jueves, 26 de noviembre de 2020

Sara Mesa: Un amor

Idioma: español

Año de publicación: 2020

Valoración: se deja leer 

A la tercera va la vencida. Aunque también se dice que no hay dos sin tres... ¿A qué viene este despliegue refranero de buena mañana? (ya se sabe que niño refranero, niño puñet... vale, ya lo dejo). Pues a que esta es la tercera de Sara Mesa que leo y las dos anteriores me habían parecido... bueno, vamos a dejarlo en un "regulinchi". Ni frío ni calor. Ni chicha ni limoná... Por si a alguien le interesa (y si no, da igual, porque lo voy a contar también), las dos novelas suyas que había leído son las muy alabadas Cicatriz y Cara de pan -alabadas en este blog, sin ir más lejos-; con el ánimo de superar la impresión, ya digo que no muy favorable que me habían dejado, acometí pues este último libro de esta también en general muy apreciada autora... adelanto que no ha sido la mejor idea que he tenido.

Resumen muy resumido: Natalia, Nat, es una aún joven traductora que, para llevar a cabo su primer encargo literario, alquila una casita en un pueblucho allá donde Cristo tiró el palustre, en una zona que parece poco agraciada de la España-bastante-vaciada, que diría alguno... En ese paraje más bien desangelado, sometida a las incomodidades del entorno campestre, Nat, además de con el resto de sus escasos vecinos, entra en relación, sobre todo, con tres hombres que, de alguna manera, ponen en cuestión sus posición como mujer sola, independiente y, supongo que en gran medida por lo anterior, deseable: su casero, un tipo burdamente machista y zafio; Píter, un vecino más o menos bohemio y simpático, pero también un tanto guayotas y "manexplaineador", y otro lugareño conocido como el Alemán, que resulta, en principio, más anodino e indiferente, casi "aspergeniano", por así decirlo, aunque pronto veremos que no tanto... El cuarto personaje masculino que, de alguna forma, ejerce influencia sobre ella es el perro que le proporciona el casero, un astroso chucho que Nat bautiza, significativamente, como Sieso.

Quisiera equivocarme y pensar que Sara Mesa es una escritora demasiado sutil como para haber pergeñado aquí nada más que una parábola sobre la dificultad de la mujer contemporánea occidental para desenvolverse con total libertad en un mundo que, pese a los disimulos, sigue dominado por los hombres; quisiera que el trasfondo de esta historia fuese menos obvio, pero la verdad es que tal es la impresión que da.  Cierto que también se incide en el alienamiento y la desubicación que siente la protagonista en un entorno que le es ajeno y que le obliga a establecer una relación forzada pero ambigua con sus vecinos -un ambiente de áspera extrañeza que, en el mejor de los casos y salvando muchísimas distancias, recuerda un poco el de algunas novelas de Bolaño-; esta problemática relación entre el individuo que trata de vivir con mayor libertad y el grupo o entorno social en el que está inmerso es otro de los temas que subyacen en el libro y, al menos por lo que he leído en alguna entrevista suya, en lo que pone más énfasis su autora, aunque yo considero que en la novela este aspecto está menos desarrollado que el comentado antes. También es cierto que ésta,  como las otras novelas de Mesa que he leído, está protagonizada por una mujer -en el caso de Cara de Pan, una niña o como mucho púber- que tiene comportamientos o toma decisiones poco convencionales, inconvenientes o que incluso la pueden poner en peligro. Ahora bien, la impresión que deja la lectura de Un amor -ya desde el comienzo- es que la protagonista, Nat, viene ya un poco o un mucho "tocada" de casa y lo que le ocurre en ese poblacho ficticio es más una consecuencia que una causa de su desazón. Otra conclusión que se va sacando según avanza la novela es que a ver si la tal Nat se deja de una vez de sinsorgadas y no sigue torturándose y torturando al lector (al menos a éste) con ellas; por mucha empatía que pueda suscitar el personaje, la exasperación que produce, ella y la novela en general, la supera. La atonía, incluso en los momentos de mayor enajenación de la protagonista, es la sensación general; ni siquiera el par de giros argumentales (iba a poner plot twists, pero no sé si aún queda moderno) que deberían darle vidilla a la historia están bien aprovechados, en mi opinión...

El caso es que, aunque pueda parecer lo contrario (y sin conocerla personalmente, claro), Sara Mesa es una escritora que me cae bastante bien; en sus entrevistas que he visto o leído me ha parecido que tenía una actitud hacia la literatura incisiva y nada afectada, muy alejada de la pose de escritora-que-tiene-algo-muy-interesante-incluso-trascendental-que-decirnos (ojo, que he puesto escritora, pero también me refiero a los escritores varones). Además, es indudable que talento para la prosa no le falta: cualquiera de sus párrafos, sueltos, muestran bastante calidad literaria; pero, sobre todo, su novelas, me hayan gustado más o menos, denotan un interés por hacer ficción, por contar historias ajenas a sí misma, nada de eso-tan-interesante-incluso-fascinante-que-tengo-que-contaros-es-mi-propia-vida-chavales... Aunque claro, tanta insistencia en un tipo de protagonista desubicada, empeñada en cometer errores o en hacer un ejercicio de libertad aunque bastante desnortado, a partir de los errores que comete no puede ser casualidad; quizá si algún día a Sara Mesa le da por la autoficción (recemos porque no sea así) conozcamos la causa... o no. En todo caso, mi conclusión, aun lamentándola, es que no hay dos sin tres. De lo que estoy bastante seguro es de que, al menos por lo que a mí respecta, no habrá cuatro.

Otros libros de esta autora reseñados en Un Libro Al Día:  Cuatro por cuatro, Cicatriz, Cara de Pan, Un incendio invisible, Mala letra

25 comentarios:

lacris dijo...

Qué bien me vienen estas reseñas para poder cribar. Tengo un problema con nuestra lit. contemporánea actual. No conecto con este tipo de protagonistas y eso no quiere decir que si el personaje me cae mal ya no leo el libro. No. Es más, en ocasiones es un gran ejercicio de lectura.
Se me ocurre El adversario, de Carrère.

El problema es que esta insitencia en explicar nada y envolverlo de vanguardia o de auto ficción o no sé explicarlo pero no me dice nada. Una vez cerrado el libro, me da lo mismo.


Resumiendo, hay talento como Aprender a hablar con las plantas pero mientras lo buscas te llevas cada palo...


Sandra Suárez dijo...

Me gusta mucho más como cuentista que como novelista. Los cuentos de "Mala letra" son estupendos. Sus novelas, no tanto, hasta el punto de que en verdad las que he leído me parecieron "cuentos estirados", y ese estiramiento (para convertirlos en narración larga) los malogró y estropeó. Le daré, no obstante, una oportunidad a esta nueva novela.

Rous dijo...

Yo con "Cicatriz" cerré el cupo, personajes que no se sostenían y lo que dice lacris, me daba igual lo que les pasara, muy triste. no me enganchan las nuevas escritoras.

Gabriel Diz dijo...

Hola Juan:

Cómo tu palabra es ley para mí paso de largo a Sara Mesa.

Saludos

Juan G. B. dijo...

Hola a todos y, ante todo, gracias por los comentarios:
Lacris, me temo que quizás yo me haya expresado mal o no te esté entendiendo bien a ti (o ninguna de las dos cosas) pero por si acaso, quiero aclarar, para evitar malentendidos, que Sara Mesa no hace "autoficción", ni nada parecido (por suerte); lo que yo sospecho es que, dada su querencia por cierto tipo de protagonistaas femeninas o, más aún, por cierto tipo de decisiones y actitudes que toman esas protagonistas, se diría que esa preferencia tiene algo que ver con el carácter, etc. de la propia autora. Pero todo esto es pura especulación, claro...
Sandra, no he leído ninguno de sus cuentos, así que no puedo opinar al respecto. En todo caso, yo diría que "Un amor", más que de un relato alargado, se trataría de una relato que no va a ninguna parte. Por desgracia.
Rous, sólo te diré que, de las tres novelas que he leído de esta escritora, "Cicatriz" es la que más me ha gustado (y tampoco mucho), así que ya te puedes imaginar...
Gabriel, así me gusta, que por fin alguien me haga caso, no como estos filisteos del blog, que se pasan el día leyendo a gente rarísima por puro postureso! Bueno, en verdad, tampoco me tomes muy en serio, porque, a pesar de mi excelente y casi infalible criterio, cualquie día me da una veentolera y me da por ponerme a leer libros de...yo qué sé, Murakami... (el malo, quiero decir).
Un saludo de nuevo a todos y pasadlo lo mejor que podáis en estos tiempos tenebrosos.

GtM dijo...

Muy tajante eso de las nuevas escritoras, ¿no? xDD Yo que se, hay mucha variedad. Así rápido s eme ocurren, que me hayan gustado mucho en lo leído (no todo) Cristina Morales, Monica Ojeda, Edurne Portela...

Aunque en este caso en concreto... pues me leí el de Cara de Pan y un poco sin más. Para la extensión que tenía, se me hizo un tanto cuesta arriba. Y como se dice en la reseña, no es ningún problema con la escritura en sí, ya me gustaría a mí escribir así y tener ese poder de sintesis, que generalmente me es esquiva, pero había, hay algo que no me enganchaba. Algo qué, por entrevistas que he escuchado de la autora, creo que es parte de su idiosincrasia literaria, creo yo; un distanciamiento, un hieratismo, un algo que no está del todo bien, como un cuadro colgado ligeramente torcido que cuesta identificar pero que disturba todo el ambiente.....

Aún así creo que acabaré leyéndome este, aunque no de momento, que tengo varias lecturas pendientes.

Juan G. B. dijo...

Hola:
Yo tampoco estoy de acuerdo con degeralizar a todas las "nuevas escritoras", por lo mismo wue tú comentas... Pero además, tampoco sé hasta que punto se puede considerar a Sara Mesa como "nueva", cuando ya tiene un buen número de títulos en su haber, como se puede comprobar por las reseñas en este mismo blog, sin ir más lejos...
Un saludo y gracias por el comentario.

ChuangTzu dijo...

Yo leí Cuatro por cuatro y sí que me gustó, aunque tampoco le pondría un imprescindible, ni mucho menos. Después leí Cicatriz y se me hizo cuesta arriba, básicamente por las mismas razones que se han dicho. De momento creo que pasará un tiempo antes de leer otra novela suya.

Juan G. B. dijo...

Bon dia:
No he leído Cuatro por cuatro, pero sí Cicatriz y considero que era una gran novela...en comparación con novela Así que imaginate.
Un saludo

Anónimo dijo...

Para gustos los colores y más vale caer en gracia que ser graciosa...pero no acabo de entender como los medios siguen tratando a Sara Mesa como una buena novelista y publicitan por exceso todas y cada una de sus novelas. Desconozco si son o no un éxito de ventas pero desde mi humilde punto de vista no dan mas de sí tanto si hablamos de estilo como de estructura y de trama. Prescindible como toda su obra.


Juan G. B. dijo...

Bueno, anónimo, yo no me atrevo a tanto como decir que toda su obra es prescindible, porque no he leído todos sus libros (también es cierto que, probablemente, no lo haga nunca); mi opinión sobre los que sí he leído no hace falta repetirla. Lo que sí está claro es que goza del apoyo y confianza de la editorial, por la razón que sea: bien porque consideran que en verdad es unacescritora de calidad, bien porque encaja en la línea de su catálogo o porque, incluso, puede que sí tenga un buen rendimiento comercial... a saber.
Sobre el tema de los medios, yo hace tiempo que sospecho que, en muchos casos (tampoco digo que en todos) los periodistas de la sección de cultura o los considerados "prescriptores literarios" tienen un conocimiento...digamos que limitado de los libros de los que hablan, y en general se limitan z repetir ideas ya establecidas sobre los mismos.
No me enrollo más; un saludo y gracias por tu comentario.

Aitor dijo...

Corrijo lo de prescindible. Puede parecer un calificativo despectivo y nada más lejos. Dejémoslo en sobrevalorado, que no es lo mismo. Aunque, volviendo al refranero castellano, algo tendrá el agua (Sara) cuando la bendicen...

Unknown dijo...

He leido bastantes articulos en periodicos. De sara.. Pero ningun libro. Kempes 19. Saludos a todos por el blog maravilloso

Juan G. B. dijo...

Hola Kempes:
Como supondrás, yo no soy el más indicado para animarte a leer tus libros, pero si te apetece, hazlo y saca tus propios comentarios.
Muchas gracias por la visita y el elogio.

Vicente dijo...

Al terminar de leer "Un amor" me pregunté dónde estaba ese amor, o bien si era un título con ironía: Natalia no se quiere a sí misma, ni está enamorada del alemán, ni de Piter, y teme al cerdo de su casero. Quizá ame su independencia, su derecho a decidir y a hacer, sin tener que dar explicaciones. Su personaje está muy bien trazado, las contradicciones de su vida y pensamiento afloran, lo que ocurre es que la autora no muestra empatía o comprensión hacia ella, y esto hace que se sienta que la novela no nos llegue, una especie de distanciamiento hacia el personaje por parte de la autora, hacia su manera de actuar, pero justificando su derecho a vivir libremente. Los otros personajes también están muy bien construidos, son únicos, inconfundibles. La escritura es clara, expresa bien lo que pretende. ¿Por qué no es buena la obra? Quizás no se haya comprendido bien lo que Sara Mesa pretendía decir: alejamiento del personaje estando de acuerdo con el fondo. Quizás por eso le da otra oportunidad permitiendo que lo intente en otro pueblo. A mí sí me ha gustado (aclaro que no tengo nada que ver con ella ni con la editorial)

Juan G. B. dijo...

Hola Vicente:
Desde luego, lo que se dice llegar, a mí no me ha llegado, en eso te doy la razón... Pero me alegro que a ti sí, o al menos te haya interesado más que a este otro lector que soy yo. Muy buena sinopsis y comentario de la novela, por otro lado.
Un saludo y mil gracias por tu aportación.

Susana dijo...

Pues resulta que ha sido el elegido como mejor libro del año en Babelia. En otras listas también está arriba. No acabo de entender qué le han visto de especial. Doctores tiene la Iglesia. Perpleja me quedo.



Juan G. B. dijo...

Hola Susana, y ante todo, felices fiestas:
Pues es un misterio también para mí o, mejor dicho, las explicaciones que se me ocurren no son demasiado halagüeñas para los prescriptores literarios de los medios (en el caso de.El País, de todos modos, llevan varios años haciendo elecciones para el "libro del año", bastante cuastionables).
En todo cado, no creo que a la propia Sara Mesa la favorezca esta elección, pues cra expectativas en los lectores no habituales de sus libros que sospecho se verán defraudadas y poca gente se quedará con ganas de repetir con ella...
Un saludo y gracias por tu comentario.

Oskar dijo...

Acabo de terminar el libro. A mi, como al autor de la reseña, tampoco me ha gustado demasiado, aunque le reconozco lo estiloso y fino de su prosa. Pero El casero es más una caricatura que un personaje; me ha sacado mucho de la novela la escena que da pie a su relación con Andreas (me parece muy poco verosímil); el recurrir al abuso sexual para justificar la irritante apatía de la protagonista para decidir nada por ella misma es un recurso facilón que podía haberse ahorrado, todo el tramo final del perro es muy meh (por qué iba a atacar el perro a la niña además?) y la cosa esa de que de repente todos los vecinos la odien parece mas una paranoia de la protagonista que algo que pudiera esperarse de la novela.
Y luego, que parece que las castillas son el medio oeste americano, cuando luego resulta que desde casi cualquier sitio de España tienes una ciudad a hora y media de coche maximo.
No sé

Juan G. B. dijo...

Hola, Oskar:
Como puedes suponer, estoy bastante de acuerdo contigo. A mí me parece, al menos por l que he leído de ella, que Sara Mesa es buena planteando situaciones un tanto insólitas, que podrían dar bastante juego si se desarrollasen bien (es lo que ocurre aquí o en "Cicatriz", pir ejempli), pero que luego naufraga en ese desarrollo y, sobre todo , en la resolución... Lo que pasa es que, como bien indicas, sus novelas tienen
cierta finura, tanto de la estilística como de la física, propiamente, y por eso uno las acaba, pero con la sensación de que se ha malbaratado una idea que podría ser más aprovechable o incluso interesante.
Por lo demás, yo he pensado (quizá porque la autora es sevillana) que la historia se desarrollaba en algún lugar agreste de Andalucía másque en Castilla, pero bueno, no tiene mucha importancia...
Un saludo y gracias por la visita.

Eloísa dijo...

Hola:
Acabo de terminar la novela y a mi sí me ha gustado, o quizás intrigado, inquietado, aunque comparto mucho de lo que decís, particularmente observaciones de Juan sobre que la autora es mejor planteando situaciones que rematándolas o que la protagonista parece iniciar este viaje ya muy rota y que todo lo que le ocurre es más una consecuencia que una causa. También comparto lo de su finura estilística: hay claridad, distanciamiento, tensión. La historia tiene quiebras arguméntales, como el sorprendente inicio y el curso que toma la relación con ese personaje en el que ella casi no había reparado, el alemán, y que le despierta esa dependencia sexual que la lleva al masoquismo o, como dice casi al final, a la perdida de la dignidad. Parecería que la historia tenía pocas posibilidades de evolución después de terminar esa relación, pero el episodio del perro, que no termino de interpretar, si es que hay que interpretarlo, supone otra quiebra argumental. Y llegamos a un final en que Nat (temí un final melodramático con suicidio) parece vislumbrar el sentido de toda esa escapada, ese viaje hacia sí misma, hacia el autoconocimiento, tras todas esas relaciones fallidas, tras ese “amor” de autoengaño, un final abierto que parece un comienzo.

Álvaro Belderrain dijo...

Acudo a Sara Mesa normalmente tras haber leído un par de libros que me han defraudado o no he terminado de entender. Será así, supongo, porque para mí Sara Mesa es un valor seguro: historias interesantes, bien escritas... Sé que no me decepcionará pero, al mismo tiempo, ¿es virtud o defecto ser un "valor seguro" en literatura? ¿No estaré echando de menos en ella algo de riesgo, de sorpresa? Lo cierto es que siempre termino leyéndola (creo que me gustan más sus libros de cuentos). Quizá es que me encuentro con demasiados libros que me decepcionan.

Anónimo dijo...

Jo, aquí estáis todos super de acuerdo no? A mi la novelilla me ha flipado. Me parece que está súper bien construida y que es bastante redonda.

Anónimo dijo...

Bueno, ya me consideraba un bicho raro leyendo tanta buena crítica de esta novela y comparándola con la sensación un tanto insípida que me ha dejado.

Todo se torció cuando leí en una de las primeras páginas que algo le había causado a la protagonista "un profundo malestar".

Y es que... los lectores tenemos derecho a que en el mejor libro del año las sensaciones se describan de manera un poco más original: o se encuentra una buena metáfora o un adjetivo certero. Pediría que se trabajasen las frases un poco más.

Saludos!

Jonjo dijo...

Muchas gracias por tu reseña, Juan.

Sara Mesa posee un enorme talento, en mi modesta opinión. Este libro, ‘Un amor’, tal vez, hubiese necesitado un mayor tiempo de elaboración, con períodos de reposo para refrescar y asentar detalles y pulir algunas pequeñas aristas.

‘Silencio administrativo. La pobreza en el laberinto democrático’ es el segundo libro que he leído de Sara Mesa y lo recomiendo encarecidamente. Esta pequeña (en número de páginas) y valiente gran obra, “una crónica personal” (nos indica la autora), “aborda una realidad social que es, por desgracia, objetiva e insoslayable”. Me parece una prueba ‘viviente’ de que en ocasiones la espeluznante realidad supera a cualquier ficción.

A partir de ahora voy a leer todo lo que ha publicado y publique Sara Mesa: relatos, novelas, crónicas-reflexiones, artículos, recetas de cocina… Tengo una muy buena sensación con Sara y su ‘magia’ creativa.