lunes, 3 de febrero de 2014

Colaboración: Antigua luz de John Banville

Idioma original: inglés.
Título original: Ancient Light
Año de publicación: 2012.
Valoración: Muy recomendable.

Probablemente no sea la mejor novela de Banville y pese a ello es una gran novela. Sería conveniente comentar que pese a que el autor no goce en España del prestigio del que goza en Irlanda y Gran Bretaña (cosa natural por otra parte) tal vez se trate de uno de los mejores escritores en lengua inglesa. Su promoción/desembarco en España coincidió con su etapa de escritor de novela negra (bajo el seudónimo Benjamin Black), la que es, sin duda, su fase menos reseñable. Pero Antigua luz es la prueba de que Banville es de verdad uno de los mejores escritores en inglés. No hay frase que no destile belleza, en su característica modelación de la prosa hacia formas líricas:

"... but lay on the bed on our backs for a long time, as if practising to be the corpses that one day we shall be. The curtains were thick and drawn tightly shut, and I did not realise the dawn had come up until I saw forming above me a brightly shimmering image that spread itself until it stretched over almost the entire ceiling. At first I took it for an hallucination generated out of my sleep-deprived and still half-frantic consciousness (...) What was happening was that a pinhole-sized opening between the curtains was letting in a narrow beam of light that had turned the room into a camera obscura, and the image above us was an inverted, dawn-fresh picture of the world outside"

Alex Cleave, ahora un actor retirado, recuerda el affaire que tuvo cuando sólo tenía 15 años con la madre de su mejor amigo, que entonces tenía 35. En adelante, el affaire marcará su relación con todas las mujeres de su vida: su mujer Lydia, su fallecida hija Cass y la famosa actriz Dawn Devonport, con la que Alex ha de formar pareja interpretativa para una película. Las mujeres ausentes, su mitificación -que en ocasiones recuerda a cómo Jackson Pollock representaba a las mujeres en su soledad como seres repletos de gracia-, las constantes referencias a los mitos de la antigua Grecia para describirlas e incluso el saberse incapaz de comprender la totalidad de su otredad son constantes en la literatura de Banville y tienen reflejo en Antigua luz.

Dentro de la variada y extensa obra de Banville, una novela que sirve como referencia con la cual comparar Antigua luz podría ser El Mar (2005). Está, por lo tanto, en las antípodas de la literatura deconstructiva que Banville ejerce en novelas como Imposturas (2003) o El libro de las pruebas (1989) en los que la carga narrativa se apoya en identidades y discursos inestables. Pero ocurre que Antigua luz se enmarca en la trilogía de la que es parte Imposturas. Y es que el tema de la identidad fingida en Imposturas, uno de los pilares de la literatura de Banville, obtiene continuidad en la presente novela. Axel Vander -un Paul de Man de segunda fila- y Cass Cleave, ambos personajes de Imposturas, flotan en todo momento sobre el argumento, ya que el protagonista de Antigua luz es padre de la segunda y ha recibido el encargo de representar al académico Axel Vander en una película sobre su vida.

Tal vez no sea esta una novela imprescindible en el sentido más estricto de la palabra. Ahora bien, Banville sí es imprescindible para todo aquel que quiera leer literatura de calidad y añore la belleza en el lenguaje narrativo. Como la mencionada El mar, sin ser la mejor novela del autor Antigua luz sirve como puerta de entrada en el universo de Banville.

Otras obras de John Banville en ULAD: Aquí

Firmado: Paulo Kortazar

7 comentarios:

DVC dijo...

Me lo apunto, que he leído cosas buenas de Banville. A ver si lo tienen en la biblioteca...

Montuenga dijo...

¿Y a mí que este escritor no acaba de entrarme? Y eso que lo he intentado: El mar, El libro de las pruebas y, como Benjamin Black, El otro nombre de Laura. Deben estar reseñadas por ahí todas o casi. Escribe muy bien, es cierto, pero lo veo, no sé, demasiado frío, como si no se creyese lo que cuenta. Es cuestión de gusto personal, claro, y debo estar muy equivocada porque todo el mundo le pone por las nubes.

Paulo Kortazar B. dijo...

Creo que hay una diferencia muy clara entre John Banville y lo que escribe para ir tirando como Benjamin Black.

No sé si será cosa de la traducción, a veces Banville puede ser un poco ampuloso. Pero si no te ha gustado 'el mar' ni 'el libro de las pruebas' poco puedo decir. Tal vez 'Shroud' (imposturas) te salve, pero es el discurso de una persona muy inestable - casi becketiano.

Anónimo dijo...

Tú lo has dicho, Paulo: un libro para quienes añoren la belleza en el lenguaje narrativo. Banville parece echarle aquí un pulso a la inestabilidad posmodernista, pulso que solo cede en las últimas páginas (que no comento para no destripar la lectura a nadie).
Van algunas citas de la novela con sus guiños irónicos (antiampulosidades): Banville comenta aquí la prosa de un autor cuyas iniciales, oh casualidad, son J. B., y de hecho ese autor es un personaje secundario de la propia novela. Dice que su estilo “podía haber sido forjado —le mot juste!— por el empleado de un tribunal de delitos menores de Bizancio” y que ese hombre posee "un ingenio esporádico y mordaz y [buen] ojo [para] lo que se podría denominar el bajo vientre de la belleza".
Antigua luz es también una “clásica” y hermosa reflexión sobre el Tiempo y la Memoria: "El Tiempo y la Memoria son una quisquillosa empresa de decoradores [de] interiores, siempre cambiando los muebles y rediseñando y reasignando habitaciones".
Un saludo.

Anónimo dijo...

Montuenga:
Prueba con Athena. Solamente por su arranque, prodigioso, podría merecerte la pena. Así empieza:

"My love. If words can reach whatever world you may be suffering in, then listen. I have things to tell you".

John Banville, Athena. Ed. Vintage 1996.

Montuenga dijo...

De acuerdo, Sanzirles. Muchas gracias. Ya tenía ganas de leer algo más de él, porque me tiene intrigada, la verdad. Creo que hay alguna clave por ahí que me impide conectar con él. A ver si con Athena la encuentro.

El Puma dijo...

Voy por la página 140. Poco más de la mitad del libro. Llegé a Banville gracias a ULAD, luego de leer una reseña sobre algún libro de Benjamin Black. No conocía su existencia. Ni la de Banville ni la de Black.

Por lo leído hasta ahora, coincido con Paulo. Bellísima prosa, algo morosa por momentos. Tal vez una buena manera de conocer a Banville para luego seguir con el resto de su obra.