sábado, 1 de diciembre de 2018

Rodrigo Rey Rosa: Fábula asiática

Idioma original: castellano
Año de publicación: 2016
Valoración: Está bien (o así)

Han visto que pongo Está bien, y es un poco una solución de compromiso, porque tampoco digo que no se pueda recomendar esta novela, aunque a mí me ha decepcionado por momentos, sobre todo por la expectativa creada después de saborear las primeras páginas, y de todas formas se deja leer, porque está bien escrita y tiene cosas interesantes, aunque otras son más discutibles. Así que entre recomendable y decepcionante, en vez de fórmulas más elusivas como ese encantador Estoy confuso que a veces se ha utilizado, le ponemos el Está bien, y casi todos contentos.

La mayor parte del relato se sitúa en Tánger, donde el guatemalteco Rey Rosa residió algún tiempo y se nota que conoce bien. Con estilo conciso y sin afectación alguna, consigue transmitir con eficacia el pálpito de la ciudad, que a ratos adquiere protagonismo en la narración. Los grandes centros tecnológicos norteamericanos están reclutando jóvenes con altas capacidades en todos los rincones del mundo, y entre ellos está Abdelkrim, cuyo padre confiesa su preocupación a un escritor mexicano, a quien entrega unos documentos que contienen algún misterio. Abdelkrim coincidirá en Estados Unidos con otros dos jóvenes con los que, no obstante sus diferencias culturales y religiosas, comenzarán a urdir un plan aparentemente disparatado. El mexicano –un poco trasunto del propio Rey Rosa- se verá envuelto en la extraña trama, cuyo contenido y resolución sólo conocerá el amable lector del blog cuando se lea el libro, faltaría más.

Como decía al principio, el inicio resulta sugestivo, con una zona oscura como centro de atención, y una cuestión muy actual, la captación de cerebros y los posibles problemas de su integración en el ‘sistema’. Porque, claro, se importa a estos jóvenes brillantes para mayor gloria de Occidente (básicamente, USA) pero ¿qué ocurre si la asimilación no es completa o, aún más inquietante, si no es real? Algo así es lo que plantea la novela: Abdelkrim (musulmán suní) y sus dos colegas (un griego nazareno y un guatemalteco ateo) coinciden en considerar inadmisible continuar acumulando conocimiento si realmente esto no sirve para eliminar el sufrimiento de la Humanidad, que por el contrario aumenta sin cesar mediante guerras alimentadas por la venta de armas. Ante tales horrores, plantean una especie de eutanasia global, el regreso a épocas pretecnológicas, un borrado de la civilización asesina.

Esta especie de complot anarcoterrorista fluye por el relato en un segundo plano, mientras observamos a sus protagonistas en distintos lugares, bien en sus respectivas ocupaciones de alto valor añadido, o en sus lugares de origen. En este último caso, la acción se centra durante algo más de tiempo en la Grecia de donde procede uno de los implicados, lo que es útil para tener de telón de fondo el flujo de migrantes que llega a las playas huyendo sobre todo de Siria. Es una imagen, intermitente pero continua, que ilustra la que quizá es la más reciente muestra de ese sufrimiento masivo que el progreso no ha sabido o querido frenar. 

De manera que el libro tiene algo de novela de tesis, o al menos plantea muy claramente un punto de debate, poniendo en tela de juicio todo lo que se ha venido considerando civilización. Pero es también un thriller, con una intriga bien desarrollada, o mejor dicho sugerida, que conduce al lector por rutas dispares, aunque sin que se pierda en ningún momento la convicción de un desenlace que de alguna manera será doloroso.

El problema es que la construcción de esa intriga no me parece muy convincente. Los personajes son esencialmente planos, tal vez con la excepción del padre de Abdelkrim, hay algunos giros brillantes pero otros bastante menos logrados y, sobre todo, una especie de descompensación visual: el desarrollo de la trama permanece prácticamente oculto, aunque lo intuimos, y por el contrario, se nos despliegan algunos escenarios y situaciones un poco a lo James Bond, a los que francamente me cuesta verles justificación.

Digamos entonces que hay un poco de todo, cosas interesantes y elementos algo extraños que hacen pensar que algo no ha funcionado exactamente como debía. Y me deja así, es verdad, confuso.

P.S: Como curiosidad, hay una especie de brevísimo cameo de Miquel Barceló, que aparece en dos escenas fugaces. Efectivamente, Rey Rosa y el artista mallorquín coincidieron un tiempo en Tánger, y de ello deja constancia Barceló en los Cuadernos de África reseñados hace muy poco.

También de Rodrigo Rey Rosa en ULAD: Imitación de GuatemalaOtro zoo

3 comentarios:

Gerónimo dijo...

Hola,

Con este autor me pasa algo parecido que con Horacio Castellanos Moya.
En ULAD se han comentado tres novelas suyas sin prácticamente ningún comentario.
Yo lo considero un autor buenísimo.
Quizás fábula asiática no sea de lo mejor, pero "Imitación de Guatemala" y 1986, la recopilación de todos sus cuentos me parecen muy a tener en cuenta.

A ver si el tirón de su compatriota, Eduardo Halfón, ayuda a redescubrir a este gran autor

Saludos

Carlos Andia dijo...

Seguramente tienes razón en que es un autor que no mueve mucha audiencia. Cómo he comentado en la reseña, está novela tampoco me ha motivado demasiado, aunque se le ven cosas que apuntan a interesantes. En todo caso, tomo nota de las recomendaciones.

Un saludo y gracias por comentar.

Gerónimo dijo...

Gracias a ti por atender mi comentario

Saludos