman muchas de las críticas. Segundos después, sus seguidores (los de Montuenga) dejamos por unos minutos de respirar. Acto seguido los fans de Julian Barnes lanzaron transparentes indirectas acerca de la existencia de un plan cósmico. Aquella reseña parecía de Montuenga y no lo parecía. Su falta de alegría era alarmante. ¡Rozaba lo triste! No podía ser en sí misma. Pero sí que lo era.

Por eso sus más fervientes seguidores (los de Montuenga) le debemos desde entonces un apéndice, campaña de imagen o contrarreseña. Si Montuenga tiene un día triste y se olvida de insuflar alegría a una reseña, esta se queda a vivir ya para siempre dentro del limbo de las reseñas. No estaría bien. Porque en El loro de Flaubert el autor está en su libro como Dios en su universo, presente en todas partes pero siempre invisible, y porque es la precisión la que hace su fuerza, una precisión intensiva y sonora que es musicalidad verbal, tanto en estilo como en música.

Imagínese el lector la dificultad técnica que supone escribir un cuento en el que un pájaro mal disecado y con un nombre ridículo, termina representando una tercera parte de la Trinidad, y cuya intención no es satírica, sentimental o blasfema       .

Imagínese, pero con alegría. En El loro de Flaubert los críticos quieren matar a los escritores, son negligentes, parciales y prejuiciosos. Tampoco es eso. Alegría. La tristeza es un vicio.

Otros libros de Julian Barnes en ULAD: Aquí

Firmado: Álex Azkona

12 comentarios:

Abracalibro dijo...

Vaya!
No conocía el libro pero no estoy segura de que me vaya a gustar.
Estupenda reseña.
Saludos.

Abracalibro dijo...

Vaya!
No conocía el libro pero no estoy segura de que me vaya a gustar.
Estupenda reseña.
Saludos.

AlimañaChef dijo...

Un libro bueno, muy bueno. Un último capítulo sencillamente sublime.

Anónimo dijo...

Eso que has escrito más arriba
No son más que palabras huecas
Vas a analizar una novela
Injuriando a quien ya lo hizo?
Di mejor: intento silenciarle.
Imposible tarea, Alex Azcona.
Admite que no sabes reseñar.

Àlex Azkona dijo...

Muchas gracias a todos por comentar.

Àlex Azkona dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Montuenga dijo...

Esta contrarreseña de El loro... la escribí yo misma un día que Molina había salido a comprarme tabaco:

http://orlandiana.blogspot.com.es/2014/03/el-loro-de-flaubert-de-julian-barnes.html

ORLANDIANA

Uno de los mejores blogs de libros en lengua castellana después de Un libro al día.

Álex Azkona dijo...

Uf. Qué susto. Creía que era la mía. Menos mal que no conozco a Molina y eso me ha dado una pista.

Excelente nueva reseña. Porque contrarreseña no es. ¡Ah! Pero la mía tampoco. Qué lío.

Montuenga dijo...

Naturalmente que no me conoces de nada, por eso no sabes que Molina y Montuenga somos la misma persona. Así que todas esas familiaridades, como "nuestra Montuenga" y similares, lo mismo que especular sobre mi estado de ánimo sobran. No nos conocemos de nada, no sé si usas un pseudónimo o es tu nombre real, ni siquiera sé si eres hombre y mujer. Por supuesto, me importa un bledo quién seas, pero agradecería que, de ahora en adelante, cuando necesites rellenar párrafos (algo comprensible cuando se carece de argumentación propia) te refieras a otro, no a mí. Por si no te ha quedado claro, lo repito: no vuelvas a mencionarme.

La mayoría de los artículos sobre este libro que aparecen en las búsquedas son excelentes y me llevan la contraria con dignidad. Hubiese sido más agradable tener un contrincante a mi altura (http://orlandiana.blogspot.com.es/2014/03/el-loro-de-flaubert-de-julian-barnes.html) (http://unlibroaldia.blogspot.com/2014/04/julian-barnes-el-loro-de-flaubert.html).

(Al Anónimo del otro día, muchas gracias por su inspirado acróstico donde se lee "envidia", a la izquierda, en letras mayúsculas)

Saludos a todos y gracias por leernos.

Francesc Bon dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Francesc Bon dijo...

Todos deberíamos
Reflexionar:
Álex es
Natural
Que tenga
Una
Inclinación hacia
La
Ironía, pero
Deberíamos
Al menos
Demostrarle comprensión

Alejandro Manuel Azkona dijo...

No, no, si soy chico.

(Comprensión por otra parte hay que demostrarle, como mucho, a Montuenga.)

Muchas gracias a todos.