jueves, 6 de marzo de 2025

Raquel Peláez: Quiero y no puedo

Idioma: español

Año de publicación: 2024

Valoración: recomendable (incluso más que eso, para interesados/as en el tema)

Aclaración para quien lea este blog desde los países americanos de habla hispana: como reza el subtítulo de este libro, se trata de Una Historia de los pijos de España (y las pijas, cabe añadir). Ahora bien, como quizá sepan nuestros lectores de allende la mar océana, en el castellano de España los términos "pijo" y, sobre todo, "pija", no significan lo mismo que en el castellano de América -aunque puede que tengan un origen similar-; para nosotros una persona pija es alguien que trata de aparentar un estatus económico superior por medio de la exhibición de signos exteriores de riqueza. Es decir, lo que, por ejemplo, en México llaman un o una fresa y en Argentina cheto, amén de otras denominaciones en otros países... Cierto también que en los últimos años, en España, está cobrando cada vez más auge el término "cayetanos" para referirnos a los pijos, o al menos a un subtipo determinado de los mismos (siendo otros, por ejemplo, los pijilocos o los pijipis). Además de que el calificativo "pijo/a" no se impuso hasta los años 80 del siglo pasado; antes, en los últimos doscientos años de la Historia de España -que son de los que se hablan en este libro- encontramos señoritos, modernas, polloperas, chicas Topolino, yeyés...

Pero no pensemos que este ensayo es tan sólo un divertimento taxonómico más o menos frivolón, un prontuario costumbrista de nuevo cuño; muy al contrario, su autora, que conoce el percal de primera mano, pues se trata de una periodista que ha trabajado durante años en publicaciones eufemísticamente conocidas como "de estilo de vida", efectúa aquí una verdadera disección socio-económica, semiótica, histórica y aun literaria y cinematográfica -encontramos, sin ir más lejos, referencias a novelas fundamentales de la literatura española contemporánea: Nada o Últimas tardes con Teresa, aunque también Menos que cero, modelo de aquellas exitosas Historias del Kronen noventeras- del Pijus Hispanicus. Pijos ideológicamente de derechas, sobre todo, pero también de izquierdas: el libro nos habla también de la importancia (en algún caso incluso positiva, culturalmente) de exclusivos grupos de, en principio, progres, como fueron la gauche divine barcelonesa del tardofranquismo o la beautiful people de los años del gobierno de Felipe González. O los hipsters de hace cuatro días (no sé si queda alguno), que no se puede decir que pertenecieran a un movimiento de izquierdas, pero sí denotaba un barniz contracultural. Todos éstas y demás variantes del pijerío (también los pijos proletarios, de los que el libro no habla pero doy fe que existen) tienen en común lo que, siguiendo al sociólogo Thorstein Veblen, Raquel Peláez denomina "emulación pecuniaria"; concepto que atraviesa todo el ensayo junto con el de "disforia de clase" (aunque este se aplica sobre todo a la clase media aspiracional; los ricachos de verdad, de "dinero viejo", no tienen ese problema, supongo).

Estructurado en tres partes diferenciadas, pero cronológicamente continuas, el ensayo, sin perder un tono ameno al que ayudan numerosas referencias a circunstancias y personajes, en ocasiones de lo más populares, pese a que pertenezcan a cierta élite (verbi gratia, la ignífuga Isabel Preysler), nos va desgranando una rigurosa crónica de la transmisión del poder político, pero sobre todo económico, a lo largo de los dos últimos siglos de la Historia de España, desde la regencia de María Cristina. Y, sobre todo, los mecanismos utilizados por quienes buscan arrimarse a este poder político y económico -o simbólico- para medrar o simplemente imitar a la clase social a la que aspiran pertenecer. de esta forma, en la primera parte, titulada Puedo, nos explica el comportamiento de las élites del siglo XIX y la Restauración, reyes y reinas incluidos  -y, de hecho, como los modelos a seguir-, continuando por la nobleza de toda la vida y también la de nuevo cuño, formada por industriales ennoblecidos y, sobre todo, forrados de pasta... En la segunda parte, Quiero, el protagonismo es de los "pacoaristócratas", que ostentaron el poder durante la dictadura franquista y sus retoños, para acabar con la internacionalización del pijerío español merced a la llamada Jet-Set marbellí. Por último, Quiero y no puedo nos habla de las diversas mutaciones del pijo/a desde el tácito pacto de no ostentación de la Transición hasta el momento actual, en que se han convertido en una subespecie mucho más consciente y orgullosa de sus supuestos privilegios de clase -también más agresiva, como demuestra la aparición de la "cayeborroka" contra el Gobierno-, reacción, en gran medida, a la cacareada guerra cultural que busca atizar el populismo de extrema derecha, emergente ahora mismo en los países occidentales. Pero, sobre todo, esta última parte trata de la eclosión, crisis y quizás declive definitivo de la clase media que apareció durante la época desarrollista y se consolidó durante los años de crecimiento económico pre-burbuja inmobiliaria.    

Por ponerle un pero a este libro, se puede argüir que se presenta como "una Historia de los pijos de España", cuando, en verdad, se centra básicamente en el pijerío madrileño  (si bien es lógico, por otra parte, en un Estado que ha tendido al centralismo siempre que ha podido), un poco en el de Barcelona y de Ponferrada, la ciudad natal de la autora, de donde nos proporciona anécdotas juveniles que le sirven para introducir los capítulos. Sin embargo, apenas menciona a los pijos de otras zonas del territorio español -salvo, debo decir, en el diorama de testimonios estremecedores (es broma) que cierra el libro-, como, por ejemplo, los siempre coloridos "capillitas", los pijos falleros valencianos o el no menos pintoresco, con su bicefalia nacionalista vasca/española, pijerío vasco. 

En cualquier caso, la lectura de este ensayo no sólo resulta divertida sino reveladora y, a partir de aspectos que pueden parecer superficiales, como la avidez por ciertos elementos del estilo de vida de los más ricos o, simplemente, las modas pasajeras por algunos tipos de ropa o marcas (que, sin embargo, tienen una carga semiótica enraizada en significados pretéritos, como ocurre con los pelucos caros o los conocidos fachalecos), nos hace reflexionar sobre nuestra sociedad, adónde queremos que se dirija y qué pone en peligro la estabilidad de ese rumbo. Conclusión: os aconsejo vivamente leerlo, ya que, en el peor de los casos, os aseguro que pasaréis un rato estupendo.

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