La editorial Montesinos compila en un solo libro titulado La Fanfarlo tres textos breves relacionados con Charles Baudelaire (1821-1867).
Empezamos con el relato que le da nombre al conjunto. Está protagonizado por Samuel Cramer, un alter ego del autor la mar de contradictorio y nada edificante. El resto de personajes con quienes interactúa Cramer son igual de detestables. Y ahí radica la gracia de esta primera historia: su amoralidad. A eso súmale que está cargada de una satisfactoria mala leche (el rapapolvo que se lleva el pobre Walter Scott es legendario) y queda claro que estamos frente a una deliciosa canallada cuyos defectos no impiden que se lea con inmenso placer, ni le restan el más mínimo carisma a la idea general.
Por otro lado, "El joven encantador" siempre se había atribuido a Baudelaire, pero recientemente se ha descubierto que éste sólo lo tradujo del inglés. Aun así, se incluye en este volumen, dado su interés. Personalmente, no me ha gustado ni la mitad que su predecesor, pues adolece de una prosa ampulosa, diálogos teatrales, escenarios recargados y referencias eruditas.
A modo de cierre tenemos "Consejos a los jóvenes literatos", una serie de preceptos empañados de «ternura completamente fraternal» en los que Baudelaire echa mano de su experiencia, sentido común, pragmatismo e incluso (por qué engañarnos) misoginia. En muchos casos, dichos preceptos siguen siendo tan vigentes como la poesía y la narrativa que ayudaron a crear.
1 comentario:
Baudelaire escribió algo así como "Sólo estoy bien allá donde no estoy". Muy bueno.
Publicar un comentario