lunes, 18 de junio de 2018

Julián Rodríguez: Novelas (2001-2015)

Idioma original: español
Año de publicación: 2015
Valoración: entre recomendable y muy recomendable

Julián Rodríguez tiene fama, por lo menos entre algunos lectores, de joya escondida. No es un autor conocido por el gran público, por no tener no tiene ni página de Wikipedia, pero sí tiene lectores fieles y admiradores devotos. Es, además, el editor de Periférica, que nos ha dado unas cuantas sorpresas en los últimos años (la última, reseñada aquí, los diarios de la misteriosa Mary Ann Clark Bremer). Lo cierto es que como escritor su obra es bastante reducida: los poemas y relatos reunidos en Antecedentes (2010), los volúmenes autobiográficos Unas vacaciones baratas en la miseria de los demás (2004) y Cultivos (2008), y las cinco novelas que se incluyen en este volumen: Lo improbable, La sombra y la penumbra, Ninguna necesidad, Santos que yo te pinte y Las formas que buscan el cristal.

Aunque, claro, hay que hacer una matización: cuando Julián Rodríguez habla de "novelas" lo hace en el sentido clásico, el de nouvelle o novella, igual que en las Novelas ejemplares de Cervantes. Cada una de las "novelas" ocupa unas ochenta páginas, algunas de ellas menos todavía, y casi todas tienen argumentos relativamente simples, casi insignificante. En Lo improbable se nos presentan las aventuras, fundamentalmente amorosas, de un conjunto de jóvenes que se cruzan y entrecruzan por Europa; La sombra y la penumbra cuenta tres historias que transcurren en la tensión entre lo urbano y lo rural; en Ninguna necesidad el protagonista viaja a Portugal para reflexionar sobre la muerte de un ser qerido (y para huir de ella); Santos que yo te pinte es un largo monólogo de amor y desamor; por último, Las formas que buscan el cristal es otro monólogo interior que transcurre por diversos territorios y temas, pero sobre todo por Tierra del Fuego y Ushuaia.

La verdad es que lo que las novelas cuentan no es, no parece ser, lo más importante; lo más importante es cómo lo cuentan. "La reescritura es para mí tan importante como la escritura", dice el autor en el prólogo, y ese cuidado por el detalle de la prosa se nota en un estilo impresionista o minimalista, a veces elíptico y otras alambicado. No cabe duda de que Julián Rodríguez mima sus textos como piezas de orfebrería (y a veces incluye en ella joyas ajenas: poemas, cartas, textos de otras manos que integra en su discurso). Copio a continuación, a modo de ejemplo, un capítulo de Lo improbable:

GANSOS
Parejas de gansos salvajes del Canadá. De eso le hablaba a Teresa. Si uno de ellos moría, el otro ya no podía vivir. Se volvía loco. Volaba sin rumbo, a la desesperada. Para encontrar la muerte. Todo lo que tengo por compañía son las dos mitades de mi corazón, recordó.
Gansos de cabeza y cuello blancos. Nacidos de la nieve. En muchos cuentos populares de Alaska son los hijos del primer dios. Los llaman "emperadores". Pero sobre su cabeza no volaban los hijos del dios. Eran golondrinas. Golondrinas que construían sus nidos bajo las tejas de la catedral.

No todas las novelas me han parecido igual de logradas; algunas me resultan demasiado esotéricas y oscuras (en particular Santos que yo te pinte o Las formas que buscan el cristal); en cambio, aquellas que son más propiamente narrativas, como Lo improbable, Ninguna necesidad o La sombra y la penunbra (en ese orden de preferencia) me han parecido más que notables, por su combinación de relato e impresión poética, de introspección y collage. Y creo que la longitud de estas "novelas cortas" resulta ideal, porque un estilo tan detallista es difícil de sostener durante demasiadas páginas, sin cansar al lector (y al autor, probablemente).

Algo que me ha gustado menos es el hecho de que el autor insista en explicarse en forma de notas, prólogos o epílogos, en que no solo apunta las fuentes de los textos, o los agradecimientos debidos, sino también, a veces, apunta a interpretaciones o lecturas. Personalmente creo que el autor debe hablar a través de sus textos; y que una vez entregados los textos al lector, debe dejarlo hacer, sin intentar tutelarlo en el proceso de lectura. Pero bueno, esto es solo una opinión. Como todo lo demás, en el fondo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola buenas!

Para cuando unas reseñas de Papini o Buffalino? Saludos!

Juan G. B. dijo...

Hola:
De Bufalino hay una, al menos:
http://unlibroaldia.blogspot.com/2015/10/gesualdo-bufalino-tommaso-y-el.html?m=1

Anónimo dijo...

Pero de Papini no