martes, 26 de marzo de 2024

Álvaro Pombo: El héroe de las mansardas de Mansard

Idioma original: castellano

Año de publicación: 1983

Valoración: Recomendable


¿Y si no me gusta el libro? Porque la novela de Álvaro Pombo tuvo el honor de ganar el I Premio Herralde, que no solo tiene el aval del grupo editorial que lo convoca, sino que además, por el ser el primero, entiendo que se tendría especial cuidado en premiar una obra verdaderamente destacable. Entonces ¿cómo podría rebatir un reseñista aficionado el juicio experto de personas con criterio y amplia experiencia en el mundo literario? Así que opto por tirar de pragmatismo, y empiezo la lectura con predisposición positiva, no vaya a ser que quede en evidencia con el papelón de outsider listillo.

Localiza Pombo la narración en una familia de la alta burguesía del norte de España, posiblemente su Santander natal. En un esquema un poco a lo Arriba y abajo, encontramos a la severa abuela Mercedes, siempre escoltada por su amiga María del Carmen, y a la tía Eugenia, quien ocupa las mansardas de la mansión familiar, y que parece la hermana algo díscola, soñadora y, como se prefiera, de cascos más bien ligeros, o que adora disfrutar de su soltería. Finalmente, el nieto, apodado Kus-Kús, que ante la ausencia casi permanente de sus padres, queda bajo la tutela de la institutriz inglesa. Por abajo, el personal de servicio en el que entra formar parte Julián, un joven con un pasado confuso.

Pero ahí acaba la similitud con las series de señores y criados, porque el relato se centra en la extraña relación entre tía Eugenia y su sobrino Kus-Kús. Ella, ya algo entrada en años y perdida buena parte de una belleza que fue deslumbrante, parece empeñada en revivir antiguas aventuras, mientras el chico se diría que ha sido siempre su confidente, el receptor de historias reales o ficticias sobre fiestas, viajes, amantes y lujo, cosas que solo entiende a medias pero que van quedando registradas en su memoria. El muchacho, todavía en camino a la adolescencia, tiene más misterio, durante casi toda la narración es una especie de duende, un peculiar Pepito Grillo, a veces infantil y otras de una sorprendente madurez, un comodín que empieza a ser poco a poco la clave de todas las jugadas. Es por tanto Kus-Kús un personaje bastante desconcertante, que en algún momento vuelve a ser solo un niño cuyo único objetivo es librarse de un oscuro recuerdo que nunca ha compartido.

Como se ve, es sobre todo una novela de personajes, casi todos muy bien dibujados aunque cueste hacerse una idea cerrada de ellos, lo que es un mérito añadido, porque obviamente (y esto lo olvidan a veces muchos autores) las personas tenemos aristas, recovecos y pliegues que no permiten una definición simple. Es esta, la riqueza de algunos personajes, uno de los activos del libro, junto con un buen repertorio de recursos narrativos, un lenguaje que oscila entre lo coloquial y lo poético, y espacios vacíos que invitan al lector a aportar sus hipótesis. Se adivina la tensión, hay en la trastienda elementos que llaman al enfrentamiento, frustraciones cruzadas que quedan en sombra o brotan a medias, sin que quede claro si es más importante lo visible o lo oculto.

Y sin embargo, parece que falta algo. Quizá una construcción más sólida que evite la sensación, a veces intensa, de irregularidad, o que realmente sus elipsis provoquen inquietud suficiente para jugar a rellenarlas. Quiero suponer que, tratándose de su segunda novela de una lista bastante larga, Pombo haya ido después adquiriendo poso y empaque para ajustar ritmos y materiales. En esta entrega, aun presentando cualidades estimables, se quedó a unos pasos de algo verdaderamente brillante, en lo que aquí llamaríamos un Recomendable a secas, que está muy bien pero quizá no entusiasma del todo. 

También de Álvaro Pombo en ULAD: Santander, 1936 y Una ventana al norte

3 comentarios:

Montuenga dijo...

https://unlibroaldia.blogspot.com/2016/01/alvaro-pombo-una-ventana-al-norte.html?m=1

Sergio Schez dijo...

Donde las mujeres, premiado con el Nacional de narrativa, me quitó ya hace casi 30 años las ganas de volver a leer a Pombo. Uno de los pocos libros con los que no he podido, qué tostón, qué plano!

Será que lo que no mejora, empeora. Porque la novela reseñada es 13 años años más vieja.

Cuestión de gustos, está claro.

Carlos Andia dijo...

Pues Sergio, tampoco diré que 'El héroe...' me haya entusiasmado, pero me parece una buena novela, con un dibujo interesante de personajes y una prosa elegante y eficaz. Yo le daría una oportunidad.

Un saludo y gracias por comentar.