jueves, 24 de septiembre de 2020

Arthur Conan Doyle: La tragedia del Korosko

Idioma original: Inglés
Título original: A Desert Drama. Being The Tragedy Of The Korosko
Año de publicación: 1897, por entregas
Traducción: E. F. S. Alonso
Valoración: Entre recomendable y está bien




Un grupo de turistas es secuestrado por guerreros árabes durante una excursión por el desierto de Libia. De esta sencilla premisa se sirve Arthur Conan Doyle para escribir La tragedia del Korosko, una novela de aventuras narrada a modo de crónica periodística.

De ella destacaría:

  • Su brevedad. Se lee, literalmente, en una sentada. 
  • Su empaque. Aunque originalmente fue publicada por entregas, su nivel de planificación es muy alto. 
  • Su prosa, concisa y elegante. 
  • Su bien estructurada y adictiva trama.
  • Su mezcla de drama, acción y romance. 
  • Su inmersiva ambientación. Doyle es capaz de sumergirnos en el escenario, hacer que sintamos el asfixiante calor del sol o el frío de las noches, consigue que veamos los bellos colores que presenta el paisaje. 
  • Sus heterogéneos protagonistas. Los pasajeros del Korosko no son excesivamente memorables (a excepción, quizás, de Miss Adams), pero te caen simpático, están bien caracterizados, tienen interacciones interesantes e incluso experimentan cierto desarrollo a lo largo del relato. 
  • Sus audaces contrastes. Estas páginas superponen Occidente con Oriente, lo moderno con lo atávico, la civilización con la barbarie, la dignidad con la mezquindad, la paz con la violencia, la fe armoniosa con el fanatismo más agresivo... 

Por otro lado, querría señalar aquellos aspectos en que la novela no acaba de funcionar, pues no ha envejecido demasiado bien:

  • La atraviesan varios prejuicios raciales y religiosos, amén de sesgos ideológicos, propios de la época y el contexto en que fue concebida. Al inicio de la narración, tenía la impresión de que Doyle iba a parodiar las actitudes colonialistas y evangelizadoras de los países cristianos. Sin embargo, se va posicionando subrepticiamente (o eso me ha parecido a mí) a favor de la ocupación militar británica de Egipto, o de la preponderancia del Cristianismo por encima del Islam. 

Tampoco me convencen algunas de las decisiones argumentales que toma Doyle:

  • Su manejo de la tensión es, visto en retrospectiva, un tanto artificial. Hay alguna que otra muerte en el grupo protagonista, cierto, y sus integrantes sufren lo suyo, pero el desenlace positivo da la impresión de que el autor velaba extradiegéticamente por su seguridad en todo momento. 
  • Me parecen poco verosímiles las reacciones que los turistas tienen, dada su situación. Salvo alguna rencilla aislada, hacen piña, hasta podría decirse que se muestran altruistas y heroicos. Personalmente, no creo en la bondad humana, y menos todavía en que ésta aflore en situaciones límite. 
  • A esto sumamos que los únicos personajes buenos del relato son exclusivamente blancos (al guía de la excursión o algún aliado sorpresa se les retrata como gente que, si actúan con rectitud, es por interés y conveniencia) y queda clara la parcialidad de Doyle.
  • Los antagonistas de su historia son villanos irredimibles. Les podría haber humanizado un poco para que el conflicto no fuera tan maniqueo.
  • El tonillo ejemplarizante que da al texto es, a mi juicio, un desatino.  

En todo caso, es innegable que La tragedia del Korosko es una novela muy entretenida. La recomiendo encarecidamente, pese a sus defectillos. Defectillos que, admitámoslo, en su mayoría se detectan por culpa de nuestra perspectiva histórica, y que estoy seguro que sus lectores decimonónicos apenas percibieron. 

Ah, el propio Doyle convirtió La tragedia del Korosko en una obra de teatro. Además, existen un par de adaptaciones cinematográficas: una película muda de 1923 y otra, esta vez sonora, de 1932.


También de Arthur Conan Doyle en ULAD: Las aventuras de Sherlock HolmesCuentos de terror

2 comentarios:

Juan G. B. dijo...

Hola, compañero:
No sé si tendrá algo que ver con este libro, pero la historia me a recordado la de El Raisuli, un jefe tribal y rebelde marroquí que a finales del siglo XIX y principios del XX se dedicaba, entre otras cosas, a la lucrativa industria del secuestro, y que se hizo célebre cuando secuestro en 1904 (después de la publicación de esta novela, por tanto) a un ricacho greco-estadounidense (que luego se haría su amiguete) y a su hijastro. Este hecho dio lugar a una película titulada "El viento y el león",de 1975, con Sean Connery como El Raisuli y cambiando al tipo norteamericano por Candice Bergen, lo que en aquella época era muy de agradecer.

Oriol dijo...

No conocía el dato, Juan. ¡Muy interesante!