jueves, 14 de febrero de 2013

Iban Zaldua: La patria de todos los vascos

Idioma original: euskera
Título original: Euskaldun guztion aberria
Año de publicación: 2008
Valoración: recomendable

De Iban Zaldua reseñamos hace no mucho Ese idioma raro y poderoso, su muy personal y entretenido panorama de la literatura vasca actual. Esta novela, La patria de todos los vascos, aunque de género diferente, comparte con aquel libro algunas inspiraciones e intereses comunes (el propio Zaldua ha calificado al ensayo como un spin-off de esta novela): esencialmente, también habla de decisiones, de las decisiones que un escritor -o un profesor universitario- vasco debe tomar con respecto a sí mismo y a la situación política del País Vasco, terrorismo incluido.

Joseba Anabitarte, el protagonista de La patria de todos los vascos, es precisamente una persona agobiada por esta necesidad constante de decidir y de tomar partido. Es un indeciso, un hamlet, y por qué no decirlo, un cobarde. Cuando le conviene, se dice preocupado por la posibilidad de convertirse en objetivo de ETA; cuando le conviene, se hace el indignado por la detenciones y torturas de miembros de la izquierda abertzale. Es incapaz de elegir entre la visión nacionalista y la no nacionalista de la historia vasca; es incapaz de escoger entre su mujer Arantza y su amante Zuriñe; así que, ante la presión añadida que supone la última ruptura del alto el fuego de ETA, decide escapar, salir del País Vasco e irse a pasar un semestre como profesor invitado en Anchorage (Alaska): un lugar tan lejano que nada ni nadie le recordará a "Euskadi, Euskal Herria o Vasconia".

Una vez en Anchorage, y mediado el texto, llega la parte más divertida de la novela, ya de por sí claramente satírica: el profesor Anabitarte, aburrido ante la perspectiva de explicar otra vez el aburrido canon de la literatura vasca (los Etxepare, Axular y demás), decide inventarse una historia alternativa, mítica, en la que los vascos van siempre un paso por delante del resto de las literaturas mundiales, escribiendo, por ejemplo, el original en euskera del Cantar de Roldán; adaptando y mejorando el género de la novela pastoril ibérica, o inventando, antes que Sartre y compañía, la novela existencialista. Cada vez más entusiasmado con su propia invención, Anabitarte recrea toda la historia del pueblo vasco hasta convertirlo en una de las potencias internacionales más injustamente olvidadas del mundo.

Aunque la novela tiene como decía un tono satírico y un aire de entretenimiento ligero (sobre todo en los diálogos, que intentan reflejar el estilo oral coloquial de los personajes), es evidente su intencionalidad política. Uno de los epígrafes del texto, una cita de Orwell, resumen la "tesis" del libro: "Todo nacionalista está obsesionado por la creencia de que el pasado puede ser alterado". En efecto, aunque las divagaciones del profesor Anabitarte llegan a ser ridículas por hiperbólicas, su método (la adaptación, selección o manipulación directa de la historia) es habitual en todos los nacionalismos, periféricos o no. Se trata, por lo tanto, de una reducción al absurdo efectiva para sus objetivos, y entretenida de leer al mismo tiempo.

En definitiva, un nuevo ejemplo de que Iban Zaldua es uno de los escritores más certeros y más interesantes de la actual literatura vasca, en euskera y/o castellano, con una postura crítica digna de ser tenida en cuenta.

También de Iban Zaldua en ULAD: Ese idioma raro y poderosoBiodiscografíasLa isla de los antropólogos y otros relatosSi Sabino viviría

2 comentarios:

Paula dijo...

Pues qué buena pinta. Supongo que habrá mucha gente a la que no le haga ni pizca de gracia... ;-)

Jonan dijo...

he de decir que Iban Zaldua fue profesor mío en la Universidad. precisamente de la asignatura de Hiastoria del País Vasco (y en unos años en los que era más peliagudo tratar estos temas que ahora mismo) y fue, a pesar de su juventud de entonces, uno de los mejores profesores que tuve en toda la carrera y, por lo que respecta al tema, de lomás exhaustivo y riguroso. Como escritor, he leído alguna cosa de él y, aunque no me ha gustado tanto, me parece interesante precisamente por esa reflexión constante que hace del pasado y de su posible modificación.
Sólopuedo poner una pega a esta novela, aún sin leerla: ¿un vasco que no puede elegir entre su mujer y su amante? Es más... ¿un vasco que tiene mujer y amante, que puede tener sexo con dos mujeres diferentes? ¿Y que encima no sabe qué hacer? Vamos, eso sí que es reinventar la realidad vasca, pero de verdad...