Título original: The Contortionist's Handbook
Año de publicación: 2003
Valoración: recomendable
Daniel Fletcher es ingresado en urgencias debido a una sobredosis de analgésicos. Aunque él afirma que la sobredosis ha sido un accidente (tenía un dolor de cabeza terrible y ha tomado demasiadas pastillas intentando que se le pasara), hay que estar seguros de que no ha intentado suicidarse y no presenta un peligro para sí mismo, por lo que le asignan a un trabajador social que se sienta ante él y comienza a hacerle preguntas.
Lo que el trabajador social no sabe es que la persona que tiene delante no es Daniel Fletcher, sino John Dolan Vincent, un inteligente joven experto en falsificar documentos de todo tipo (permisos de conducir, certificados de nacimiento, documentos de la seguridad social...) que se dedica a cambiar de identidad cada cierto tiempo, que crea una historia y un pasado para cada uno de sus alias y que ha estado tantas veces en una situación similar (en un hospital, siendo evaluado por un trabajador social), que se sabe todos los trucos que harán que en pocas horas esté de nuevo en la calle. Sólo que esta vez puede que no sea tan buena idea que lo dejen suelto...
Éste es el argumento de Manual del contorsionista (ni idea de por qué le han quitado el artículo al título original, pero en fin), primera novela de Craig Clevenger, quien realizó todo tipo de trabajos que no le gustaban hasta que, en 2000, decidió dejarlo todo y concentrarse en escribir su primera novela. El resultado de este experimento es una novela no muy larga (200 páginas en la edición en inglés), pero sí intensa y muy, muy interesante.
De la mano de Vincent (o Fletcher o quien decida ser en cada momento), aprendemos a falsear documentos, a fijarnos en qué decir y cómo decirlo para que el resto del mundo crea que venimos de un lugar o de otro, a crear excusas, a buscar siempre una salida de emergencia (aunque parezca que no la necesitamos), a juzgar a los demás, a inventar historias imperfectas y verosímiles y, sobre todo, a ser cien personas diferentes sin dejar de ser uno mismo. También descubrimos quién es este hombre que no existe, quiénes son sus amores, sus amigos, con quién hace negocios... y por qué todo, desde la más inocente mentira a la más cruel verdad, tiene gran importancia, si quiere salir con vida de los líos en los que anda metido.
Si bien el duelo de preguntas y respuestas con el trabajador social (completado con los juicios y observaciones mentales del protagonista) es de quitarse el sombrero, es un gran acierto por parte de Clevenger no abusar de él y dejar que el lector conozca el pasado (o los pasados, mejor dicho) del personaje, con lo que logra ir poco a poco haciéndose una idea de quién es la persona sobre la que está leyendo. Si a eso añadimos un estilo rápido y directo, lo que tenemos entre manos es una muy buena novela (y una estupenda novela de debut) que sigue la estela de Chuck Palahniuk, sin por eso dejar de ser original y una recomendable lectura.
2 comentarios:
¡Muy interesante! ¡YA lo estoy buscando!
Es una novela (¿negra?)interesante que se sale de la linea editoral de alpha decay (para bien)
A mí, algunos pasajes me recuerdan al mejor Bhem (el de la mirada del observador)
Saludos
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