miércoles, 8 de enero de 2020

Seth: Ventiladores Clyde

Idioma original: inglés
Título original: Clyde Fans
Año de publicación: 2019
Traducción: Esther Cruz Santaella
Valoración: recomendable

Leo esta última novela gráfica de Seth (nom de plume del canadiense Gregory Gallant) con el recuerdo aún fresco, pero más bien tibio, de su primera obra, La vida es buena si no te rindes, publicada originalmente entre 1993 y 1996. Sin embargo, pese a los veintitrés años transcurridos entre aquel libro y este Ventiladores Clyde, pienso que ambos podían haber sido escritos y dibujados de forma consecutiva, porque el estilo característico de Seth no ha cambiado sustancialmente: viñetas a tres tintas -negro, gris y un azul grisáceo... además del blanco, claro-, muchas de ellas sin diálogo, digamos "ambientales" -panoramas de calles, edificios, parques...-; detenimiento casi morboso en los detalles, sobre todo en objetos vintage, de los años 30, 40 ó 50 del siglo XX: bibelots, fotos, carteles...; recreación de zonas del Viejo Toronto y otras ciudades de Ontario... En realidad, como explica el autor en el epílogo, hay una razón para esta apariencia de continuidad: Ventiladores Clyde debía ser su segundo libro, pues lo comenzó justo después de terminar el primero; sólo que éste ha tardado más de veinte años en acabarlo. Eso también explica cierta evolución del dibujo dentro de la misma obra: de los trazos más finos y detallados del comienzo a otros más gruesos y de aire algo descuidado, pero también más resolutivos, del final.

Los personajes protagonistas guardan asimismo una cierta semejanza  con el de aquella otra novela:  son también individuos tristes, un poco o un bastante misántropos, o simplemente poco adaptados al trato con sus semejantes; aunque en este caso no se trata (por fortuna, creo yo) de otro dibujante de cómics, trasunto del propio Seth, sino de dos hermanos, Abe y Simon Matchcard, que han llevado durante años -y también a la ruina-, la empresa fundada por su padre, Ventiladores Clyde. Hay diferencias entre ellos, no obstante: mientras Abraham o Abe se ha visto obligado a ser más sociable debido a su trabajo de comercial para la empresa y ha llevado una existencia más o menos "normal" -viajes, matrimonio, múltiples aventuras con mujeres-, Simon es mucho más misántropo, o tal vez sólo víctima de una timidez enfermiza, por no decir patológica... La mayor parte de su vida, frustrado su intento de seguir los pasos de su hermano, los ha pasado encerrado en el edificio donde vive, y también está la oficina de la empresa de ventiladores, sin apenas contacto con el resto del mundo, cuidando de su madre y coleccionando unas postales humorísticas, de moda varias décadas atrás. la relación entre ambos hermanos, entre la dependencia y el rencor mutuo, supone, claro está, uno de los motores de la narración, quizá el principal, de hecho. pero también están la relación de Simon con su madre y el resquemor de Abe hacia su padre, que abandonó a la familia sin dar explicaciones. Los lazos familiares, por tanto, sus obligaciones y agravios, son el gran tema del libro, pero también las relaciones humanas en general -amorosas, comerciales- y la falta de ellas: la soledad, que causa un tormento indecible en quien la sufre, incluso cuando la ha elegido de forma, en apariencia, voluntaria. La necesidad que tenemos del prójimo, pero también de alejarnos de él. El fracaso y la entropía como destino inevitable de la existencia humana, así como de las ciudades y paisajes, de los tiempos... de todo lo que parece entrañable y acogedor.



He mencionado el edificio en el que están las oficinas de la empresa y también la vivienda de Simon y su madre -y luego, de Abe-, porque además, en verdad resulta ser casi un personaje más de la narración. o sin casi: detenido en el tiempo, laberíntico, incluso algo claustrofóbico... los dos hermanos deambulan por él sin cesar, de habitaciones a pasillos, de sótanos a la oficina, de la coina al almacén de material, desgranando sus historias y la de su familia. Incluso los objetos que se acumulan en la casa tienen no poca relevancia: a modo casi de una novela del Nouveau Roman o de Georges Perec, nos encontramos -en un libro de historietas ya de por sí bastante tocho y algo agotador- con, por ejemplo, cinco páginas repletas de pequeñas viñetas donde se detallan todos los objetos que se encontraban en el tocador y el resto del cuarto de la madre de los dos hermanos. U otra, ocupada por un catálogo de todos los modelos de ventilador que vendía la firma. En fin, cosas de ese tipo...

Por acabar: si alguien ha leído la reseña que escribí de la primera obra de Seth, La vida... etc., se habrá dado cuenta del cambio en mi tono, no sólo en la valoración. la causa es que si la otra novela gráfica me pareció algo interesante, sí, pero sobre todo una muestra máss de ese onanismo narrativo que constituye en el peor (y más frecuente, por desgracia) de los casos la llamada "autoficción", ventiladores Clyde, en cambio, resulta una novela madura y profunda , absorvente (ya digo que incluso un poco agotadora), y cuya historia y personajes, sin duda, merecerían una mayor repercusión si se tratara de una novela "tradicional" que hubiese salido de la pluma de un Franzen o un Richard Ford o cualquiera de los novelistas norteamericanos actuales más señeros.

Y antes de que lo olvide, el libro en sí, un volumen tocho, como he comentado antes, está esplendidamente editado, e inserto dentro de una curiosa "caja-faja" que, pese a mi aversión (compartida por muchos lectores y libreros, me consta) hacia esos adminículos deleznables al servicio de la autopromociónmás cutre, en este caso aporta un embalaje apropiado al tamaño del libro y de un buen gusto divertido y sorprendente. A cada cual, lo suyo.

Otras obras de este autor reseñadas en Un Libro Al DíaLa vida es buena si no te rindes

5 comentarios:

Lupita dijo...

Hola, Juan:
Un título muy atrayente; la otra obra de Seth mencionada, sin entusiasmarme, me gustó bastante, por ese tono nostálgico y melancólico. Recuerdo que comentamos ambos que era un poco aburrido, insulso, aunque creo que a mí me gustó más. A ver si en la biblio del barrio lo compran ( tengo el honor de que me soliciten opinión para nuevas adquisiciones)

Por cierto, y desde el cariño más sincero.. revisa la reseña, se te han colado varios dedos gordos.
Saludos

Juan G. B. dijo...

Hola, Lypita:
Como he explicado en la reseña, esta obra de Seth me parece mucho más ibtetesante y lograda que la otra que he leído de él, aunque quizá su extensión haga un poco ardya su lectura, a pesar de tratarse de historietas...
Por otro lado, gracias por señalarme los fallos, que creo ya he corregido... Se ve que tuve un día algo espeso (también es cierto que esta gente me tiene explotado y así no hay manera... Menos mal que me pagan un pastizal).
Saludos, gracias por tu visita y Feliz Año.

Anónimo dijo...

Juan me atrae el autor por su forma de encarar la vida. Abomina de lo digital. Viste años 50.. Y más que en el bar que escribo tienen tele 5..pero haciendo caso de tu reseña no. Lo voy a adquirir muchas gracias por el blog... Hormias

Lupita dijo...

Juan:

Este libro lo leí hace meses y ahora he recordado tu reseña, porque estoy dándole duro al género.
Me parece magnífico; es conmovedor, profundo y muy maduro.
Desde luego, Seth es un genio retratando la nostalgia, el paso del tiempo y el miedo a enfrentarse a uno mismo y sus miserias.

Es una obra grandiosa, así me lo parece.Lo volveré a leer muchas veces, sin duda. Coincido, por lo tanto, en tu valoración.
También ayuda mucho que en Pamplona haya una biblioteca (Yamaguchi) con una buenísima colección de cómic, cuidada y organizada con conocimiento y cariño.

Saludos

Juan G. B. dijo...

Hola, Lupita:
Pues sí, yo también recuerdo este libro cada vez con más agrado. No lo he vuelto a releer porque también lo saqué de una biblioteca, pero seguro que lo haré algún día...
Un saludo.