
Año de publicación: 2016
Valoración: Está bien
Este libro se titula "El amor del revés", pero perfectamente podría haberse titulado "Mi educación sentimental", "Mi pequeño inventario de arrepentimientos" o "Mi vida en sesenta secuencias".
Y os preguntaréis: ¿A qué viene tanto "Mi"?
Pues a que estamos ante otro libro autobiográfico, tan de moda últimamente.
En este caso, "El amor del revés" es la autobiografía erótico-sentimental de Luisgé Martín y en ella narra el proceso que le llevó desde el descubrimiento de su propia homosexualidad, allá por 1977, hasta su boda, en el año 2006. Un proceso marcado en sus inicios por el juramento de ocultarla por siempre, no tanto por escarnio o por burla por parte de los demás, sino más por el propio sentimiento de culpa fruto de la educación de la época. Esta culpa llevará a que viva su sexualidad con fingimientos y ocultamientos, como una negación, hasta el punto de referirse a ella como tara, aberración o monstruosidad. Poco a poco irá admitiendo su homosexualidad, aunque no le abandone nunca ese sentimiento de culpa, y tendrá sus primeras experiencias furtivas, sus primeros enamoramientos, con los que, en parte, expulsará los demonios del cuerpo y con los que desterrará para siempre sus intentos de "ser como los demás". Nos hablará, a continuación, de sus aventuras y desventuras, de sus "éxitos" y sus fracasos, de sus dudas y arrepentimientos, de sus intentos por llevar una vida "normal". En resumen, de su camino de redención.
La verdad es que se trata de un libro, aparentemente, honesto y valiente. Hay que tener valor para desnudarse públicamente de esta manera. El problema es, en toda esta "literatura del yo", que la línea que separa la valentía del exhibicionismo es muy fina, y estar bordeándola sin pasar al otro lado durante 300 páginas es muy complicado. Relacionado con lo anterior está el interés que el tema o el autor puedan suscitar. Si el tema o el autor te resultan interesantes, genial; si no, te puede parecer que el libro es fruto de un ataque de egocentrismo agudo. Y yo, en este caso, creo que hay una mezcla de las dos cosas. Me explico.
La primera parte del libro, la de la adolescencia y primera juventud, el descubrimiento de la sexualidad, su negación, etc, sí que me parece "conseguida", sobre todo por el retrato sociológico de la España post-franquista que realiza. Pero la segunda parte, la más centrada es sus relaciones posteriores me resulta más anodina, menos reveladora y, hasta cierto punto, más exhibicionista.
La primera parte del libro, la de la adolescencia y primera juventud, el descubrimiento de la sexualidad, su negación, etc, sí que me parece "conseguida", sobre todo por el retrato sociológico de la España post-franquista que realiza. Pero la segunda parte, la más centrada es sus relaciones posteriores me resulta más anodina, menos reveladora y, hasta cierto punto, más exhibicionista.
En cualquier caso, se trata de un libro interesante. Y lo es a pesar de que hacia el final del capítulo VII "Los años felices" diga (¡oh, horror, sacrilegio, a la hoguera con él! que nunca terminé de leer En busca del tiempo perdido, pero lo empecé varias veces.
Particularmente, se trata de un libro que a los más jóvenes sorprenderá porque, afortunadamente, parece que esté hablando de otro país. Y es, además, un libro que recomendaría especialmente a los homófobos, aunque fuera solo por tratar de entrar en la mente de otras personas y por probar si de esa forma se les activan un poco las neuronas, cosa que dudo.
Otros libros de Luisgé Martín en ULAD: El alma del erizo, La mujer de sombra
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