lunes, 10 de marzo de 2025

Rosella Postorino: Me limitaba a amarte

Idioma original: Italiano

Título original: Mi limitavo ad amare te

Traducción: Miguel Izquierdo 

Año de publicación: 2023

Valoración: Recomendable 

Los libros se comunican y hablan entre sí. Si no, ¿cómo explicar las conexiones entre Me limitaba a amarte y tres libros recientemente leídos y reseñados por aquí, como son No matarían ni una mosca, Juegos prohibidos y Diarios del olvido?

Veréis, Me limitaba a amarte es la historia de unos niños bosnios (de diferentes orígenes) que, en pleno asedio de Sarajevo, son enviados a Italia. Pero pasan los años y allí han de permanecer y tratan de (re)hacer sus vidas como buenamente pueden. 

Y así, aparecen las citadas conexiones: con Diarios del olvido en la permanente sensación de desarraigo y "extranjeridad", tanto en un lado como en otro; con Juegos prohibidos en el extrañamiento infantil ante el mundo adulto, en el manejo de lo simbólico y en los intentos digamos atolondrados de canalizar la rabia y el dolor; con No matarían ni una mosca en esa violencia normalizada que persigue a algunos de los protagonistas del libro a través del tiempo y el espacio.

Más aún, la novela se abre con una cita de Slavenka Drakulic y una de las niñas se llama Nana Drakulic, así que ella conexión Postorino - Drakulic resulta obvia.

Volviendo a la novela, finalista del Strega en el año 2023, esta se divide en 4 partes en función del momento temporal de los hechos que se narran. Esto permite una lectura de la misma como "novela de formación", por aquello del paso de la infancia a la madurez. 

En ese sentido, me parece que está muy bien tratada la importancia del pasado y de los sucesos o heridas de la infancia en la vida adulta (¿está Marcel Proust por aquí?). También es destacable cómo la autora teje, ya desde las páginas iniciales de la novela, las red de relaciones que se establecen entre los distintos personajes y su evolución en el tiempo. 

Otro aspecto a mencionar es el manejo de las voces infantiles en la primera parte de la novela. Creo que la autora acierta con el tono y evita caer en lo excesivamente melodramático.  

- No quiero estar allá dentro, no me gusta. Aquí veo el cielo.  

- En Sarajevo no mirabas nunca el cielo.

- En Sarajevo estaba mamá.

Sin embargo, el melodrama aparece en el tramo final del libro y algunas de las escenas o situaciones se acercan peligrosamente al telefilm (sí, de esos los domingos por la tardes). Ya sabemos que la vida y la muerte están hechas de casualidades, pero creo que a Postorino se le va un poco la mano y fuerza en exceso según qué situaciones.

En cualquier caso, una recomendable novela sobre abandonos y reencuentros y sobre el derecho a la propia salvación en un mundo extraño en el que, aunque existan, resulta difícil encontrar asideros.

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