Idioma original: inglés
Títulos originales: Berlin, City of Stones; Berlín, City of Smoke; Berlín, City of Light
Años de publicación: 2001; 2008; 2018
Traducción: Kike Benlloch (libro 1) ; Óscar Palmer (libros 2 y 3)
Valoración: Muy recomendable
Hace ya 23 años, al parecer, que Jason Lutes comenzó el proyecto que ha culminado este 2018 con la publicación de su tercera y última parte: la trilogía de novelas gráficas sobre la ciudad de Berlín durante la llamada República de Weimar, ese interludio democrático, pero de lo más convulso, que vivió Alemania entre el final de la I Guerra Mundial, hace justo ahora un siglo, y el ascenso al poder de los nazis. Una época que comenzó con una revolución truncada y que conoció una gran inestabilidad política, crisis económicas (la producida por la guerra y la del crack del 29), paro, enfrentamientos constantes entre los pujantes comunistas y los cada vez más presentes nacionalsocialistas... en fin, todo un cuadro muy poco alentador, aunque en esa época Berlín también vivió unos años de efervescencia cultural y, por qué no decirlo, fiestera... Al menos para quien aún contaba con posibles.
Todo este ambiente lo refleja Lutes de forma magistral. Para ello, utiliza el consabido modelo de novela coral, al modo de Manhattan Transfer (para el lector hispano, quizás nos resulte más cercana La colmena)**, aunque articulada sobre todo a través de dos personajes: el veterano periodista Kurt Severing y Martha Müller, una joven de Colonia que acude a Berlín para estudiar en la escuela de arte. Alrededor de ellos vemos aparecer otros personajes variopintos, que van conformando el panorama caleidoscópico que componía la ciudad entre el otoño de 1928 y el 1 de mayo de 1929, que es el periodo que abarca el primer volumen de la trilogía: Berlín, Ciudad de piedras. Así, conocemos a estudiantes de arte, modelos y cabareteras; periodistas, judíos y comunistas... Los nazis, aunque ya tienen bastante presencia en las ciudad, de momento resultan casi anecdóticos en la narración.
El primer libro acaba, ya digo, con la manifestación del Primero de mayo de 1929, en la que la policía berlinesa causó la muerte de al menos 33 manifestantes. A partir de ahí, y hasta el verano del año siguiente, se desarrolla el segundo libro, Berlín, Ciudad de humo, cuyo hilo conductor no son sólo las vidas de Kurt y Martha, sino también de los Cocoa Kids, un conjunto musical de negros norteamericanos que tocan el novedoso jazz (para Alemania en aquellos años). El abanico social reflejado en el libro se abre y, además de los comunistas y los nazis, cuyos enfrentamientos son cada vez más frecuentes y violentos, conocemos el Berlín de los mendigos y las prostitutas, pero también el de los intelectuales o la alta burguesía -representada a través de la amiga de Kurt, Margharete-, así como sus fiestas desenfrenadas y los clubes clandestinos de lesbianas o los ocultos encuentros entre gays. Aparecen aquí, además, personajes reales como Josephine Baker o los históricos nazis Horst Wessel y Goebbels. En las elecciones al Reichstag de agosto de 1930, el NSDAP ya consigue 107 representantes.
Son los nazis, precisamente, quienes protagonizan, en gran medida, el tercer libro: Berlín, Ciudad de luz; de hecho, el propio Hitler aparece de vez en cuando como guest star... Pero es la lucha entre comunistas y nacionalsocialistas, cada vez más enconada, por el control de las calles, la que centra este volumen, representada en gran medida por la división de la familia Braun, cuyas desventuras vamos conociendo desde el primer volumen. la ciudad y el país, que además han sufrido un nuevo revés con la crisis bursátil del 29, parecen estar conteniendo el aliento ante la inminente subida de Hitler al poder y el previsible fin de los años de relativa tolerancia y libertad que ha vivido Berlín.
Si bien los tres volúmenes forman un todo, en mi opinión es el segundo de ellos el más logrado, tanto en el aspecto narrativo y documental como a nivel gráfico y visual: los trazos de Lutes se ven más sueltos y seguros que en el primero, y también hay una mayor sofisticación en la composición de las viñetas. Además de esto, desde luego no puedo finalizar esta reseña sin destacar el magnífico trabajo de reconstrucción icónica que ha hecho el autor sobre una ciudad contra la que, como ya sabemos, se ensañó con no poco denuedo la Historia del siglo XX. El resultado es un retrato espléndido y minucioso de esta ciudad en una época apasionante, así como una declaración de amor hacia la misma. Una lectura, por otra parte, de lo más aconsejable en estos tiempos en el que por el horizonte asoman nubes de tormenta que ya creíamos que habrían pasado (esperemos, que, al menos en esto, Marx tuviera razón y si la historia se repite, sea sobre todo en forma de farsa...).
* He puesto tan sólo la cubierta del primer volumen porque las tres son prácticamente iguales: no cambian más que el título y el color del lomo.
** También, claro está, es inevitable la referencia a Berlin Alexanderplatz, de Alfred Döblin, novela la que hay un guiño en esta trilogía y que merece, algún día, una reseña en Un Libro Al Día, por supuesto...
4 comentarios:
Hola, Juan:
Precisamente en la biblioteca del barrio estaban sacando las novedades el otro día y vi que estaban ¡los 3! tomos, los 3, ni más ni menos.
Esta semana intentaré hacerme con ellos y te diré qué me han parecido.
Gracias
Hola Lupita:
Me parece perfecto; ya nos dirás si te gustan. Desde luego, hay que leer los tres libros para apreciar toda la historia.
Un saludo y gracias, como siempre.
A mi también me has convencido. Ayer fui a la biblioteca y me llevé el primer tomo.
Un saludo.
Hola, Montse:
Pues espero que te guste y leas la trilogía completa.
Un saludo.
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