Idioma original: francés
Título original: Le passé composé
Fecha de publicación: 1971 en Francia; 2010 en España
Valoración: Está bien
Otro libro que cacé en la biblioteca gracias a sus lomos, anterior y posterior. En la portada, primerísimo plano, en blanco y negro, de un joven con cara de melancólico interesante, pinta de extranjero (para qué nos vamos a engañar) y frondosa melena; en la contraportada, resúmen de un argumento donde la palabra "incesto" brilla como sangre sobre la nieve, buenas palabras para el escritor y un trocito del glorioso prólogo, escrito por Louis Aragon. "Toma ya, este me lo llevo para casa", me dije. Porque la cosa prometía, ¿que no?
Para quien no lo sepa, François-Marie Banier es uno de esos franceses intelectuales, existencialistas y polifacéticos que le hacen sentirse a uno insulsa carne humana. Escritor de varias obras apadrinado en sus inicios por celebrities estilo Salvador Dalí o Samuel Beckett, amigo de cineastas y mentes brillantes de todas las áreas y actor secundario en numerosos filmes (era el secundario predilecto del peculiar Rohmer, fíjate tú), la novela que hoy nos ocupa fue su segundo engendro. La escribió con 23 otoños; la primera, con 21.
Y sí, en Pasado compuesto hay incesto, como promete su contraportada...
En el seno de una familia de franceses muy poco familiares, la bella y rarita Cécile se enamora de su hermano Olivier y aprovechando que se quedan solos una semana en su casa de la costa, dan rienda suelta a su insana pasión mezclando sexo desenfranado con extraños juegos más propios de niños (al leer estas páginas no pude evitar acordarme de los Soñadores de Bertolucci que, por cierto, no me gustó nada de nada). Pero luego Olivier, frágil y aún más peculiar que Cécile, no aguantará tantas encontradas emociones y se suicidará. Poco tiempo después, Cécile, aún obsesionada por el fantasma de su hermano/amante, inicia una extraña relación con un apuesto pero trepa muchacho (apunte: la familia de Cécile está montada en el dólar) al que quiere transformar en una suerte de sosias de Olivier, un poco en la línea del Vértigo hitchcockiano...
Termino dejando claro que para mí Pasado compuesto es una novela corta, ágil, apasionada y muy bien escrita, pero algo sobrevalorada y no lo suficientemente armada y densa como para ser recomendada. Quedémonos en que está bien y ya verán los lectores de esta reseña si desean adentrarse en los tumultuosos territorios que contiene esta obra de Banier.
PD: como se puede comprobar una vez más, en ULAD no hacemos ascos al incesto literario...
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