Idioma original: inglés
Título original: The summer without men
Año de publicación: 2011
Valoración: Prescindible
La
vida del sufrido lector, que desea
mantenerse informado sobre lo que se cuece en el panorama sin dejar de
disfrutar de su afición, es bastante dura
–ruego relativicen el término–, ya que en su camino encuentra todo tipo de
obstáculos: novedades que se proclaman la gran obra de arte del siglo, simpáticos
divertimentos que aburren a las ovejas, modas de todo tipo sin demasiado
interés (jóvenes y mujeres que llegan a la palestra por el mero hecho de serlo y acceden al nivel más bajo del inframundo,
auto ficción sin más, novelas epatantes que quedan en puro humo…). No digo que
la autora que hoy comento pertenezca a uno de estos grupos, es más, confieso
que esta es la primera obra que leo de ella y no ignoro que su calidad viene
avalada por opiniones en las que confío ciegamente, pero esta novela, ¿cómo les
diría? no me ha dejado transitar por sus páginas con ligereza y un mínimo
entusiasmo. Al contrario: más bien me ha obligado a reptar trabajosamente por
su tambaleante estructura, su fragilidad compositiva, la endeble personalidad
de su narradora, la superficialidad de sus planteamientos, su enojosa sucesión
de tópicos y la inexistencia de un núcleo argumental o, más bien, el flagrante
hurto del auténtico argumento –que hubiera supuesto una mayor implicación
ideológica y un esfuerzo mucho mayor– para sustituirlo por la baraja de cartas
marcadas que a continuación detallaré. No obstante, debo admitir que esta
literatura tiene su público fiel, un público que también merece atención y que
disfrutaría mucho más que yo de su lectura, lo que ya dudo es si esos lectores
potenciales llegarán alguna vez a Hustvedt. Mi opinión –algo provisional
todavía– es que existe una desconexión entre el sector que admira a esta autora
y el que disfrutaría de esta novela en concreto.
Ese argumento, al que se alude continuamente y que se desintegra una y otra
vez, resulta tan manido –aunque no exento de interés –como la descomposición de
un matrimonio que se ha mantenido por décadas. La narradora funciona como
alter-ego de la novelista por edad, profesión y talante, aunque se hayan
cambiado los nombres y la profesión del marido, el auténtico, ese que todos
tenemos en mente, sea muy distinta. Los auténticos centros de interés: la
reacción de la protagonista ante la hecatombe
personal y familiar, su análisis de la situación presente y pasada, sus
proyectos de futuro, la postura de quienes la rodean etc. quedan diluidos por
fuegos de artificio, que tienen la virtud de distraernos –y sobre todo de
rellenar el espacio que queda hasta el final del libro– pero que en el fondo no
engañan a nadie. Si, además, les digo que su esa primera reacción ante el
abandono consistió en locura transitoria y el consiguiente internamiento en una
institución, convendrán conmigo en que la experiencia, tanto en su vertiente meramente
introspectiva como social (relación con profesionales y compañeros, adaptación
al internamiento etc.) se podía haber convertido en una auténtica joya
literaria o al menos en un testimonio interesante. Y digo se podría porque el hecho de mencionarla una y otra vez, sin
aportar información alguna, no añade ningún dato de interés y deja al relato
sin uno de sus activos más relevantes.
Concretando, el tal Boris deja a Mia por una compañera de trabajo –joven y
francesa- (tomen nota del tópico porque será uno más de otros muchos) y ella,
una vez repuesta de su trastorno psiquiátrico, decide cambiar de aires y se
traslada a la localidad donde vive su madre. Por otra parte, y para mantenerse
activa, encuentra un grupo de chicas interesadas en recibir un curso de poesía
a cargo de una autora de prestigio. Para completar el panorama, Mia tiene
vecinos: su jardín linda con el de una familia no exenta de problemas. ¿Qué
ocurre? Pues que el libro ya está escrito. Familia disfuncional con maltrato
incluido –en el que tampoco se indaga demasiado -, adolescentes envidiosas que
practican bulling a su compañera recién llegada, grupo de ancianas con sus
achaques, rarezas y ocasionales defunciones. Cada uno de los tres grupos
acumula tópicos a tutiplén, esos de
los que hablaba antes. ¿Alguien da más? ¿Cuánto puede tardar una escritora
experimentada en escribir algo así, quince días, dos o tres meses? A no ser que
la excelencia de Hustvedt no sea tanta como afirman las buenas lenguas. Algún autor español, reconocidísimo y con un
talento excepcional presume en cuanto tiene ocasión de haber escrito en quince
días alguna de sus novelas más exitosas. Total, ¿para qué molestarte si vas a
esforzarte la centésima parte y obtendrás cien veces más beneficio?
Y ya para rematar, hablaré del personaje principal, o más bien de la
narradora, ya que ella se esconde detrás de toda esa serie de entes
paradigmáticos, a los que les falta todo para llegar a arquetipos, seres sin
entidad propia que forman parte de grupos de edad o de grupos familiares y que
actúan según el papel asignado (la octogenaria secretamente rebelde, la víctima
de maltrato juvenil, la líder del grupo, el marido psicópata, la bebé indómita,
la que contrae Alzheirmer etc.) toda una galería de caracteres –mujeres en su
mayor parte– a cual más tópico, tal como anuncié, que nos va presentando esa
protagonista semioculta. Y digo semi porque,
inevitablemente, algo conocemos de ella, todo bastante aburrido y antipático,
por cierto. Aspectos poco recomendables en ficción, más aún si se trata de quién parece –al
menos lo parece– el reflejo especular de quien escribe. Un personaje el de Mia,
en principio contradictorio, o más bien incoherente –rasgo que no se puede
permitir un novelista–, pues presenta una trayectoria personal y profesional
poco compatible con la mujer sumisa, alienada, sin iniciativa y arrastrada como
una hoja por los caprichosos vaivenes sentimentales de su ex compañero de vida.
Aunque, ciertamente, si algo debo salvar del argumento es precisamente esta ceguera:
Mia sigue enamorada, está dispuesta a perdonar a pesar de todo etc. pero es
perfectamente consciente de que su vecina se equivoca, que debería salir
huyendo de ese monstruo. Esta clarividencia en relación con las circunstancias
ajenas mientras corremos un tupido velo ante las nuestras es algo tan común que
no puedo por menos que aplaudirlo. Quédense con eso y no se cierren a la
posibilidad de leer Un verano sin hombres.
Puede que les guste mucho más que a mí.
27 comentarios:
Hola, Montuenga. Buena reseña.
Partiendo de mi más que reconocida admiración por Hustvedt, tengo que admitir que este es su peor libro... y con diferencia. Yo tampoco lo disfruté y, es más, es el único libro de la autora que no recomendaría. Ignoro qué le ocurrió con este libro, que está a años luz de cualquiera de sus otras obras publicadas.
A ti y al resto de lectores de la reseña o diría que no sé lo tengáis en cuenta a Hustvedt, y lanzaos a resarcir esa mala experiencia leyendo “Todo cuanto amé”, “Recuerdos del futuro”, “El mundo deslumbrante”u otros tantos buenos libros que ha escrito.
Saludos
Marc
Clarísimo, gracias a ambos.
Abrazos fraternos y l🌀c🌀s 🏵️🌸🌻
Hola Marc. Más o menos había deducido tu opinión sobre esta novela y la de algún otro compañero. Por mí y por nuestros seguidores, gracias por sumarte.
Pues nada, Antonieta, tendré que leer más libros de esta autora y contar lo que me ha parecido. Íntercambiaremos opiniones si te animas.
Hola, compa!!! Impulsado por la admiración de Marc por Husvedt leí este libro (tb mi primer libro suyo) y no he dejado de hablar a Marc xq es buena gente.
Vamos,100% de acuerdo con tu reseña
Abrazo!!
Un libro decepcionante. Fue, por azar, el elegido para bucear el universo Hustvedt. Me costará darle una nueva oportunidad aunque nunca se sabe, no soy especialmente rencoroso...pero hay tanto que leer. En las antípodas de lo que uno piensa que debe escribir una autora que nos deleitó con un discurso tan brillante y de tanta altura como el del premio Princesa de Asturias del año pasado en Oviedo.
Sólo he leído uno de la autora, "El mundo deslumbrante", bastante bueno. Con esto me sumo en animar a los decepcionados a darle otra oportunidad. Salud.
Veo que hay consenso general así que está todo dicho. Gracias Toni y Koldo, algún día volveremos a hablar de Hustvedt, pero el próximo será algún compañero, supongo, porque tengo una lista kilométrica y pocas ganas de repetir por el momento.
Ya me encargaré yo de ello ;-)
Bromas parte, siento que el hecho de haber escogido este libro para conocer a la autora os cause recelo a la hora de seguir con su obra. Es con diferencia su peor libro y espero que algún día os decidáis a darle una segunda oportunidad porque con una más será suficiente para que veías su inmenso talento.
En todo caso, en ulad están mis reseñas para quien quiera ver porque es mi escritora favorita.
Saludos hustvedtianos
Marc
No puedo estar más en desacuerdo con el tono de una reseña en el que se habla de jóvenes y "mujeres" que llegan a la palestra por el mero hecho de serlo (sabido es que efectivamente las mujeres triunfan en el mundo literario y artístico por ser mujeres. La historia los confirma). Una reseña en la que le narradora se relaciona con la autora para mencionar al marido de la segunda, ese que todos sabemos, no sé si para insinuar un paralelismo entre literatura y vida o para que no nos olvidemos de que ella, la autora es la esposa de...Se ha escrito tanto sobre la creación femenina con estos lugares comunes y con esta misma irritación, que tal vez el contenido de la reseña está a la altura de esta "decepcionante novela".
Hola:
Montuenga, me he quedado "de piedra" al ver que una autora tan valorada tenga este libro visiblemente inferior en calidad. Respecto a la primera parte de tu reseña, totalmente de acuerdo, y añado que yo lo sufro con la literatura juvenil, contenedor de irrisorias publicaciones al albur del tiktoker de moda.
Marc, compré "Las mujeres que miran.." a raíz de tu reseña, sólo que está esperando porque me he dado atracón de cómics, y de cosas un poco vergonzosas por lo comentado a Montuenga. Mi escritora preferida es Rosa Montero, junto con Ángeles Caso, Elvira Lindo y Matilde Asensi. Hasta ahora, excepto con Elvira Sastre y alguna más, no conecto con las escritoras jóvenes españolas.
Ah, se me olvidaba, en los últimos años me he rendido a la poesía y la excelsa novela juvenil de Regina Salcedo.
Sin desmerecer a ningún idioma, siempre prefiero el castellano.
Saludos
Hacía un tiempo que no veía entradas tuyas y es una fortuna volver a leerte.
Tus reseñas siempre suman calidad al blog.
Me sumo al linchamiento de Marc. Por sus recomendaciones me hice con un libro de esta autora: "Elegía para un americano" pero aún no lo leí. También, gracias a él, leí por primera vez a Lydia Davis, "Desglose" y ha sido lo más flojo del año. Aunque supongo que es cuestión de gustos, porque los dos libros que leí del esposo de estas autoras tampoco me parecieron la repera como se afirma casi por unanimidad.
Hola, Diego.
Te agradezco el linchamiento, pero se me escapa algo: Dices que compraste un libro de Hustvedt pero no lo has leído aún y también dices que, gracias a mí, has leído a Lydia Davis y no te ha gustado en absoluto. Haces bien en decirlo, porque no conozco a esta autora en absoluto pero si alguna vez veo un libro suyo huiré sin duda. Por tanto, tu linchamiento creo que no está fundamentado ;-)
Sobre Auster... por curiosidad, ¿qué dos libros leíste? (tengo que decir que hay algunos que no me entusiasma, como Timbuctú, por ejemplo, que encontré malo con avaricia.
Saludos
Marc
Totalmente de acuerdo
Uy. Pues igual llegué a Davis y a Hustvedt por otro lado y me dejé llevar. De todas formas era broma lo de tu linchamiento, se entiende; puedo hacer una lista de recomendables que he leído gracias a ti.
Del exesposo de Hustvedt leí Viaje por el Scriptorium: Entretenido. Pero tiempo después me aburrí con La trilogía de New York. Por lo cual merezco linchamiento, supongo.
Saludos.
Hola, Diego.
Me estás diciendo que sigues otros blogs además de ULAD y que incluso nos confundes con ellos??. Eso sí merece linchamiento ;-)
Hecha la broma, no sé si llegue a leer el de “Viaje por...”. Sobre la Trilogía a mi me gustó mucho, fue una de mis primeras lecturas de Auster, aunque la leí hace un par de décadas y no sé qué impresión tendría ahora, supongo que buena también. Pero contra gustos....
Saludos
Marc
Hola Misho. Naturalmente, lo de los autores de inferior categoría era un comentario al margen y no valía la pena extenderse. Después de 11 años, los asiduos ya saben cómo pienso y no tenía ninguna duda de que alguien, tú en este caso, me daría la oportunidad de explicarme.
A las mujeres no se les deja acceder a la alta literatura, o en muy pocas ocasiones. O no se las publica o se las promociona poquísimo. Pero han descubierto un filón: subproductos de ínfima calidad escritos por mujeres sin ninguna instrucción ni talento. Empezaron los americanos con las cordelias y demás. En España encontraron a una señora que publicaba historias romanticonas en Amazon para deleite de sus amistades y la fichó Planeta para que escribiera porno. Se llama Megan Maxwell (nombre artístico), supongo que habrá más pero no me muevo en esos ámbitos. De esta en concreto, supe hace unos años por un artículo titulado "Una señora de Aluche". Me puedo imaginar cómo son sus libros porque ya he visto todo tipo de cosas.
Sobre las auténticas escritoras, esas a las que ponen la zancadilla por serlo, no he hablado esta vez, pero sí otras muchas.
Y me parece bien que no te haya gustado mi reseña, también que estemos en desacuerdo. Cada uno tiene su opinión y yo simplemente doy la mía, no intento contentar a nadie.
Hola Lupita. Efectivamente, de literatura juvenil sabes mucho más que yo,luego están esas primeras novelas que se venden como si fueran la revelación del milenio y están más vacías que un tubo. La "literatura femenina" de cuarta categoría (de la que hablo en un comentario anterior) no aparece mucho por aquí porque al blog le interesan otras cosas, pero algo de ese tipo hemos reseñado, y lo que no decimos se sobreentiende.
Saludos.
https://www.rtve.es/m/alacarta/videos/premios-principes-de-asturias/discurso-siri-hustvedt-premio-princesa-asturias-letras/5414941/ Una señora que habla así tiene todo el derecho del mundo a escribir una mala novela. Nadie es perfecto y habrá que darle otra oportunidad.
No leí nada de Mrs Hustvedt, aunque se de la devoción que le profesa Marc. Así que no emitiré juicio alguno sobre ella, su obra o la abarcadora reseña de Montuenga.
Pero me veo en la obligación de decirle a Diego, cuya opinión siempre es enriquecedora y valiosa, que no fue afortunada su decisión de abordar al gran Paul Auster a través de Viajes por el scriptorium. Por qué? No solo porque no es una de sus mejores novelas, sino que para comprenderla mejor es altamente recomendable haber leído previamente El país de las últimas cosas, obra mayor cuyos personajes reaparecen en el scriptorium.
He leído mucho a Auster y a mi juicio sus libros son siempre, al menos, recomendables. Entre los imprescindibles situaría a La trilogia de Nueva York y Leviatan.
Un cordial saludo a la cofredía uladiana y en especial al mencionado Diego, cuya mención en otra entrada al estereotipo porteño no me afecta en lo más mínimo, ya que soy platense. :-)
El Puma
Y si no habla así también, nadie ha dicho lo contrario.
No hace falta que te des por aludido, un poco de tranquilidad y de buen rollo, por favor. Es sólo una opinión personal que no pretende atacar a nadie ni refutar ninguna opinión, únicamente expongo un punto de vista con el ánimo de enriquecer el debate dando a conocer un discurso que mucha gente no ha tenido la oportunidad de escuchar y que a mi me parece maravilloso entre tanta mediocridad. Saludos cordiales
Creo que esta explicación ahonda en los lugares comunes de los que hablaba antes. Hustvedt no es Maxwell y no pueden meterse en el mismo saco trayectorias literarias tan dispares sólo porque ambas sean mujeres. Hustvedt dudosamente puede calificarse de filón literario y de serlo lo sería por la concesión del Princesa de Asturias, no por sus escritos, entre los que se incluyen ensayos sobre neurociencia, percepción y arte, que dudosamente van a convertirse en best sellers. Se puede argumentar sobre la falta de calidad literaria de una novela, sin recurrir a ideas preconcebidas que tienden a repetirse hasta la saciedad y que, tristemente, revelan prejuicios de los que ni siquiera somos conscientes.
Y por supuesto me parece bien que una reseña se escriba con honestidad y sin pretensión de contentar a todos. Así ha de ser y se agradece como lector, a pesar de que podamos discrepar.
Completamente de acuerdo, de un escritor malo no se dice : ese filón de escritores malos de ínfima categoría sub escritores sin talento... Porque se da por sentado que hay de todo y están por todas partes.
Resumen de la reseña: A veces, buscando novedades, nos dejamos seducir por críticas que son puro humo y leemos a escritores francamente malos pero que tienen su público. Esta escritora tiene calidad pero yo he empezado por su peor obra. Por otra parte, esa calidad la mantiene en circuitos a los que no tienen acceso los que disfrutarían con esta novela.
Cualquier otra interpretación que aparezca en comentarios se basa en un malentendido. Creo que el primer párrafo lo deja claro: si hablo de malos escritores en una reseña de Hustvedt y la coloco en un grupo aparte, está claro que no me refiero a ella.
De todas formas, reconozco que no entiendo bien tu comentario, así que he explicado lo que puede quedar confuso y que sirva para cualquier lector, tú incluida.
Hola Montuenga:
Gracias por la sinceridad de la reseña. Leí de Hustvedt “El mundo deslumbrante” y “Todo cuánto amé” animado por los comentarios de Marc. Las dos novelas me parecieron interesantes. Es todo un desafío sostener la tensión en narraciones tan largas. He tenido la sensación al leerla que es algo presumida como escritora.
Me despido diciendo que tus reseñas son buenísimas pero tus comentarios son geniales.
Saludos
Bienvenido una vez más, Gabriel.
Pues sí, Marc ha conseguido interesarnos por esta autora a todos los habituales. (Jeje, con un japonés que yo me sé no tiene tanto éxito).
Agradezco lo que me dices y añado que es un placer dialogar con personas educadas, que se toman la molestia de interpretar correctamente las reseñas y que vienen siempre en son de paz.
Saludos cordiales,
Hola Puma. Tu comentario debió solaparse con los otros y acabo de verlo ahora. Gracias por el elogio y un saludo desde la distancia.
Publicar un comentario