domingo, 11 de junio de 2023

Reseña + entrevista: Las herederas de Aixa de la Cruz

Idioma original:
español
Año de publicación: 2022
Valoración: Muy recomendable
 
El anterior libro de Aixa de la Cruz, como contamos por aquí, fue un bombazo, tanto por su contenido (una exploración autobiográfica sobre el descubrimiento del feminismo, de la sexualidad, de la autenticidad literaria, de la sororidad) como por su repercusión: leído en el contexto del despertar feminista de toda una generación (o varias), Cambiar de idea resonó en muchas lectoras (y lectores) en el sentido que indicaba su epígrafe: "Por mí y por todas mis compañeras". Había por eso una razonable expectación por su siguiente novela, Las herederas, publicada en Alfaguara. Obviamente esta es una obra muy diferente de la anterior (para empezar, los aspectos autobiográficos han desaparecido o se han diluido, como luego comentaré), pero es igualmente una novela potente y técnicamente irreprochable, si bien algunos de sus temas y planteamientos puedan alejar a algunos lectores.

Las herederas se centra en cuatro mujeres de una misma familia (Nora y Olivia; Erica y Lis) que acuden al viejo caserón familiar para ordenar las pertenencias de su abuela recién fallecida. Este proceso despertará, como es comprensible, las memorias y sentimientos recopilados durante toda una vida (o mejor dicho, varias vidas). El choque de sus personalidades (la racional Olivia, la ultraproductiva Nora, la mística Erica, o Lis, la loca oficial) y sus diferentes perspectivas sobre lo que están viviendo explican también la estructura de la novela, en la que cada capítulo ofrece la visión de una de las protagonistas, repitiendo, en muchos casos, ciertas acciones y escenas desde varios puntos de vista y con variantes, a lo Rashomon. Vista la trayectoria de la autora, podría pensarse que no se trata tanto de una huida de lo autobiográfico, por oposición a su libro anterior, sino de una exploración diferente de la experiencia vital, dividiéndola o explotándola en cuatro "heterónimos".

Con este breve resumen del argumento, no sorprenderá que uno de los temas esenciales del libro sea el de la familia; pero no la familia como entidad pseudo-evidente e idílica, sino más bien como una herida abierta provocada por el roce excesivo; una fricción cargada de reproches y siempre en equilibrio inestable, al borde de la explosión. Y sin embargo, también un espacio posible de afectos y cuidados a partir del cual cabe reconstruir una nueva comunidad, no ya obligada sino libremente elegida. Retomando una frase de Derek Walcott que tomo prestada del epígrafe, en este caso, de Penínsulas rotas de Magdalena López (otra novela en la que la familia es un tema central): "Cuando un jarrón se rompe, el amor con el que se juntan las piezas es mayor que el que daba su simetría por supuesta cuando estaba entero".

Este no es, obviamente, el único tema relevante en Las herederas: otro que atraviesa la novela, y a sus cuatro protagonistas, es la definición de cordura y locura, de racionalidad e irracionalidad: ¿quién define los límites entre uno y otro? ¿Cómo trata la sociedad a aquellas personas (y sobre todo, mujeres) a las que considera fuera de la sana normalidad? ¿Es posible seguir defendiendo una pura racionalidad ilustrada, o es necesario abrirse a otras formas de percepción y a otras visiones del mundo? Nuevamente, las cuatro personalidades de los personajes (desde la racional y científica Olivia, que no por casualidad es doctora, hasta Lis, que ha sufrido un brote psicótico en el pasado y quizás esté a punto de sufrir otro) sirven a Aixa de la Cruz para presentar, y cuestionar, las diferentes formas de afrontar la cuestión, de un modo que en cualquier caso viene a sugerir que la pura racionalidad que reprime cualquier otra forma de comprensión del mundo puede ser represora y patologizante.

Y a su vez, esta cuestión se entrelaza, de forma directa, con el otro gran tema del libro, visible desde su misma portada: el de las drogas, tanto las recreativas y naturales como las prescritas por un doctor (generalmente un psiquiatra). Porque la preocupación por la salud mental, afortunadamente creciente en los últimos años, será improductiva, o incluso contraproducente, si se traduce simplemente en un mayor consumo de ansiolíticos, sin indagar en las causas (sociales, culturales, económicas) que conducen a ello. Tal como dice (o piensa) Nora en la novela, "Si estamos locas [...] será porque nos han enloquecido". Así, las cuatro mujeres protagonistas tienen también diferentes relaciones con las drogas, naturales o artificiales (en un reparto de posturas que es coherente con sus biografías, pero también deja ver el armazón de la narrativa, por lo bien que encajan todas las piezas). Al mismo tiempo, las drogas ocupan también un lugar fundamental en la trama, haciendo evolucionar los conflictos y los personajes y conduciendo a su desenlace.
 
Técnicamente, es notable la capacidad de la escritora para crear cuatro biografías y cuatro psicologías, cuatro perspectivas y  visiones del mundo, unidas también a diferentes formas de expresarse, alternarlas y desarrollarlas a lo largo del texto; interpreto esto también como una forma de intentar huir del narrador omnisciente, autorial y autoritario, que impone su voz y su visión, y que está tradicionalmente relacionada con una forma normativa (y masculina) de ver el mundo, contra la que también alertaba Aixa de la Cruz en Cambiar de idea. Quizás los aspectos más irracionales/irracionalistas o la insistencia en el tema de las drogas pueda ser chocante para algunos lectores, pero forman indudablemente parte del proceso de búsqueda, tanto de los personajes, como de la autora que los ha creado. En definitiva, Las herederas demuestra que a Aixa de la Cruz no le ha pesado el éxito de su anterior obra, ni tampoco volver a la ficción pura después de esfuerzo de honestidad autobiográfica tan radical como Cambiar de idea.

 
Entrevista
La siguiente entrevista fue grabada por Zoom el día 2 de junio de 2023.



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