domingo, 3 de junio de 2012

Jean Paul Sartre: El existencialismo es un humanismo

Idioma original: francés
Título original: L'existentialisme est un humanisme
Año de publicación: 1946
Valoración: Está bien



En la época de Sartre, la filosofía como materia de reflexión para el profano estaba de moda en ciertos círculos no estrictamente filosóficos. Las terribles convulsiones de la primera mitad del siglo XX habían conmocionado al público incitándole  a buscar respuestas. Ahora, el espectáculo al que estamos asistiendo nos mantiene también en estado de alerta, pero nuestra postura es muy diferente: nos hemos vuelto mucho más pragmáticos. Sin embargo, profundizar en estas cuestiones no está nunca de más, ni siquiera en los momentos más estables y prósperos. Ir más allá de lo evidente resolvería las cuestiones cotidianas así como las relaciones económicas y sociales mucho mejor que el mero pragmatismo.

No se trata de ninguna gran obra del filósofo, ya que es la transcripción de una conferencia suya organizada por el club Maintenant en París el año anterior con gran repercusión mediática. Sartre respondía a las objeciones que otras corrientes, como el catolicismo y el marxismo, habían hecho a los argumentos existencialistas. Se defendía de la acusación de supuesto pesimismo ideológico, explicaba el significado de la expresión existencia antes que esencia en un marco estrictamente ateo partiendo del cogito ergo sum de Descartes y situaba el concepto de angustia y desamparo a que da lugar la libertad absoluta, producida por la falta de referencias teístas y por la consiguiente eliminación de valores absolutos y determinismos de cualquier tipo. Las posibilidades no significan gran cosa, lo que cada uno haga será lo que es, y lo que somos afecta a todos. El que se escuda en un falso determinismo para no actuar es cobarde, no en un sentido ético sino intelectual. De ahí llega a la idea de compromiso y a la de responsabilidad. En la presentación de ese amplio abanico de libertades consiste el optimismo existencialista.

En la segunda parte, titulada Discusión, se reflejan las réplicas planteadas en la conferencia– entre las que destacan la supuesta primacía del pensamiento marxista sobre el existencialista o las nociones contrapuestas de naturaleza y situación – y las correspondientes respuestas de Sartre.

Este librito, al trasladar literalmente las palabras del autor y contener numerosos ejemplos, además de constituir un curiosidad, servirá a los estudiantes para conocer de primera mano los planteamientos básicos del filósofo y a todos para repasar en poco tiempo los supuestos existencialistas, como simple recordatorio o como preparativo antes de embarcarnos en una obra más amplia. Por otra parte, los argumentos a favor y en contra de esta corriente filosófica aclararán muchas cosas a todo el que esté interesado en conocer los cauces por los que discurría el pensamiento de entonces.



También de Sartre en ULAD: A puerta cerradaLa náuseaLas manos sucias Sobre esta corriente filosófica: Los existencialistas

2 comentarios:

Jaime dijo...

Muy interesante la reseña, Montuenga. Es cierto que no es una gran obra de Sartre, pero sin embargo tuvo un notable eco, quizá especialmente por los tiempos en que fue escrita. Quizá es poco conocido que lo que hace Sartre aquí es en realidad una interpretación de la principal obra de Martin Heidegger: Ser y tiempo (1927). Sartre la reivindica como base de su existencialismo y además añade eso, que se trata de una forma de humanismo.
Eso era algo relativamente polémico de hacer en Francia en 1946, ya que Heidegger había estado célebremente comprometido con el III Reich, al menos en sus comienzos. Al final de la guerra Heidegger se convirtió en una especie de apestado para los intelectuales europeos, e incluso se le prohibió dar clase durante unos cuantos años.
Bueno, pues no os creáis que el bueno de Martin agradeció el gesto de Sartre, ni mucho menos. Resulta que no estaba ni de lejos de acuerdo con la interpretación que hacía Sartre. Todo eso de que el hombre está "condenado a la libertad" y demás, le parecía demasiado optimista e ingenuo: una especie de cuentecito monjil, vaya. Quería demostrar a las claras que lo que él decía en SEr y tiempo no tenía nada que ver con Sartre y, más aún, que ya no tenía sentido hablar de "humanismo" como lo hacía el filósofo francés. Pues con todo eso escribió una célebre "Carta sobre el humanismo", dirigida al también filósofo Jean Beaufret. La carta está escrita inmediatamente después de la intervención de Sartre, pero no se tradujo del todo al francés hasta 1953. Y tuvo su influencia: toda una generación de teóricos franceses (los que se conocerían como estructuralistas y postestructuralistas) arrancaron de este texto y de su desconfianza en la libertad y autonomía del ser humano.

Montuenga dijo...

Jaime, te agradezco que puntualices y amplíes ya que, al no ser mi materia, no podría llegar a tanto.

No sé si será cierto (fuente: Wikipedia) que se transcribió taquigráficamente y se publicó sin permiso de Sartre. Por eso pienso - y no sé si me he explicado bien en la reseña - que, al margen del valor de su contenido, no se puede considerar un texto de Sartre porque no fue concebido como tal y, aunque tenga un valor divulgativo, el que quiera conocer su pensamiento debería leer cualquier otra obra suya.