Año de publicación: 2020
Valoración: bastante recomendable
Pues me ha gustado mucho este Lo viral de Jorge Carrión. Y que no os suene tibia la valoración: bastante recomendable se queda muy cerca del muy recomendable simplemente porque me ha parecido que a Carrión le ha faltado un punto de ambición (quizás otro formato, unas decenas más de páginas) para coronar a este libro entre sus mejores ensayos o lo que sea, y puede que ese sacrificio lo haya hecho en aras de la inmediatez, que no en vano (igual que Zizek con Pandemia!) los libros que han situado la situación del COVID-19 en el centro de sus temáticas lo han hecho muy conscientes de que (entre oleadas, toques de queda y ritmos de vacunación) la actualidad mutaba constantemente y cualquier texto corría el riesgo de quedar obsoleto en apenas unas semanas. Y Carrión, casi siempre un narrador/cronista/ensayista dado a la contundencia en sus afirmaciones (que aquí también se halla presente, y yo le he obedecido leyendo y reseñando Aqui) se muestra vulnerable, no quizás frágil o timorato sino más bien acojonado por el devenir de los hechos.
Estructurado como un diario sumamente ágil e interesante, le agradezco a Carrión que su obsesión reflejada en Contra Amazon se limite aquí a unas ligeras reverberaciones y que haya centrado el texto en su experiencia personal: el 13 de Marzo de 2020, día en que se decreta el Estado de Alarma en el estado español, a partir del cual la población empezará a incorporar a velocidad de vértigo todo tipo de conceptos relacionados con la epidemiología hace las veces, hacia la mitad del texto, de punto de inflexión entre un texto premonitorio, cuajado de experiencias previas en el ámbito cultural, donde se aborda el concepto antiguamente conocido como viralidad (sobredivulgación, usualmente vía Internet y RRSS de algún tipo de hecho informativo, muy habitualmente sesgado o directamente falso) a través de un nutrido reguero de recomendaciones y comentarios. Un diario que Carrión declara no haberse iniciado con la misma intención con la que acabó. Porque Carrión, uno (se me ocurren pocos más, no me obstino en nombrarlos) de los culos más inquietos del panorama cultural peninsular, cambia el tono, ya lo había cambiado a finales de febrero a medida que las noticias se hacían inquietantes, y se convierte, como muchos de nosotros, en una persona (en su caso, siendo capaz de transmitirlo en sus textos) agobiada y superada por una realidad que va a dejar, a parte del trágico balance de víctimas, poco más en la humanidad que una experiencia que explicar y que acumular. Por hastío, por rebeldía, por necesidad de recuperar ese ¿equilibrio? anterior, la sociedad corre a recuperar su existencia anterior en la medida de lo posible, y, lamentémonos si queremos, pero es así, tomando cada centímetro que se cede de las libertades cercenadas. Horarios, aforos, asistencia a lugares y eventos, progresivo decaimiento de prohibiciones y limitaciones.
Carrión no llega hasta tan lejos. El diario se corta y se publica hasta mayo de 2020, fecha en que se acuña un nuevo y pomposo concepto (la Nueva Normalidad) y en el que Carrión da por concluida la fase dura del proceso. Quedan fuera, y he de decir que no me importaría nada asistir a un Lo viral 2.0, toda la esperanzadora cuestión de las vacunas, el toque de queda, las oleadas tras el verano... Pero Carrión encaja el golpe de y testifica la adaptación forzada de los hábitos de consumo cultural, el ingenio de algunos creadores, la alternativa del hogar confinado como centro de producción, y de todo ello, intercalando experiencia personal desacomplejada y análisis cultural de alto calado, extrae un texto exógeno, dinámico, esperanzado y despojado de obsesiones. Y tan logrado que, a diferencia de Zizek, me niego a otorgarle fecha de caducidad.
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