martes, 30 de abril de 2019

Muriel Spark: Las señoritas de escasos medios

Idioma original: inglés
Título original: The Girls of Slender Means
Año de publicación: 1963
Traducción: Gabriela Bustelo
Valoración: entre recomendable y está bien

La especialidad literaria de Muriel Spark (al menos de sus libros que yo he leído) eran las narraciones protagonizados por grupos aparentemente homogéneos de personas, o que al menos compartían una característica común, aunque en verdad, claro está, cada cual contara con personalidad, intereses, envidias, afinidades y aversiones diferenciadas; pero, eso sí, enredadas unas con otras como los rabillos de un cesto de cerezas o esos cables que todos (reconozcámoslo), apriscamos bajo el mueble del televisor. Doña Muriel eta justamente muy hábil en desenredar tales líneas, esos hilos que unen -o separan, según se mire- a unas personas con otras, ya se trate de un grupo de ancianos, como en Memento Mori, de unas escolares escocesas -La plenitud de la señorita Brodie-, unos jóvenes residentes en el Kensington de los primeros sesenta -Los solteros- o unas monjas de clausura más proclives a la intriga que el mismo Juego de Tronos, en La abadesa de Crewe.

En esta novela, el grupo humano a diseccionar es el de unas chicas -y no tan chicas-, residentes en el club para señoritas May of Teck, en Londres, en 1945, justo cuando termina la Guerra Mundial. Lo de "escasos medios", hay que aclarar, no se refiere a que vivieran en la indigencia y tuvieran que echarse a las esquinas a buscarse la vida, sino a que en aquellos días todos los británicos, excepto los muy ricos, vivían con "escasos medios", debido al racionamiento y demás vicisitudes causadas por la guerra. La novela está estructurada alrededor de los recuerdos sobre aquel verano del año 45 que conserva una de las chicas, Jane Wright, o que va averiguando de otras cuando les comunica la muerte, en curiosas y penosas circunstancias de Nicholas Farringdon, un joven aspirante a escritor que frecuentaba el club por esa época, atraída por el encanto de su ambiente y, más aún, por los encantos de alguna de sus inquilinas.

No voy a engañar a nadie: esta no es la novela de Muriel Spark que más me ha gustado. Su prosa, huelga decirlo, es excelente, ligera al tiempo que elaborada, chispeante (perdón por el juego de palabras) al tiempo que reflexiva. Los retratos que hace de los diferentes personajes son tajantes como un golpe de bisturí, aunque quizás un punto displicentes... Y la trama, atravesada por una simpática ironía costumbrista, avanza con la liviandad de unos pasos de baile hscia un desenlace inesperado. Ahora bien, el fuerte de esta escritora, disecar el sistema nervioso por el que circulan las relaciones, en ocasiones subterráneas, entre los miembros de estos grupos, aquí casi no se nota demadiado; o se limita a una mera descripción psicológica, a veces somera, de cada una de las chicas -y no tan chicas- del club. Lo mejor de la novela, en todo caso, quizá sea la sensación que deja de provisionalidad, de que en esta vida los instantes trágicos suceden a los alegres o los banales con una indiferencia inflexible, que no puede sino llevar a pensar que la futilidad del ser humano se debe más a nuestra irrelevancia para una posible divinidad que a su inexcrutable sabiduría.

Más chispazos de doña Muriel reseñados en Un Libro Al Día: Here

4 comentarios:

Gabriel Diz dijo...

Hola Juan, leí de Spark “Memento Morí” con gran expectativa porque tenía calificación de imprescindible en la reseña.....y la verdad es que no me pareció tan sobresaliente. A ver si intento con alguno de los que nombras y tengo mejor suerte.

Saludos

PD: Encontré alguna falta ortográfica pero no digo nada pues no quiero que te enfades 😉

Juan G. B. dijo...

Hola, Gabriel: no me enfado, sobre todo porque he publicado está reseña desde el móvil, así que una sola falta me parece no sólo aceptable, sino increíble.
Sobre Memento Mori, a mí me gustó mucho (aunque la reseña no sea mía), másque esta otra novela, en todo cado. Pero entiendo que Muriel Spark no sea para todos los paladares, por decirlo así...
Un saludo y gracias por el comentario. Revisaré la reseña, a ver si encuentro la falta ; )

Diego dijo...

No puedo decir nada de obra o autora, pero sí me apetece comentar que me encantó el final de tu reseña, Juan. Incluso me apunté el libro solo por esa sensación que describes.
Nuestra futilidad o las consecuencias de todos estos milenios en que nos creímos divinos son temas muy interesantes, pienso. Me doy permiso para citar a Elizabeth Kolbert hablando sobre nuestra futilidad en la obra que le valió el Pulitzer:

"La razón de que este libro lo escriba un bípedo con pelo y no con escamas tiene más que ver con el infortunio de los dinosaurios que con cualquier virtud de los mamíferos."

Juan G. B. dijo...

Hola, Diego:
Muchas gracias, ante todo. Pues es cierto que si bien todas las novelas de esta autora que he leído dejan cierto regusto escéptico y descreído acerca del sentido o la trascendencia de la vida humana, ésta quizás más que las otras. Lo que es curioso porque Spark se había convertido ya de adulta al catolicismo, algo que parece entrar en contradicción con el tono de lo que escribía.
Gracias de nuevo por tus elogios y por comentar aquí. Un saludo.