Título original: Моя автобиография
Año de publicación: 2018
Valoración: Recomendable
Por una vez
y sin que sirva de precedente, olvidémonos de la literatura. Esto es historia, y
la más relevante a mi entender, la que nos acerca a gente corriente que ha
adquirido cierta (y triste) notoriedad por haber dejado una humilde huella en
lo que conocemos como Historia con mayúsculas. Se trata de un puzle reconstruido
después de muchos años, a partir de retazos diversos (y dispersos), y gracias
al esfuerzo de unas cuantas personas, que nos presenta la vida real, sin artificios,
de una mujer singular que se empeñó en cambiar el futuro de un país o morir en
el intento.
El volumen
titulado Insumisa contiene un
conjunto de documentos –editados por primera vez en castellano– de diversa
procedencia, centrados en las andanzas, personalidad, ideas y padecimientos de
un personaje único que, al margen de consideraciones éticas, hubiese merecido
otra relevancia. Entre otros, contiene la confesión manuscrita de Yevguenia,
las conclusiones que se extrajeron de ella, el testimonio de un testigo
presencial y las indagaciones, muy posteriores, de una funcionaria de San Petersburgo.
Estas últimas pretenden poner un poco de orden y sentido en un conglomerado de
datos tan desorganizado como lleno de lagunas. Se agradecen también las notas a
pie de página, imprescindibles para acercarnos al contexto.
Tanto su
vida como sus ideas chocarán al lector actual, pero hay que situarse en los
años veinte del siglo pasado y en un país tan agitado y cambiante como la Rusia
del momento para entender lo que nos está contando Yevguenia. Se ve claramente
que ella era un verso suelto, y probablemente lo hubiese sido en cualquier época,
pero su manera de disentir respondía a unas circunstancias y una mentalidad muy
alejadas de las nuestras. La Autobiografía
alterna circunstancias de su vida con ese ideario peculiar que guió gran parte
de sus actos. Consideraba que cualquier hombre es inocente, incluidos ladrones y
asesinos, pues el único culpable es el poder; en su idea romántica de la
marginación coincidía con los anarquistas de entonces. Desde muy joven quiso
alejarse de la “apacible saciedad de la
casa paterna”, se esforzó por pertenecer a la chusma, aprendió a robar, vivió a salto de mata, pasó hambre, se
puso en peligro, practicó, incluso, las artes adivinatorias, por lo que dice,
con bastante éxito. El relato recuerda por momentos a la picaresca más ingenua
de nuestro Siglo de Oro y, si no fuera porque intuimos el amargo final que
espera al personaje, a veces no podríamos evitar una sonrisa.
Se echa en
falta mayor concreción, pero las circunstancias no se lo permitían. “… esta autobiografía no es para vosotros,
investigadores. (Si pensara que nadie más la necesitase, ¡nunca me habría
puesto a escribirla!). Simplemente quería dejar plasmada mi vida sobre el
papel, y el papel no puedo conseguirlo en ningún otro sitio que no sea la
División de Información e Investigación del campo”. Con esto queda claro
quién estaba detrás de estas memorias. De ahí que en las cien páginas escasas
que ocupan apenas mencione a su familia, no facilite ningún dato de nadie y
pase velozmente por los hechos. Solo es concreta en dos aspectos: su ideario
personal y las infracciones que cometió, de las que aporta todos los detalles:
tiempo, lugar y circunstancias. Aunque resulta difícil de definir, se le podría
considerar una agitadora política: escribía artículos en prensa y daba
conferencias junto a su marido, siempre defendiendo una revolución muy alejada
de la bolchevique que había llegado al poder. Se sirvió incluso de sus
supuestas dotes de vidente cuando cayó en la cuenta de que sus predicciones
podían contener mensajes políticos: “Añadiré
que me entusiasmaba el cinismo picante de mi situación; ¡una antigua
conferenciante antirreligiosa en el papel de echadora de la buenaventura!”.
Aunque, como ella ya sabía, de adivina tenía poco: en la transcripción del
interrogatorio llevado a cabo en enero de 1931 leemos: “Yo, desde luego, no dudaría en aceptar el apoyo de una intervención
extranjera, pero la considero innecesaria, pues el “gobierno soviético” está
tan podrido que no tardará en derrumbarse”. Le impidieron quedarse a
comprobarlo pues, como estas palabras confirman, fue un ser valiente hasta la
temeridad y profundamente idealista.
Como gran
parte de lo que concierne a Yarovslávskaia son especulaciones con mayor o menor
fundamento –incluso lo que ella misma confiesa en lo que denomina Autobiografía está lógicamente sesgado
por el carácter peculiar de sus destinatarios– me aventuro a apuntar mi propia
teoría. Puede que, de no haber estado casada con un disidente tan popular y
combativo como el poeta Yaroslavski, y a pesar de todas sus incursiones,
liderazgos delicuenciales etc., no hubiese acabado como acabó. Quizá, por el
mero hecho de ser mujer, pocos se hubiesen interesado por su figura, habría
pasado desapercibida, o casi, sus correrías se hubiesen considerado inofensivas
travesuras y, después de algún corto periodo de cárcel, se la hubiese dejado en
paz. Por otra parte –y ya que he empezado sigo especulando– quizá en la autobiografía haya cargado las tintas un poco. Teniendo en cuenta
que poco antes, y en un intervalo muy corto, se había intentado suicidar tres
veces –tanto por las insoportables condiciones de su prisión como por la
reciente ejecución de su marido– no sería de extrañar que, con toda la
intención, hubiese dado a sus verdugos argumentos suficientes para acabar con
su vida sin dudarlo.
Traducción: Marta Rebón
6 comentarios:
Vaya, por todo lo que has contado, me interesa mucho leerlo. Gracias!!!
Sí, tiene muy buena pinta. La reseña te empuja a buscarlo y leerlo. ¡Muchas gracias!
Me alegro, Antonieta. Y si te animas ya nos contarás qué te ha parecido,
Un saludo
Hola Carlos. Lo mejor es que nos sumerge en la época y con muy pocos datos entendemos muchas cosas. ¡Qué lo disfrutes!
¡Menuda reseña! No conocía el libro, ¡qué mal! sin duda, anotado.
Hola Sandra. Las cien páginas de las memorias junto a las cincuenta de los demás documentos lo ha editado en España este año la editorial Armaenia, O sea, te has enterado justo cuando acaba de salir.
Si te decides y luego quieres comentar, dialogaremos.
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