Año de publicación: 2010
Valoración: Muy recomendable
Hay un aguafuerte de Francisco de Goya, publicado en 1799, llamado "El sueño de la razón produce monstruos". El título sería un resumen breve, conciso y muy apropiado para este libro, que supone el sorprendente e interesantísimo debut del argentino Roque Larraquy. Un libro extraño y perturbador compuesto por dos historias separadas por 102 años de distancia. Veamos:
1907. Un sanatorio en Temperley (Buenos Aires). Un macabro, por no decir "gore", experimento científico y una historia de amor o de seducción. El doctor Quintana como principal protagonista, testigo y narrador de ambas. Enfermos sin esperanza, doctores sin escrúpulos y el intento de ver y entender qué hay después de la vida.
2009. Un artista que repasa una tesis que sobre el están escribiendo. Un artista experimental y un tanto truculento, con su doppelganger y su amante de rigor. Un artista que trata de acceder a la fama a través de montajes y obras que llamen la atención.
Dos historias que no son del todo independientes, aunque lo pueda parecer. Entre los nexos que las unen están, por ejemplo, el fondo de las mismas, los protagonistas desquiciados y la comemadre del título, una larva patagónica que devora e invade todo a su paso.
Dos historias sobre la razón y la locura, sobre la crueldad y sobre el intento, pese a todo, de sobrevivir a la muerte, narradas con un frases breves y un estilo cortante muy adecuado al tono de la obra. Le pondría un único pero al libro, y es que cada frase parece una sentencia, lo que hace perder al conjunto un punto de frescura.
En cualquier caso, apuntado queda el curioso nombre de Roque Larraquy. Le seguiremos la pista.
2 comentarios:
Hola Koldo,
Gracias por la reseña, no conocía a Larraquy.....a pesar de que tengo su obra bastante más cerca que vos.
Saludos
PD: Estoy equivocado si digo que has escrito la reseña un poco apurado? Hay algunos errores de redacción en el cuarto párrafo....
Jo, pues esta la tenía de hace dias. Aunque luego vas cambiando alguna cosa sobre la marcha y al final, en vez de corregir, lo fastidias.
Gracias por comentarlo. Ya está corregido
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