viernes, 9 de febrero de 2024

Reseña + Entrevista: T.Errores. En el bosque ya estás muerto, de VV.AA.

Idioma original: Español 
Año de publicación: 2023
Valoración: Entre recomendable y está bien

T.Errores. En el bosque ya estás muerto me ha sorprendido gratamente. Y es que los veinticuatro relatos que compila el libro son razonablemente variados en su registro y correctos en su factura. Ambas, virtudes doblemente meritorias considerando que los autores involucrados en esta antología son, en su mayoría, escritores patrios incipientes.

No os quepa duda: estos relatos, pese a su modestia conceptual (o debido a ella), harán las delicias de los amantes del género que los lean con las expectativas adecuadas. De modo que si acudís a este festín nemoroso buscando entretenimiento, disfrutaréis de lo lindo. Incluso puede que estas páginas llenas de naturaleza hambrienta, entidades crípticas, muertes atroces y mutaciones inimaginables os provoquen algún escalofrío.

Quizá, eso sí, se pueda reprochar al conjunto que, aunque todas las piezas funcionan, las hay bastante superiores al resto. Y es que ciertos relatos dejan el regusto un tanto frustrante de lo canónico, lo formulaico o lo mil veces experimentando con anterioridad; en cambio, unos pocos plantean premisas moderadamente originales, buscan enfoques desde ángulos menos habituales o brillan gracias a una prosa inspirada.

A mí me han gustado especialmente los siguientes relatos:

  • "Disclímax" (Pedro P. González) por su voz narrativa en segunda persona y la nueva dimensión que ésta adquiere tras el giro final.
  • "Hermanas de sangre" (Luis Gómez García), "Salvia" (Isabel Pedrero), "Hijos del bosque" (Alba Barrio) y "La tumba de los monstruos" (Verónica Cervilla) por la intensidad arrolladora que desprenden.
  • "Si hay nadie en el bosque" (Carlos Pellín Sánchez) y "Goliant" (Enrique García Sánchez) por la abstracción y ambigüedad que alcanzan.
  • "La era de la cosecha" (Óscar de Marcos-Escriba) por su trasfondo emotivo y el pavoroso diseño de la criatura.
  • "Lo que no dejan ver los árboles" (Miguel Matesanz) por la crítica social que desprende y el riesgo formal que adopta al no usar puntos en el párrafo monolítico con que cuenta la historia.
  • "El pulso con el todo" (Sheila Moreno Griñón) por el bucle pesadillesco en el que nos sumerge.

Tampoco creo que la mayoría de los relatos, y aquí incluyo a algunos de aquellos que más he apreciado, estén libres de defectos. Y es que a veces no saben exprimir del todo los elementos que plantean, o desarrollan poco a sus personajes. Asimismo, los hay que abusan de repeticiones intrusivas; por ejemplo, «nuevo» aparece cuatro veces en la página 64, mientras que «sin embargo» lo hace tres en la 249.

En resumen: T.Errores. En el bosque ya estás muerto es una antología heterogénea que, pese a su calidad fluctuante y su margen de mejora, recomiendo a los amantes del terror patrio. Al fin y al cabo, deja un buen sabor de boca, especialmente a los amantes del género. Si bien es algo irregular, todos sus relatos son, cuanto menos, entretenidos, y han sido ejecutados con corrección. La única pega que le pondría es que ninguna de sus piezas me ha parecido argumentalmente memorable o estilísticamente compleja. En cualquier caso, insisto en que éstas son, como mínimo, entretenidas, y algunas tienen incluso elementos reivindicables que las elevan sobre la media.


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A continuación adjuntamos un pequeño cuestionario que José Luis Pascual, editor de T.Errores. En el bosque ya estás muerto, ha respondido con suma amabilidad:

ULAD: ¿Puedes hablarnos un poco de ti? ¿Y de Dentro del Monolito?

J.L.: Antes de nada, quiero agradeceros vuestro interés en entrevistarme y en el trabajo que realizamos en el Monolito.

Hablar de uno es complicado, pero diré que soy alguien muy tímido al que un día le entró el gusanillo de la escritura. Siempre he sido aficionado al género de terror y todas sus variantes, por lo que era inevitable que mi escritura se moviera por esos parámetros. Arrastro ya unos cuantos años de formación en talleres (cosa que no puedo dejar de recomendar tanto a autores noveles como consagrados, pues considero que nunca se debe dejar de aprender), y mis publicaciones se limitan a un buen puñado de antologías, aunque es posible que en el momento en que se publique esta entrevista ya esté disponible mi primera obra como autor en solitario (nunca habría imaginado que sería un poemario). Mi principal intención como escritor es demostrar que el terror, lo inquietante, lo insólito y lo surrealista no están reñidos, en absoluto, con la buena literatura. Afortunadamente, estamos viviendo un buen momento en este sentido, gracias en parte al pujante panorama literario latinoamericano. En cuanto a Dentro del Monolito, se trata de un medio orgánico en continua expansión y transformación. Empezó siendo un blog personal y, con el paso del tiempo (en 2024 cumplirá 10 años de vida), se ha reconvertido en una revista digital formada por una quincena de escritores. El corazón de la revista lo forman las reseñas literarias (centradas en el género de terror, pero abriendo el abanico cada vez más) y los artículos de opinión. A ello hay que sumar el contenido audiovisual, con el programa Forjadores de Relatos como punta de lanza. Se trata de una suerte de taller literario en directo en el que leemos y analizamos cuentos breves de todo tipo y que, creemos, resulta un formato original que no hemos visto en otros sitios. También tenemos un club de lectura, un podcast llamado Territorio Extrañer, y de vez en cuando nos animamos a lanzar convocatorias de relatos para conformar antologías. El Monolito es una maquinaria que nunca se detiene. Espero que siga así muchos años.

ULAD: Si no me equivoco, existe una antología de T.Errores anterior a la que hoy reseño, publicada a través de Ediciones Medina. ¿Qué te decidió a decantarte por la autoedición para sacar adelante este segundo proyecto? Y, ¿cómo valorarías la experiencia?

J.L.: En efecto. Aquel T.Errores fue nuestra primera intentona en el mundillo editorial. Al principio se publicó como antología digital gratuita, pero uno de los autores incluidos me dijo que iban a crear una nueva editorial y que estaban muy interesados en publicarla. Todo llegó a buen puerto y la antología se publicó en formato físico e ilustrado. Por desgracia, la experiencia con la editorial no resultó todo lo satisfactoria que esperaba, ya que sus responsables no tardaron mucho en dejar de dar señales de vida y, poco a poco, desaparecieron del mapa. Supongo que fue uno de esos casos en los que personas sin un interés realmente literario pretenden inmiscuirse en el mercado editorial sin un conocimiento real del medio. Por todo ello, aunque el trato con los autores siempre fue excelente, me quedé con una sensación agridulce.

Este fue el principal motivo para autopublicar T.Errores: En el bosque ya estás muerto. Mi empeño siempre fue evitar Amazon a toda costa y tratar de montar un producto con la mejor calidad posible. Espero haberlo conseguido, especialmente gracias a las colaboraciones de las personas que me ayudaron en el proceso. La experiencia, aunque agotadora por todo lo que hubo que gestionar, me resultó tan gratificante como enriquecedora.

ULAD: A la hora de ordenar los relatos, ¿usaste algún tipo de criterio? Sospecho que sí; que "Una promesa de sangre" ocupe el puesto 17 no puede ser baladí, habida cuenta de la importancia que el número tiene en esa historia. Asimismo, me ha parecido notar que los relatos se espaciaban deliberadamente para que aquellos más afines temáticamente o similares en extensión no se sucedieran.

J.L.: En efecto, creo que cualquier obra, aunque se trate de una antología tan heterogénea como esta, debe contar cierta historia global. Para ello, era fundamental ordenar los cuentos de la mejor manera posible. Confieso que el caso que me comentas fue totalmente accidental, de hecho no había reparado en ello hasta que leí tu pregunta (lo negaré en sucesivas entrevistas, jajaja), pero traté de ordenar los cuentos para que el lector alterne entre relatos largos y breves, y para que las temáticas nunca se repitiesen.

ULAD: ¿Habrá más entregas de T.Errores: En el bosque ya estás muerto? Si es así, ¿sobre que temática versarán? ¿Puede participar cualquiera o repetirás elenco de escritores?

J.L.: Con el disfrute que me ha proporcionado esta experiencia, es muy posible que haya más entregas, sí. La temática está por decidir, aunque ya estamos barajando alguna. La participación estará abierta a cualquier autor mediante una convocatoria y su posterior selección.

ULAD: ¿Conocías de antemano a los autores de T.Errores: En el bosque ya estás muerto? Si es así, nos recomiendas alguna ficción suya?

J.L.: He de aclarar que la selección de relatos fue bastante honesta. Los relatos fueron enviados a una persona externa (en este caso, mi hermano), quien me los remitió sin ningún dato que identificara al autor. Por tanto, solo supe de la identidad de los autores después de seleccionar los textos. A algunos ya los conocía (de hecho, hay tres que son redactores del Monolito), pero a la mayoría no. 

Como son tantos, me resulta difícil recomendar obras, pero me declaro fan absoluto de la obra de Francisco Santos Muñoz Rico, un autor prolífico que reúne una serie de cualidades literarias extraordinarias. También he leído otras obras de Lorena Escobar (Cuentos de la mar es un poemario sangrante, honesto, hiriente), de Román Sanz Mouta (su Carpintería muerta es increíble), de Verónica Cervilla (Quién cuidará de ti es una novela muy especial que desgrana las relaciones familiares desde un punto de vista cuasi sobrenatural), de Pedro P. González (su novela Galaxia Cicatriz es algo fuera de lo común), etc. La verdad es que es todo un honor contar con un elenco de autores de tanto talento en la antología.

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